Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorAunque no existe un ejercicio específico que pueda deshinchar o moldear las rodillas, si podemos combinar ejercicios aeróbicos de bajo impacto, con ejercicios de fuerza, haciendo especial hincapié en los que tonifican nuestras piernas.
El dolor de rodilla suele ser uno de los más comunes entre aquellas personas que no realizan ningún tipo de actividad física, pero también entre aquellas que practican deportes de alta intensidad o de larga duración. Los trastornos más habituales pueden llegar a causar artrosis o artritis, lesiones de menisco, ligamentos o desgaste de la parte posterior de la rótula. Por este motivo es importante tener especial cuidado con esta articulación del cuerpo e intentar fortalecer y reducir los riesgos, además de qua una musculatura fuerte hará que esta área sea más firme y tonificada.
Fortalecer la musculatura que la rodea y que sea ella la que soporte la mayor parte de la tensión debe ser el objetivo principal: los cuádriceps, los gemelos y los isquiotibiales deben estar fuertes.
Las personas que realizan poca actividad deportiva pueden empezar con actividades de bajo impacto, como nadar a crol o espalda, realizar gimnasia acuática, tipo aquagym, caminar a paso ligero con calzado deportivo o montar en bicicleta.
Otra forma fácil de entrenar la zona es con la realización de ejercicios para fortalecer la musculatura que rodea a la articulación y estiramientos que eviten sobrecargas musculares, reduciendo así el riesgo de lesiones.
Cada día podemos realizar una serie de sentadillas (de pie con el cuerpo recto, realizamos una flexión de rodillas de casi 90º y volvemos a la posición inicial), y una serie de extensión de caderas (hay que situarse tumbado en el suelo boca abajo con una pierna estirada y la otra semi-flexionada y levantar la pierna hacia el techo para mantener la posición durante 20 segundos), que serán especialmente convenientes para las rodillas.
Los ejercicios de fuerza, aunque no queman muchas calorías durante el ejercicio, siguen quemando durante muchas horas después por lo que son muy convenientes en la reducción de grasa y para reforzar la musculatura, sin causar desgaste ni inflamación de los cartílagos ni de los tendones.
Otra razón por la que puede que nos guste el aspecto de nuestras rodillas es por la flacidez de la piel de esa zona. Además de movernos cada día y cuidar nuestra alimentación, las rodillas necesitan cuidados de belleza para activar la microcirculación sanguínea, y combatir la hinchazón y la retención de líquidos mediante masajes con una crema tonificante o duchas de agua tibia.