Irene Alcaraz
Deporte para mayores
Conoce los tipos de yoga y descubre cuál se adapta más a ti
Existen tantas variedades como personas, pero estos son los principales estilos
Es imposible resumir una tradición de más de 4.000 años en un breve artículo que dé realmente una visión total de lo que es el yoga y por qué se han generado tantos tipos y subtipos que capilarizan la esencia de esta práctica, que algunos entienden como un ejercicio y otros como una forma de vida.
El objetivo es que, para quienes recientemente han sentido interés e incluso estén pensando en dar el paso de probar una clase, tengan un breve manual sobre los tipos que existen y qué ofrece cada uno, para saber cuál se adapta más a sus expectativas.
Una breve introducción
El yoga puede entenderse como una filosofía que incluye una parte teórica y otra práctica, es decir, una visión del mundo y una forma de estar y actuar. En algunas clases, las dos se entremezclan, mientras que en otras se centran en combinar los distintos ámbitos de la parte práctica, que pueden resumirse en tres aspectos: aprender a controlar la respiración (prana), aprender las posturas físicas que revitalizan el cuerpo (asanas), y aprender a controlar la mente y los estados de ánimo a través de la meditación (dhyâna).
Numerosos estudios han demostrado los beneficios que esta relajación y autodominio tienen sobre la salud. Esto puede potenciarse al descubrir qué tipo de yoga necesita cada persona en determinados momentos de su vida: no es lo mismo practicarlo cuando se tiene una lesión (algo que en efecto, es totalmente viable), que cuando se busca liberar energía, aprender a meditar, aliviar el estrés, etc.
La siguiente recopilación está ordenada según el grado de intensidad física que requiere cada tipo de yoga, lo que no significa que las que están en la última posición no supongan un reto para quien se aventure a probarlas.
En un primer grupo, estarían los más dinámicos: ashtanga (con subtipos jivamutki y rocket) y birkam. En un segundo escalón, estaría el yoga estandarizado, hatha yoga. En el grupo de los más tranquilos, estarían el yin yoga, iyengar y el yoga nidra.
Ashtanga yoga
El ashtanga (vinyasa) yoga es el más duro a nivel físico y mental. Se trata de 6 series y cada una incluye varias posturas de yoga que siguen siempre un mismo orden. En estas clases, se memoriza el de las posturas y se van perfeccionando durante años antes de pasar a la siguiente serie. Esto significa que llegar a completar las 6 series puede ser un trabajo de lustros e incluso décadas, de ahí la requerida fuerza mental. Como decía su creador, K. Pattabhi Jois, “de la repetición surge la magia”.
Para quienes busquen ese reto físico pero sin tanto rigor, pueden probar el Jivamukti Yoga, que se caracteriza además por practicar la compasión hacia otros seres (personas y animales) y dedicar cada sesión a una intención concreta.
Si estás buscando algo más divertido pero sin perder la exigencia física, puedes probar el Rocket Yoga. Creado en 1980 por Larry Schultz, el ‘chico malo del ashtanga’, ya que anima a probar las posturas sin seguir un orden y se caracteriza por ser dinámico y entretenido.
Birkam Yoga
El más polémico de los estilos. El birkam se practica en una sala húmeda con una temperatura de 40 grados durante hora y media.
¿Beneficios? Al estar el cuerpo más caliente, se logra una mayor flexibilidad y se avanza más rápido, además de que al terminar, la sensación de haber hecho ejercicio es mucho mayor. ¿Contras? El excesivo calor puede provocar mareos y está desaconsejado para personas con la presión arterial alta y otras condiciones incompatibles.
Hatha Yoga
Si no te acercas al yoga con unos objetivos específicos, sino que más bien quieres probar, puede que esta sea la modalidad hecha para ti. Se hace un poco de todo: se enseñan posturas, ejercicios de respiración, tienen un grado de dinamismo medio y al final de cada clase se incluyen ejercicios de relajación y meditación que suelen terminar con un mantra. Un popurrí ideal para quienes quieran tener una idea generalizada de una clase de yoga.
Yin yoga
¿Has oído hablar del equilibrio entre el yin y el yan? El yan es la parte activa, por lo que el yin se centra en ejercitar la parte pasiva. Es un yoga ideal para personas con una vida muy dinámica que buscan bajar el ritmo.
A diferencia de los anteriores, las posturas se mantienen más tiempo (3 e incluso 5 o más minutos), pero se profundiza en la respiración y la relajación. Además, incluye normalmente un tiempo para la meditación.
Iyengar yoga
El maestro fundador, B.K.S Iyengar, nació en unas condiciones insalubres que le hicieron ser un niño enfermizo, hasta que empezó a practicar yoga. Digamos que es la versión más curativa del yoga y se basa en, de forma tranquila, ir aprendiendo correctamente a alinear los asanas. Está recomendada para principiantes o personas que tengan alguna lesión o problemas de postura.
En las clases se utilizan muchos accesorios para adaptar la posición: bloques, cojines, sillas, manta, etc.
Nidra Yoga
Está centrado exclusivamente en la relajación y la meditación, por lo que se suele estar toda la clase tumbado mientras el profesor guía una meditación pormenorizada. El objetivo es aumentar la consciencia corporal y ser capaz de aliviar tensiones que en el día a día pasan desapercibidas.