Para gustos los colores y para saber si estás sano, tienes un resfriado, una alergia u otra patología solo tienes que comprobar el que 'viste' tu mucosidad. Para ponernos primero en situación, vamos a recordar lo que nos dice la Clínica Cleveland de EEUU.
La mucosidad es un líquido resbaladizo que recubre los tractos respiratorio, digestivo, urinario y reproductivo. Actúa como un escudo que impide el paso de gérmenes dañinos (patógenos) y, al mismo tiempo, permite el ingreso de elementos que el cuerpo necesita, como oxígeno y nutrientes. También lubrica e hidrata los órganos y las estructuras del cuerpo.
Es posible que conozcas la mucosidad por otros nombres, como moco, flema o esputo. Y, probablemente. solo pienses en ella cuando intentas deshacerte de ella, como cuando hay demasiada mucosidad goteando por tu nariz o obstruyendo tu garganta. Pero la mucosidad es una parte importante de tu sistema inmune que se pone constantemente en peligro para mantenerte a salvo.
Función
El moco tiene muchas funciones importantes, entre ellas. según la institución de EEUU.
Bloquea la entrada de gérmenes y partículas dañinas a los tejidos del cuerpo.
Contiene anticuerpos para desactivar y marcar los gérmenes para que las células inmunes los destruyan.
Atrapar cosas que podrían hacerte daño y sacarlas de tu cuerpo.
Hidratar las membranas mucosas (las partes del cuerpo que se abren al mundo exterior).
Lubrica las membranas mucosas. Esto ayuda a que las distintas partes del cuerpo realicen diferentes funciones. Por ejemplo, ayuda a que los alimentos se desplacen por el tracto digestivo y proporciona una vía para que los espermatozoides lleguen al óvulo para su fertilización en el tracto reproductivo (moco cervical).
Cuál es la composición de los 'mocos'
Los 'ingredientes' que componen la mucosidad le dan su consistencia y ayudan a protegerte de los gérmenes. Como documenta un estudio de 'Advance Drug Delivery Reviews'. Entre ellos se incluyen:
Agua.
Electrolitos.
Enzimas.
Anticuerpos (inmunoglobulinas).
Glóbulos blancos.
Mucina, un tipo de proteína que le da al moco su consistencia gelatinosa.
¿Por qué la mucosidad cambia de color?
Si alguna vez has tenido secreción nasal o has estornudado sin un pañuelo, probablemente ya has visto de cerca tus mocos. Es posible que hayas notado que cambia de color o textura de vez en cuando. La secreción nasal puede ser transparente, verde, negra y de muchos otros colores intermedios, documenta healthline. La página web Verywellhealth documenta cada uno de estos colores (y más) y los motivos que subyacen a ellos:
1. Trasparente
Se considera 'normal' o saludable. Tu cuerpo produce alrededor de 1,4 litros de este flujo cada día, aunque probablemente 'tragues' la mayor parte. Este tipo de mucosidad está compuesto de agua con proteínas, anticuerpos y sales. Se disuelve una vez que llega al estómago. Tu cuerpo continúa produciéndolo todo el día para ayudar a revestir y proteger tu nariz y senos nasales. La rinitis alérgica o 'fiebre del heno' también puede causar secreción nasal transparente y líquida. Si bien podrías sentirte bastante enfermo, las alergias no son causadas por un virus. Los síntomas son la respuesta de tu cuerpo a los irritantes como el polen, el pelaje de perros o gatos y los ácaros del polvo.
2. Blanca
La mucosidad blanca suele estar asociada a un resfriado u otra infección que provoca congestión nasal. Cuando estás congestionado, la inflamación de la nariz dificulta la salida de los mocos. La mucosidad comienza a secarse, lo que la hace turbia y espesa. También puede volverse blanca debido a la presencia de células inmunes que su cuerpo envía para combatir la enfermedad
3. Amarilla
La flema amarilla significa que tu cuerpo está luchando contra una infección. El cambio de color se debe a la muerte de los glóbulos blancos que vinieron a combatir los gérmenes, que los mocos ayudan a eliminar. La textura puede ser más seca y espesa de lo normal. Los mocos amarillos también pueden significar que tienes alergias, como documenta la Fundación para el Asma y la Alergia de EEUU. Los alérgenos irritan los conductos nasales, lo que puede provocar la producción de una flema espesa y de color amarillo pálido que corre por la parte posterior de la garganta y causa tos.
