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Si tu tensión arterial es inestable, puedes tener este problema

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Lunes 13 de enero de 2025

6 minutos

Las fluctuaciones se asocian con problemas en las habilidades de pensamiento y memoria

Si tu tensión arterial es inestable, puedes tener este problema
Patricia Matey

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Lunes 13 de enero de 2025

6 minutos

Sólo cinco minutos al día de esta actividad reducen la tensión arterial

 

Se sabe que tener las cifras de la presión altas no sólo es el factor de riesgo cardiovascular más prevalente y la primera causa de morbimortalidad en el mundo, sino que también se ha demostrado que aumenta en un 70% el riesgo de padecer demencia vascular o deterioro cognitivo. Así lo puso en evidencia un estudio de ‘Archives of Neurology’ 

 El trabajo incluyó una evaluación de 918 personas que no presentaban insuficiencia cognitiva leve. Tras realizar un seguimiento durante cuatro años y medio, los investigadores pudieron comprobar que los pacientes con hipertensión arterial tenían un 40% más de riesgo de desarrollar insuficiencia cognitiva leve y un 70% más de peligro de padecer la forma no amnésica, la cual no implica importantes problemas de memoria.

La HTA es una enfermedad silenciosa, está detrás de alrededor del 26% de los fallecimientos en España en 2021, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Se estima que en nuestro país afecta entre el 33 %y el 43% por ciento de la población adulta española mayor de 18 años, lo que equivaldría a unos 16,5 millones de españoles.

Según el Instituto sobre Envejecimiento de EEUU

  • La presión arterial baja o hipotensión, es una presión arterial sistólica menor a 90 o una presión arterial diastólica de menos de 60. Si tiene presión arterial baja, puede sentirse aturdido, débil, mareado o incluso desmayarse. Esto puede ser el resultado de no haber tomado suficientes líquidos, pérdida de sangre, algunas afecciones médicas o medicamentos, incluidos los que se recetan para la presión arterial alta.
  • La presión arterial normal, en el caso de la mayoría de los adultos, se define como una presión sistólica de menos de 120 y una presión diastólica de menos de 80.
  • La presión arterial elevada se considera como una presión sistólica entre 120 y 129 con una presión diastólica de menos de 80.
  • La presión arterial alta se define como una presión sistólica de 130 o más, o una presión diastólica de 80 o más.

Para los adultos mayores, a menudo, el primer número (presión sistólica) es de 130 o más, pero el segundo número (presión diastólica) es inferior a 80. Este problema se denomina hipertensión sistólica aislada y se debe a la rigidez de las arterias principales que ocurre con la edad. Esta es la forma más frecuente de presión arterial alta en las personas mayores y puede provocar problemas graves de salud, además de dificultad para respirar durante actividades físicas ligeras, mareos al ponerse de pie demasiado rápido y caídas.

Nuevo estudio

Sin embargo y a pesar de lo documentado anteriormente, ahora llega una nueva investigación, publicada en ‘Neurology’ que documenta que los adultos mayores cuya presión arterial fluctúa con el tiempo pueden tener más probabilidades de tener problemas con las habilidades de pensamiento y memoria.

El estudio no prueba que las fluctuaciones en la presión arterial causen problemas con las habilidades de pensamiento; solo muestra una asociación.

"Estos resultados sugieren que la fluctuación en la presión arterial es un factor de riesgo para los problemas cognitivos más allá de los efectos negativos de la presión arterial alta en sí", ha dicho en un comunicado de la Academia Americana de Nuerología de EEUU, la autora del estudio Anisa Dhana, de la Universidad Rush en Chicago.

Y ha insistido: "Los adultos mayores deben ser monitoreados rutinariamente para determinar su presión arterial y cualquier cambio a lo largo del tiempo para que podamos identificar a las personas que pueden tener este problema y trabajar para aliviarlo, lo que podría ayudar potencialmente a prevenir o retrasar los problemas cognitivos".

El estudio involucró a 4.770 personas con una edad promedio de 71 años; el 66% eran participantes negros y el resto eran participantes blancos. Los participantes se sometieron a pruebas de presión arterial al comienzo del estudio y luego cada tres años durante un promedio de 10 años. También completaron pruebas de habilidades de pensamiento y memoria al comienzo y en su última visita. En general, los participantes tenían una presión arterial promedio de 138/78 mmHg.

Una persona mayor intentando acabar un puzzle

La presión arterial alta se define como, hemos dicho anteriormente, 130/80 mmHg o más. Los participantes negros en el estudio tuvieron una variación promedio a lo largo del tiempo en su presión arterial sistólica, que es el número superior, de 18 mmHg, en comparación con 16 mmHg para los participantes blancos. Los participantes se dividieron en tres grupos según cuánto variaba su presión arterial a lo largo del tiempo. Para los participantes negros, aquellos con la mayor variabilidad en su presión arterial obtuvieron puntuaciones más bajas en las pruebas cognitivas que aquellos con la menor variabilidad. La diferencia en las puntuaciones fue el equivalente a 2,8 años de envejecimiento cognitivo. Para las personas que tomaban medicamentos para la presión arterial al comienzo del estudio, no hubo diferencias en las puntuaciones en las pruebas de pensamiento al final del estudio entre los grupos con variación de presión arterial alta y baja.

Estrategias de prevención

"Con el envejecimiento de nuestra sociedad y la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer, la identificación de estrategias de prevención para frenar el deterioro de las habilidades cognitivas en los adultos mayores se ha convertido en una prioridad de salud pública. El control de la presión arterial y sus fluctuaciones se está convirtiendo en un factor de riesgo esencial que se puede modificar”, ha recomendado la autora principal. Una limitación del estudio es que los participantes eran personas blancas y negras, por lo que los resultados pueden no aplicarse a personas de otras razas. El estudio fue financiado por el Instituto sobre el Envejecimiento de EEUU y la Asociación del Alzheimer de EEUU.

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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