Victoria Herrero
Deporte para mayores
¿Conoces la bicicleta de aire? Un nuevo aparato para trabajar el tren superior o inferior
Con esta novedosa rutina de entrenamiento se queman calorías y se mejora la actividad cardiovascular
No hay temporada que no salga un entrenamiento novedoso o un reciente aparato para trabajar físicamente. Es el caso de la bicicleta de aire, también llamada air bike, que permite no solo trabajar la parte de las piernas, sino que esta revolución deportiva ayuda a que los mayores puedan activar los músculos del tren superior de su cuerpo.
Además, este nuevo diseño de bicicleta te permite quemar calorías en poco tiempo gracias al esfuerzo físico que se realiza en una sesión. Una actividad que, adecuado a las necesidades y características de cada persona, puede hacerse sin problema alguno por parte de los mayores de 65 años.
¿Qué tiene de especial este tipo de bicicleta?
No estamos hablando de una bicicleta convencional, como la que podamos tener para dar un paseo por el campo o las bicicletas estáticas que ya conocemos. En este caso, la air bike adquiere esa forma de bici, pero también presenta una mezcla de elíptica, cinta de correr y máquina de remo.
La principal característica es que no tiene ruedas, sino que funciona como un sistema de inercia por medio de un ventilador que genera energía y que deberemos mover con la fuerza de nuestros brazos y nuestras piernas. Así pues, a mayor esfuerzo por nuestra parte más se moverá y mayor intensidad cogerá este ejercicio.
Se trata, en definitiva, de una especie de bicicleta que simula la resistencia al viento y con la que se llegan a quemar muchas calorías por minuto. Eso sí, conviene tener en cuenta, sobre todo si hablamos de personas mayores, que este ejercicio es de gran intensidad, por lo que lo recomendable es hacer uso de ella a intervalos mientras se va intercalando con fases de descanso u otras rutinas más livianas. Teniendo en cuenta estos consejos previos y si no hay problema alguno, es una estupenda forma para mejorar tanto los brazos como las piernas de las personas mayores, además de incrementar su resistencia y actividad cardiovascular.
Por si fuera poco, al ser un aparato que no genera impacto alguno en las articulaciones de las personas que lo practican, resulta un método recomendado en casos de rehabilitación deportiva, para aquellos que han sufrido una lesión o han pasado por una cirugía de tipo óseo o muscular.
¿Quieres comprarte una? Esto es en lo que debes fijarte
Si tu idea es hacerte con este aparato para hacer ejercicio en la comodidad de tu casa, no pierdas de vista estos consejos antes de lanzarte a comprar una sin haber estudiado toda la información:
- La bicicleta de aire que compres debe ser, como es lógico, de calidad. Además, no está de más que su compra venga asociada con una garantía en caso de fallo, además de disponer de un servicio técnico para solventar posibles averías. Salvo que se trate de un error de fabricación, este tipo de bicicletas no requieren mantenimiento alguno y solo es necesario ajustar los pernos cada cierto tiempo.
- Escoge un modelo adecuado según tu peso, fuerza y resistencia (hay algunos que sirven para personas que superan los 150 kilogramos). Así pues, a más peso de la máquina, más estable resulta a la hora de hacer los ejercicios.
- Antes que fijarte en el diseño de esta bicicleta, piensa en si te resulta cómoda y si su anatomía se ajusta a tus necesidades. Si tienes la posibilidad, pruébala para ver cómo te encuentras encima de ella antes de comprarla.
- Los modelos más novedosos incorporan una pantalla con la última tecnología para medir el tiempo, la distancia recorrida, el pulso del usuario o la velocidad que se alcanza en cada ejercicio.
Otros ejercicios para trabajar el tren superior e inferior
Pero si tu idea no es comprar una bicicleta de estas características, no es excusa si quieres hacer algo de ejercicio para trabajar tanto la parte superior de tu cuerpo como tus piernas. Toma nota de estas rutinas que puedes hacer fácilmente en casa.
El primer ejercicio consiste en colocarse tumbado en el suelo encima de una esterilla y mirando hacia abajo. Con cuidado de no dañar la parte baja de la espalda, levantamos el pecho con los brazos estirados hacia adelante y con una abertura un poco más allá de los hombros. Una vez arriba, aguanta unos segundos y vuelve a la posición inicial. Si puedes, realiza entre 10 o 20 repeticiones.
Ahora nos sentamos en el suelo y agarramos una toalla o cinta de tal manera que esté tensa y los brazos tengan una separación similar a la de los hombros. Las piernas deben estar flexionadas y levantadas un poco del suelo. Para guardar el equilibrio y que no te caigas, inclina el tronco un poco hacia atrás, pero con cuidado de no arquear la espalda. El ejercicio consiste en, con esa postura en el aire, girar el tronco hacia un lado, detenernos en el centro y volver a girar hacia el otro lado. Haz las repeticiones que tu resistencia te permita.
Para nuestro último ejercicio, haremos zancadas alternas de piernas con o sin peso a ambos lados (con unas mancuernas o pesas). La postura inicial es mantenerse de pie, mirando al frente y con la espalda recta. Adelanta una de las piernas de forma que la rodilla no sobrepaso la punta del pie y con la otra extremidad de atrás apoyada solo con la punta del pie. La clave consiste en alternar ambas piernas mientras las vamos trabajando.