Verónica Mollejo
Deporte para mayores
Ejercicios isométricos: ¿es posible que los mayores entrenen sin moverse ni sudar?
En términos generales, los ejercicios isométricos aseguran las contracciones de un músculo
Para muchas personas, lo peor de practicar ejercicio físico es el sudor que este esfuerzo genera y su consecuente desaliño. Es cierto que esta sustancia es necesaria para eliminar los desechos o las posibles toxinas que se acumulan en la piel y en el cuerpo, además de estar vinculada a la quema de calorías y los niveles de energía. Sin embargo, como acabamos de ver, para muchos puede resultar desagradable.
Afortunadamente, existe una rutina de entrenamiento que tonifica y fortalece los músculos sin mover un solo dedo y, por lo tanto, sin sudar de manera descontrolada. ¿Has oído hablar alguna vez de los ejercicios isométricos?
El sudar se va a acabar
El objetivo principal de los ejercicios isométricos es estimular las contracciones de un músculo o un grupo de músculos en particular. No obstante, durante su ejecución, la longitud de los mismos no se modifica a simple vista y la articulación que participa en dicho movimiento se mantiene inerte. Aunque pueda parecer extraño, el resultado es un mantenimiento de la fuerza muscular de lo más eficaz. Eso sí, no sirve para desarrollarla desde cero.
"Debido a que los ejercicios isométricos se hacen en una posición, sin movimiento, mejoran la fuerza en una sola posición en particular. Deberías hacer diversos ejercicios isométricos en toda la amplitud de movimiento de una extremidad para mejorar la fuerza muscular en toda esa amplitud. Además, como los ejercicios isométricos se hacen en una posición estática, no ayudan a mejorar la velocidad ni el desempeño deportivo", avisan desde la Clínica Mayo (@ClinicaMayo). En contraposición, la estabilidad es una de las cualidades físicas que se ven más recompensadas. Bajo esta premisa, ¿qué ejercicios isométricos puedes incluir en tu rutina de entrenamiento?
Para los pectorales
Esta postura es una de las más sencillas, ideal para los principiantes. Basta con juntar las palmas de las manos a la altura del pecho y, con los hombros relajados y respirando profundamente, hacer presión con ellas. Se trata de un movimiento destinado a tonificar los pectorales.
Para los abdominales
En este caso, solo tienes que contraer el estómago todo lo que puedas, hasta que esté completamente duro, como si esperaras recibir un golpe en esa zona. Después, vuelve a la posición inicial y repite el ejercicio entre 15 y 20 veces.
Para los gemelos
Ponte de pie, con las piernas abiertas y paralelas a los hombros. A continuación, levanta los talones hasta apoyarte únicamente sobre las puntillas. Aguanta en esta postura durante 20 o 30 segundos.
Para los glúteos
Como si te sentaras sobre una silla imaginaria, adopta esta posición en el aire con los brazos cruzados, siempre con la columna recta y sin que las rodillas flexionadas tapen la visión de tus pies. Mantente así durante medio minuto y fortalecerás no solo tus glúteos, también el abdomen.