Los tumores gastrointestinales son un problema de salud importante en todo el mundo. Si bien el número de muertes por su culpa está aumentando, los del intestino delgado son relativamente raros y representan entre el 3% y el 6% de todas las neoplasias gastrointestinales y entre el 1% y el 3% de todas las neoplasias malignas gastrointestinales, como documenta un estudio de ‘Clinical Edoscopy’.
Sin embargo, no se han descrito métodos de detección no invasivos ni factores que estén involucrados en la regulación de los tumores del intestino delgado y el diagnóstico de tumores a menudo se retrasa hasta las últimas etapas debido a las características asintomáticas. Por lo tanto, la identificación de componentes alimentarios en nuestra vida diaria que previenen/inhiben la tumorigénesis del intestino delgado es importante para reducir la incidencia de la enfermedad, como describe un estudio del ‘Journal of Medical Investigation’.
Cada vez hay más evidencia que demuestra que las respuestas inmunitarias desempeñan un papel importante en la regulación de los tumores en general. Los experimentos revelaron cómo estas proteínas activan el sistema inmunitario intestinal, lo que le permite detener eficazmente el nacimiento de nuevos tumores. El estudio se ha publicado en la revista científica 'Frontiers in Immunology'.
Reacciones alérgicas
Los antígenos alimentarios reciben mucha atención de la prensa porque son la fuente de reacciones alérgicas a alimentos como los cacahuetes, los mariscos, el pan, los huevos y la leche. Incluso cuando no provocan reacciones alérgicas, estos antígenos, junto con muchos otros que se encuentran en las plantas y las legumbres, siguen considerándose objetos extraños que el sistema inmunitario debe controlar.
Ohno y su equipo ya habían informado anteriormente de que los antígenos alimentarios activan las células inmunitarias del intestino delgado, pero no del intestino grueso. Al mismo tiempo, se sabe que algunas células inmunitarias activadas por las bacterias intestinales suprimen los tumores en el intestino. En el nuevo estudio, los investigadores del RIKEN IMS unen estas dos líneas de pensamiento y prueban si los antígenos alimentarios suprimen los tumores en el intestino delgado.
El equipo comenzó con un tipo especial de ratón con una mutación en un gen supresor de tumores. Al igual que las personas con poliposis adenomatosa familiar, cuando este gen falla, los ratones desarrollan tumores en el intestino delgado y grueso. El primer experimento fue bastante simple. Alimentaron a estos ratones con comida normal o comida sin antígenos y descubrieron que los que recibieron comida normal tenían menos tumores en el intestino delgado, pero la misma cantidad en el intestino grueso.
A continuación, añadieron a la dieta sin antígeno un antígeno representativo común llamado albúmina (que se encuentra en la carne y no estaba presente en la comida normal), asegurándose de que la cantidad total de proteína fuera igual a la cantidad de proteína en la dieta normal. Cuando se administró esta dieta a los ratones, los tumores en el intestino delgado se suprimieron tal como había sucedido con la comida normal. Esto significa que la supresión tumoral estaba directamente relacionada con la presencia de antígeno, no con el valor nutricional de la comida o con cualquier antígeno específico.
Las tres dietas
Las tres dietas también afectaron a las células inmunitarias, en concreto a las células T, en el intestino delgado. Los ratones que recibieron la dieta simple sin antígenos tenían muchas menos células T que los que recibieron la comida normal o la comida sin antígenos con proteína de leche. Experimentos posteriores revelaron el proceso biológico que hace que esto sea posible.
Estos hallazgos tienen implicaciones clínicas. De manera similar a las dietas sin antígenos, las dietas elementales clínicas incluyen aminoácidos simples, pero no proteínas. Esto reduce el trabajo digestivo y puede ayudar a las personas con afecciones gastrointestinales graves, como la enfermedad de Crohn o el síndrome del intestino irritable. Según los investigadores, "los tumores del intestino delgado son mucho más raros que los del colon, pero el riesgo es mayor en los casos de poliposis adenomatosa familiar y, por lo tanto, el uso clínico de dietas elementales para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal u otras afecciones gastrointestinales en estos pacientes debe considerarse con mucho cuidado".
Las dietas elementales son adoptadas en ocasiones por personas sin afecciones gastrointestinales graves ni alergias como una forma saludable de perder peso o reducir la hinchazón y la inflamación. Los nuevos hallazgos sugieren que esto podría ser riesgoso y enfatizan que este tipo de dietas no deben utilizarse sin la recomendación de un médico.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.