Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
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Lunes 21 de junio de 2021
ACTUALIZADO : Lunes 21 de junio de 2021 a las 10:54 H
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Puede que te hayas decidido a probar el yoga pero no sepas por donde empezar. El universo de las clases de yoga puede confundir a cualquiera con tantos estilos a nuestra disposición: Ashtanga, Iyengar, Vinyasa, Hatha… ¿en qué se diferencian? ¿cuál es más fácil? ¿son adecuados para mi? son algunas de las preguntas que podemos llegar a hacernos, y es normal tener dudas y sentirse abrumados cuando ni siquiera sabes si te gustará.
Pero en la práctica del yoga, lo más importante es empezar, ya que solo probando diferentes clases y profesores sabremos qué estilo nos gusta más y se adapta mejor a nuestras necesidades. Además, puede ser que las primeras veces te sientas incómodo o no sea lo que tenías pensado, porque el yoga, como cualquier otro entrenamiento, requiere paciencia y disciplina. Así que no te desanimes.
En cuanto a qué tipo de yoga escoger, es cierto que algunos tipos de yoga pueden ser mejores para nosotros que otros, dependiendo de si somos muy flexibles o más rígidos, o nos gusta el movimiento o queremos clases más reposadas. Lo importante es dar el paso y no intentar hacer posturas perfectas sino enfocarlo como un momento para el autocuidado y la conexión con uno mismo, en la que podemos escuchar cómo responde el cuerpo. Por ello, algunos estilos son más adecuados para los principiantes. Te contamos cuáles son.
Las clases de hatha están consideradas como la forma más suave de yoga, durante las que se trabajan posturas básicas con movimientos lentos que requieren que mantengas cada pose durante algunas respiraciones. Debido a su ritmo más lento que otros tipos de yoga, el hatha es una buena opción si justo has comenzando tu práctica de yoga.
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Esta práctica es bastante distinta a la típica clase de yoga. El kundalini se estructura en kriyas, que son ejercicios físicos repetitivos que realizas junto con un intenso trabajo de respiración, y puede ir, también, acompañado de cantos y meditaciones para liberar la energía interior y conseguir un mayor nivel de autoconciencia. Es ideal para las personas que buscan un trabajo más espiritual.
Si quieres calmar y equilibrar tu cuerpo y tu mente, el Yin yoga es tu clase. Es la práctica más lenta de todas, en la que las posturas se mantienen durante varios minutos (entre 3 y 8), sin activar los músculos para poder trabajar los tejidos conectivos profundos y la fascia, lo que permite ir recuperando su longitud y elasticidad. Al igual que sucede con la meditación, puede hacer que nos sintamos algo ansiosos al principio, pero si seguimos durante algunas clases, notaremos los beneficios.