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Ser sociable tiene premio: ayuda a retrasar la demencia
La interacción social se asocia con un menor deterioro cognitivo y un menor riesgo de la misma
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Se estima que la demencia afecta a más de 50 millones de adultos en todo el mundo y el gasto mundial que genera ha alcanzado cerca de 263 mil millones de dólares anuales, según un estudio de 'E-lCinical Medicine'
Es por ello que las estrategias para prevenir o retrasar la demencia siguen siendo fundamentales. La literatura científica indica que la interacción social se asocia con un menor deterioro cognitivo y menos probabilidades de desarrollar la patología y puede ser una vía para su prevención. Una mayor demostración de la magnitud de esta asociación presentada de maneras que sean interpretables para el público en general podría hacer avanzar la defensa de esta vía preventiva.
El compromiso social es un constructo multidimensional que abarca dominios interrelacionados pero distintos, incluidos aspectos estructurales (p. ej., actividad social, tamaño de la red social, estado civil), aspectos funcionales (p. ej., apoyo social) y experiencia psicosocial subjetiva (p. ej., soledad). Entre estos dominios, la actividad social parece ser un factor de riesgo consistente y sólido para la salud cognitiva y uno que puede ser más susceptible a la intervención a nivel poblacional que otros aspectos del compromiso social, segun una investigación de' BMC Public Health'
Sin embargo, una dificultad para traducir la investigación epidemiológica a intervenciones de salud pública es el desafío de comunicar el concepto de riesgos relativos; por ejemplo, un hallazgo de una reducción del 25% en el riesgo de demencia asociado con la actividad social es difícil de interpretar para el público. se documenta en 'Epidemiology Psychiatric'.
Para el público en general y los gobiernos puede ser más claro estimar los años en los que un factor de riesgo retrasa la aparición de la demencia, una métrica que se vincula más fácilmente con los resultados económicos y de salud. Por ejemplo, en EE.UU, se ha proyectado que un retraso de cinco años en la aparición de la demencia reduciría los costos de la enfermedad en un 40% en los próximos 30 años y daría como resultado tres años adicionales de vida para quienes la hubieran desarrollado.
En una investigación previa, en el Proyecto Rush sobre Memoria y Envejecimiento (MAP), se encontró que la actividad social estaba relacionada con un menor deterioro cognitivo.
Los nuevos datos
Ahora, los mismos investigadores de Rush Alzheimer's Disease Center, Rush University Medical Center, en Chicago, documentan que visitar amigos, asistir a fiestas e ir a la iglesia, por ejemplo, pueden ayudar a mantener el cerebro sano.
El estudio, publicado en 'Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association', destaca que la actividad social frecuente puede ayudar a prevenir o retrasar la demencia en la edad tadía.
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"Es una continuación de trabajos anteriores de nuestro grupo que muestran que la actividad social está relacionada con un menor deterioro cognitivo en los adultos mayores", ha afirmado Bryan James, profesor asociado de medicina interna en Rush, en un comunicado de su centro.
Y ha insistido: "En este estudio, demostramos que la actividad social está asociada con un mayor riesgo de desarrollar demencia y deterioro cognitivo leve, y que los adultos mayores menos socialmente activos desarrollaron demencia un promedio de cinco años antes que los más socialmente activos".
La actividad social puede fortalecer los circuitos neuronales del cerebro, haciéndolos más resistentes a la acumulación de patologías que se producen con la edad. El comportamiento social activa las mismas áreas del cerebro implicadas en el pensamiento y la memoria.
Los autores señalan que los hallazgos resaltan el valor de la actividad social como una posible intervención a nivel comunitario para reducir la demencia.
Los resultados sugieren que una actividad social más frecuente indica una reducción del 38% en el riesgo de demencia y una reducción del 21% en el riesgo de deterioro cognitivo leve, en comparación con los menos activos socialmente.
Retraso de cinco años
Además, se ha estimado que un retraso de cinco años en la aparición de la demencia produce tres años adicionales de vida y un beneficio económico de reducir los costos de la demencia en un 40% en los próximos 30 años, como hemos mencionado anteriormente, lo que potencialmente representa un ahorro de 500.000 dólares en atención médica de por vida para cada persona que eventualmente desarrollaría demencia.
El estudio incluyó a 1.923 adultos mayores sin demencia con una edad media de alrededor de 80 años que participan en el Proyecto Rush de Memoria y Envejecimiento, un estudio longitudinal en curso sobre las condiciones crónicas comunes del envejecimiento.
Un total de 545 participantes desarrollaron demencia y 69, deterioro cognitivo leve. Todos ellos se sometieron a evaluaciones anuales que incluyeron una historia clínica y pruebas neuropsicológicas.
La actividad social se midió con base en un cuestionario que preguntaba a los participantes si, y con qué frecuencia, durante el año anterior habían participado en seis actividades sociales comunes que involucran interacción social: por ejemplo, si fueron a restaurantes o eventos deportivos, jugaronal bingo, hicieron excursiones de un día o de una noche, hicieron trabajo voluntario o visitaron a familiares o amigos.
La función cognitiva se evaluó mediante 21 pruebas para diversos tipos de memoria, así como la velocidad de percepción y la capacidad visoespacial. Al comienzo de la investigación, todos los participantes no presentaban ningún signo de deterioro cognitivo. Sin embargo, durante un promedio de cinco años, aquellos que eran más activos socialmente mostraron tasas reducidas de demencia. En el análisis se ajustaron todas las demás variables que podrían haber explicado el aumento del deterioro cognitivo, como la edad, el ejercicio físico y la salud.
La valoración
No está claro por qué la actividad social desempeña un papel en el desarrollo de los problemas cognitivos. Una posibilidad es que "ésta desafía a los adultos mayores a participar en intercambios interpersonales complejos, lo que podría promover o mantener redes neuronales eficientes en un caso de 'úsalo o piérdelo", ha indicado James.
Se necesitan futuras investigaciones para determinar si las intervenciones dirigidas a aumentar la actividad social en los mayores pueden desempeñar un papel en retrasar o prevenir el deterioro cognitivo, ha apuntado el investigador.