María Liébana
Deporte para mayores
Te sientas mal y es culpa de tu cadera: entrena su movilidad con este sencillo truco
Evitar sentir dolor hace que nos sentemos mal. Una costumbre que nos puede traer problemas mayores
"Sientate bien" será una de las frases que más hemos podido escuchar a lo largo de nuestra vida. La posición en la que nos sentamos determina la presión que se produce entre los discos invertebrados y nuestra capacidad pulmonar: cuando nos sentamos correctamente mejora nuestra función cardíaca y nuestra respiración se hace más fluida. Pero ¿cuál es la postura correcta? Aquella en la que estamos sentados en ángulo cercano a los 90º, con al espalda apoyada sobre el respaldo y legando hasta el fondo de la silla.
Sin embargo, no toda la importancia recae en la postura. La forma en la que nos sentamos y nos levantamos de una silla es tanto o más importante, ya que es una acción que involucra a varias áreas de nuestro cuerpo, como las piernas, las articulaciones de la rodilla y caderas y la zona lumbar.
Esta última, la lumbar, suele ser la que más sufre cuando nos sentamos mal. Y a su vez, es también es una de las casusas que lo propicia: evitar el dolor es el motivo por el que hacemos mal el movimiento de sentarnos y levantarnos. Cuando nos duele la espalda, es habitual dejarnos caer en la silla para evitar sentir dolor. Nos dejamos caer con las piernas a medio flexionar, provocando un efecto rebote que incluso hace que nuestros pies se levanten. Del mismo modo, para levantarnos, a veces forzamos un “efecto mecedora” con la espalda encorvada para coger impulso e incorporarnos. Todo esto también ocurre cuando nos sentimos inseguros o no calculamos bien la distancia al asiento.
Entrena la movilidad de tu cadera
Tener unas piernas fortalecidas es crucial para sentarnos y levantarnos correctamente y sin esfuerzos, pero llegado a una edad, es difícil mantenerlas en plena forma. Sin emargo, Fisionline tiene un truco para asprender a sentarnos y levantarnos adecuadamente y trabajar el juego de nuestra cadera la vez, sin que dañemos nuestra espalda:
- Para practicar vamos a necesitar una silla. Nos sentamos con la espalada recta y los pies apoyados en el suelo a la anchura de nuestras caderas.
- Llevamos los pies bien para atrás, de tal modo que el talón quede por detrás de las rodillas.
- Separamos los pies un poco, llevándolos hacia a fuera.
- Con esta postura y manteniendo la espalda recta, llevamos nuestro cuerpo hacia delante hasta que el pecho quede a la altura de los talones.
- Una vez ahí, simplemente empujamos nuestro cuerpo hacia arriba para levantarnos.
- A continuación, con la misma flexión y posición del pecho a la altura de los talones, llevamos los glúteos hacia atrás y nos sentamos.
Realiza este entrenamiento de forma regular para notar la diferencia. Al fin y al cabo, pasamos demasiadas horas sentados como para no hacerlo del modo correcto.