Sí a los suplementos de vitamina D, pero con estas condiciones

En las últimas décadas, la vitamina D ha sido sin lugar a dudas uno de los nutrientes más estudiados y uno de los que más ha dado que hablar.  De hecho, ha sido la pandemia de la enfermedad del coronavirus 2019 (Covid-19) la que ha elevado su popularidad, el nterés y la atención por ella. Sobretodo, a raíz de estudios que constataban su potencial papel protector frente a la infección. Sin embargo, las principales organizaciones sanitarias, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU recomiendan actualmente la suplementación con vitamina D para determinadas poblaciones con riesgo de deficiencia; sin embargo, ninguna recomienda actualmente tomar suplementos como medida específica para prevenir o tratar el Covid-19.

A pesar de nuestra capacidad para producirla a través de la exposición a la luz solar, su presencia en varias fuentes de alimentos naturales y alimentos enriquecidos, y su amplia disponibilidad como suplemento dietético, su deficiencia es un grave problema de salud pública que afecta a casi el 50% de la población mundial, tal y como documenta un nuevo estudio publicado en ‘Nutrients’. 

Los niveles séricos bajos de la misma se asocian con una mayor susceptibilidad a numerosas afecciones de salud, incluidas infecciones respiratorias, peor salud mental, enfermedades autoinmunes y diferentes tipos de cáncer. Aunque la asociación entre el nivel de este nutriente y la salud está bien establecida, los efectos beneficiosos exactos de él aún no son concluyentes, especialmente cuando se considera su papel en la prevención y el tratamiento de diferentes patologías y, también, a la hora de establecer una dosis adecuada para ejercer esos efectos beneficiosos en diversos grupos de población. 

Pero cada vez hay más luces que sombras en la realidad sobre sus beneficios. Poco después de la publicación del trabajo de ‘Nutrients’, llegaba otro ensayo de investigadores del Instituto Francis Crick (en Londres), el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU y la Universidad de Aalborg en Dinamarca, que ponía sobre la mesa cómo la vitamina D estimula el crecimiento de un tipo de bacteria intestinal en ratones que mejora la inmunidad frente al cáncer.

Resistencia al cáncer 

Publicado en ‘Science’, los investigadores encontraron que los ratones que recibieron una dieta rica en el nutriente tenían una mejor resistencia inmune a los cánceres trasplantados experimentalmente y mejores respuestas al tratamiento de inmunoterapia. Este efecto también se observó cuando se utilizó la edición genética para eliminar una proteína que se une a la vitamina D en la sangre y la mantiene alejada de los tejidos. 

El equipo descubrió que ella actúa sobre las células epiteliales del intestino, lo que a su vez aumenta la cantidad de una bacteria llamada ‘Bacteroides fragilis’. Este microorganismo dio a los roedores una mejor inmunidad contra las neoplasias: los tumores trasplantados no crecieron tanto, pero los investigadores aún no están seguros de cómo se produce este efecto. Para comprobar si la bacteria por sí sola podía proporcionar una mejor inmunidad contra la enfermedad, se administró ‘Bacteroides fragilis’ a ratones con una dieta normal. Estos también fueron más capaces de resistir el crecimiento del tumor, pero no cuando fueron sometidos a una alimentación deficiente en vitamina D.

Volviendo al trabajo al que hacíamos mención al principio de este artículo es importante resaltar que en él se apuesta por la necesidad de realizar más investigaciones para determinar los efectos beneficiosos del nutriente y sugiere que una nutrición de precisión y planes de suplementación personalizados podrían ser el camino para establecer las necesidades reales de la vitamina de forma individual de manera que sea mucho más efectiva.

Sabemos que el nutriente es crucial tanto para los vertebrados como para los humanos. Mantiene niveles normales de calcio y fósforo, apoyando la salud esquelética, función muscular, la inmunidad y los procesos celulares. Se encuentra en algunos alimentos y suplementos y se sintetiza mediante la exposición al sol. Se absorbe en el intestino y dicha absorción se ve reforzada por la grasa de la dieta. Si bien la obesidad y el envejecimiento no afectan a este proceso, las personas con sobrepeso pueden necesitar dosis más altas para alcanzar niveles óptimos.

La Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM) establece como valores óptimos generales unas concentraciones séricas de 25(OH)D a partir de 25 ng/ml para población general. Por debajo de esto, unos niveles de 25(OH)D menores de 10 ng/ml se consideran deficiencia grave, y sería una falta moderada o insuficiencia cuando se mantienen entre 10 y 25 ng/ml.

La exposición al sol convierte el 7-dehidrocolesterol en vitamina D3, que se activa mediante reacciones de hidroxilación en el hígado y los riñones. El calcidiol, la principal forma circulante, se convierte en calcitriol, que se considera esencial para la absorción del calcio y la salud ósea. La mayor parte de la vitamina 'maravilla`proviene de la luz solar y niveles suficientes son vitales para prevenir problemas de salud. Sin embargo, su deficiencia, detectada por niveles bajos de 25-hidroxivitamina D, compromete la salud musculoesquelética. Pero hablemos de sus beneficios. 

Útil para la depresión

El sol mejora el estado de ánimo, al igual que la vitamina D. Un trabajo recogido en ‘Neuropsychiatry’ estableció un vínculo entre la depresión y tener niveles insuficientes de ella. Los autores del mismo reconocieron, no obstante, que se necesita más investigación para definir su funcionamiento exacto.

Por ejemplo, si los niveles bajos son la causa o el efecto de la depresión. Sin embargo, también recomendaron exámenes de detección de deficiencia de la misma en las personas afectadas por este trastorno de salud mental. 

Puede reducir el riesgo de esclerosis múltiple

Obtener suficiente cantidad del nutriente  podría reducir la probabilidad de desarrollar esclerosis múltiple (EM). Es un trastorno autoinmune debido al daño nervioso inducido por la inflamación dentro del sistema nervioso central (SNC). Los niveles más bajos se han relacionado con un mayor riesgo de la enfermedad. Sin embargo, una mayor ingesta del mismo puede resultar en una menor actividad de la EM y menos posibilidades de recaídas, como destaca un ensayo de ‘‘Neurology and Therapy".

Fortalece los huesos

Es conocida por su poder en la formación y fortalecimiento de los huesos. El calcio que los beneficia no podría hacer bien su trabajo sin ella. El ‘matrimonio ideal’ de ambos nutrientes también pueden ayudar a prevenir la osteoporosis. 

Fortalece el sistema inmune 

La revista ‘British Medical Journal’ recoge una investigación que analizó 25 trabajos que compararon suplementos de vitamina D con placebos (sustancias inactivas). La conclusión: el nutriente reducía el riesgo de infección respiratoria aguda con la suplementación diaria o semanal, especialmente en personas con carencias de ella. 

Músculos más fuertes

Además de su capacidad para formar huesos, también influye en el fortalecimiento de los músculos. Ayuda a que las fibras musculares se desarrollen y crezcan, lo que puede contribuir, en ‘conexión’ con una mejor calidad ósea, a aumentar el equilibrio y reducir el riesgo de caídas.

En la diabetes 

Un estudio demostró que seis meses de suplementación elevan la sensibilidad a la insulina en personas con diabetes o con alto riesgo de padecer la enfermedad.

Disminuye los síntomas del colon irritable

La Clínica Universidad de Navarra recuerda que el colon irritable, cuya denominación más exacta es ‘Síndrome del Intestino Irritable’ (SII), es un cuadro crónico y recidivante, caracterizado por la existencia de dolor abdominal y/o cambios en el ritmo intestinal (diarrea o estreñimiento).

La vitamina D puede ser útil para las personas afectadas. Una revisión de seis estudios, con datos de 572 participantes, constató que existía un vínculo entre la suplementación del nutriente y síntomas menos graves del SII. Y sugirieron que la reducción de la gravedad podría deberse a sus efectos antiinflamatorios. 

Tal vez sí es importante recordar, como dice la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), que ante las cada vez más publicaciones que existen al respecto, muchas personas están reclamando en la consulta de su médico una valoración de sus niveles de vitamina D en sangre. Sin embargo, los expertos creen que no está justificado hacer un screening poblacional para conocer sus niveles. Sólo las personas que están en riesgo deberían hacerse una determinación de los mismos, como las que tiene pieles oscuras, sufren obesidad, las que se exponen poco al sol, las mayores de 60 años, las personsas con enfermedades de la piel o las que consumen ciertos medicamentos como antiepilépticos o la rifampicina, que favorecen unos niveles bajos de ella.