Alarga tu vida con solo 1.000 pasos al día

De camino al trabajo, subir escaleras, por el supermercado…. No importa cómo, cuándo, ni dónde. Lo importante es moverse…porque cada paso cuenta.

Una investigación de la Universidad de Carolina Norte avalada por la American Heart Association ha concluido que caminar unos 1.000 pasos al día alarga nuestra vida.

El estudio subraya que aquellas personas sedentarias que se animan a dar mil pasos al día aumentan su esperanza de vida.

Control de pasos

Existen numerosos relojes inteligentes en el mercado con programas que nos pueden ayudar a controlar los pasos que damos a diario.

De ese modo, podemos marcaros un objetivo cada día e ir comprobando cómo vamos en nuestra meta para decidir si subimos a casa en ascensor o por las escaleras.

No es necesario que empieces por los 1.000 pasos el primer día. Lo aconsejable es hacerlo poco a poco, marcándonos diferentes objetivos de manera evolutiva.

Podemos alcanzar nuestro objetivo de manera fraccionada. No es necesario que demos los 1.000 pasos seguidos. Por ello, los contadores de pasos disponibles en los relojes inteligentes o en aplicaciones móviles como Runastic nos pueden ayudar en este objetivo.

Beneficios de caminar

Dar pasos tiene multitud de beneficios para nuestra salud, tanto desde el ámbito cardiorrespiratorio, como muscular, óseo y mental.

Aunque los especialistas recomiendan dar 10.000 pasos al día, se trata de un objetivo que difiere mucho según la edad y el estado físico de cada persona, ya que no es lo mismo ese objetivo para una persona con una vida totalmente sedentaria que para otra que practica dos horas de ejercicio cada día.

Ideas para dar pasos

Actividades tan sencillas como ir al supermercado y hacer la compra, subir a casa por las escaleras, bajarnos en una para de autobús o metro antes, ir andando a casa de un amigo o al trabajo, realizar las tareas del hogar, cuidar el jardín o el huerto, pueden ser muy beneficiosas para nuestra salud.

También podemos probar a aparcar el coche un poco más lejos de nuestro destino, caminar mientras hablamos por el móvil o dar paseos por la playa, pueden ser otras opciones para mover el cuerpo.

Otra idea es que cuando estés esperando a alguien o a algo, camines. De un extremo a otro del arcén en la estación de trenes, alrededor de la plaza donde te encuentras, de un lado a otro de la calle.

Si por el motivo que sea no puedes salir de casa, hazte con una cinta para caminar en casa o bien con una máquina para subir escalones (desde una elíptica a una mini y sencilla).