Mariola Báez
Deporte para mayores
Cómo mantener la motivación para no dejar de hacer ejercicio
Medidas que ayudan a combatir la pereza cuando hace acto de presencia
Mejorar la capacidad cardio respiratoria, mantener en buen estado tu musculatura y estructura ósea, reduciendo, además, el riesgo de deterioro cognitivo son solo algunos de los múltiples beneficios que puede reportarte la práctica habitual de una actividad física moderada, tal como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) en sus recomendaciones para un envejecimiento activo.
Cumplirlo parece sencillo pero, en ocasiones, basta cualquier excusa para no ponernos las zapatillas y saltarnos el ejercicio. Especialmente si estás empezando a hacer deporte, y no tienes aún el hábito adquirido es fácil desmotivarse. La desgana, las agujetas del día anterior, las temperaturas (hoy hace mucho frío o mucho calor), el estado de ánimo… Ante estas situaciones, psicólogos y expertos en formación deportiva insisten en que mantener la motivación alta es la clave para no “tirar la toalla” antes de tiempo.
¿Qué puedes hacer para no desanimarte y seguir haciendo ejercicio?
Dar el primer paso a veces cuesta un poco, pero la constancia, a la hora de realizar una actividad física, es fundamental para obtener de ella todos los beneficios que puede proporcionarte. Los días en los que la motivación brille por su ausencia, prueba a poner en práctica estas recomendaciones:
- Recuerda tu objetivo. Traer a tu mente el motivo por el que haces deporte, te ayudará en los momentos de “flaqueza”. Puede que quieras o te convenga bajar algo de peso; tal vez, el médico te ha aconsejado caminar para fortalecer la musculatura de tus piernas; o quizá te venga bien hacer ejercicios específicos para tonificar los abdominales porque, así, tendrás un tronco más fuerte y ganarás en equilibrio… Recordar el motivo y el objetivo por el que te pones en marcha, va a suponer un excelente aliciente.
- Prepara tu equipo. Es una manera de dar el primer paso. Aunque no tengas demasiadas ganas, prepara tu bolsa de deporte si vas al gimnasio, o ve a buscar la ropa que utilizas generalmente para hacer ejercicio. Tenerla a mano servirá de acicate para abandonar el sillón.
- Visualiza tu meta. Imaginar lo bien que te vas a sentir después de haber estirado músculos y articulaciones, también ayuda a vencer la pereza inicial.
- Cambia de actividad. Puede que simplemente estés algo aburrido/a de hacer siempre lo mismo. Tienes multitud de posibles actividades para que, además de hacer ejercicio, lo pases bien. Si salir a caminar ya no te motiva, prueba con un paseo en bicicleta o alterna la caminata con ir a nadar una vez por semana.
- En grupo. Compartir la actividad deportiva con otras personas que tienen objetivos similares a los tuyos puede suponer la motivación extra que necesitas. Las clases colectivas o salir a correr en grupo, permiten, además del ejercicio, las relaciones sociales compartiendo experiencias.
- Extra de energía. Tomar un tentempié saludable antes del ejercicio, como una pieza de fruta o unas galletas de cereales integrales, puede ser la clave para que tu organismo decida que algo de deporte le va a sentar fenomenal.