Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autor¿Sabías que la posición y el movimiento de los brazos es fundamental cuando corres? Aprender el movimiento adecuado a realizar con los brazos es lo que te dará equilibrio e impulso, además de favorecer la dirección y evitar lesiones. Si tu postura es la correcta podrás ahorrar energía, reservándola para avanzar más rápido o resistir más tiempo.
Los expertos señalan la importancia de los brazos en la mejora de la zancada. La fuerza de inercia que produce el movimiento de los brazos marca el sentido de la carrera; y al coordinar el movimiento de brazos y piernas (pierna izquierda y brazo derecho y viceversa) podremos modificar la longitud de la zancada. En una cuesta, por ejemplo, es conveniente bracear más rápido y tener una mayor frecuencia en las piernas.
Muchos problemas atribuidos a las caderas son en realidad problemas mecánicos de la parte superior del cuerpo que se derivan de estar sentados y encorvarse en exceso. Unos dorsales y pectorales apretados, así como los hombros tensos, inhiben tu capacidad de tener una columna recta cuando corres. Sin embargo, una postura adecuada de los brazos impedirá que te eches hacia adelante o hacia atrás, o hagas movimientos de vaivén.
¿Cómo saber si sus brazos se balancean con eficacia? Una señal simple es prestar atención a las manos. Si, mientras miras hacia adelante en la carretera, puede ver tus manos todo el rato, es probable que las esté llevando demasiado hacia adelante. Deben desaparecer debajo y detrás de su visión periférica en cada uno de los retrocesos. En cada paso, tu mano debe rozar tu cintura a medida que pasa, hacia atrás y hacia adelante.
Los codos deben estar en un ángulo de 90º, ni pegados al cuerpo, ni demasiado separados, con un movimiento paralelo. El elemento más poderoso del balanceo del brazo al correr debe enfocarse en empujar el codo hacia atrás, creando una extensión del hombro. Y la postura debe ser cómoda y sin tensión de la necesaria, con los hombros, brazos y manos sueltas (aunque debemos recogerlas ligeramente).
Es muy común llevar los hombros encogidos, lo que genera una tensión excesiva en nuestras cervicales, los puños y apretados; o realizar un braceo muy corto que hará que nuestro cuerpo rote. Se trata de ir corrigiendo estos errores para que nuestra postura juegue en nuestro favor y no en contra.
Además, todos los puntos mencionados en la lista anterior son igualmente válidos para correr que para caminar.