La mucosidad amarilla es, por tanto, una señal de que tienes algún tipo de virus o infección. Tu enfermedad podría durar entre 10 y 14 días, pero no pierdas de vista tu secreción nasal.
5. Verde
Si tu sistema inmunitario necesita combatir una infección, la mucosidad podría volverse verde y especialmente espesa. El color proviene de los glóbulos blancos muertos y otros productos de desecho. Pero la mucosidad verde no siempre es una razón para acudir a tu médico. De hecho, algunas infecciones de los senos nasales pueden ser virales, no bacterianas.
Los mocos verdes no son motivo de preocupación inmediata. Pero si sigues enfermo después de unos 10 días, podría significar que podría tener una infección bacteriana. Según la Universidad de Medicina Peen: ¿Los mocos amarillos o verdes significan que necesito antibióticos? Tal vez sí, tal vez no. En el pasado, los médicos a veces recetaban antibióticos cuando alguien tenía mocos amarillos o verdes 'solo para estar seguros". Pero estos no ayudan al resfriado común que sólo está causado por virus, documentan los Centros de Control y Enfermedades de Atlanta (EEUU).. Además, el uso excesivo de antibióticos está relacionado con infecciones resistentes a los mismos. Aun así, si has tenido un resfriado o infección durante 12 días o más, como hemos indicado anteriormente, puede ser un buen momento para hacer una visita a tu médico. Es posible que tengas una infección sinusal bacteriana u otra infección bacteriana que requiera medicamentos. Fíjate si hay otras señales de que no estás mejorando, como fiebre, dolor de cabeza o náusea.
6. Rosada o roja (con sangre)
La sangre en la mucosidad la teñirá de rosa o rojo. Te puede salir un poco de sangre si te has sonado mucho la nariz o si te golpeaste la nariz. Para evitar hemorragias nasales, considera:
Aplicar vaselina u otro ungüento a las fosas nasales tres veces al día.
Usar aerosol nasal salino para humectar los tejidos nasales.
Cortarte las uñas para no hurgarte la nariz.
Usa un humidificador
Sonarte la nariz con más suavidad
Las mujeres embarazadas también pueden experimentar mucosidad con sangre. Esto puede deberse a un mayor volumen de sangre, hormonas o vías nasales inflamadas. Si a tu hijo le sangra la nariz, llama a su pediatra. Esto es especialmente importante si tu bebé tiene menos de 2 años. Si la sangre es el resultado de una lesión aguda como un accidente automovilístico, busca atención médica para descartar problemas más graves.
7. Café o anaranjada
La mucosidad café puede ser el resultado de sangre vieja que sale del cuerpo. O quizás inhalaste algo rojo o marrón que ha manchado tu mucosidad. Podría ser polvo, tabaco o pimentón.
8. Negra
Puede ser una señal de una infección micótica grave. Si bien no es común, las personas con sistemas inmunitarios comprometidos pueden ser susceptibles a este tipo de enfermedad. Hay cuatro tipos de infecciones micóticas de los senos nasales:
Sinusitis micótica por micetomas. Este tipo resulta de grupos de esporas que invaden las cavidades sinusales. El tratamiento consiste en raspar los senos nasales infectados.
Sinusitis micótica alérgica. Es más común en personas con antecedentes de rinitis alérgica. La infección debe eliminarse quirúrgicamente.
Sinusitis crónica indolente. Este tipo se encuentra principalmente fuera de los Estados Unidos en áreas como Sudán e India. Otros síntomas incluyen dolor de cabeza, hinchazón facial y alteraciones visuales.
Sinusitis fulminante. Puede dañar los senos nasales y el área ósea que contiene los globos oculares y el cerebro.
Las personas que fuman o usan drogas ilícitas también pueden tener mucosidad negra. Cualquiera que sea la posible causa, es una buena idea que consultes con tu médico para obtener un diagnóstico más formal.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.