Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorSeguro que te ha pasado que después del entrenamiento sientes mucha hambre y compensas el esfuerzo comiendo más de la cuenta. La mayoría de las investigaciones muestran, por ejemplo, que el ejercicio disminuye los niveles de la hormona estimulante del apetito grelina y aumenta los niveles de la hormona supresora del apetito leptina. Pero el aparente efecto supresor del hambre del ejercicio no se aplica igual a todas las personas.
Una reciente investigación midió los efectos de diferentes tipos de ejercicio en los niveles de grelina acilada, una hormona en la sangre que se cree que aumenta el apetito, y mostró que cuanto más intenso y prolongado era el ejercicio, más se suprimían los niveles de grelina acilada. El problema es que muchas personas compensan el esfuerzo con un exceso de cantidad de comida después del ejercicio y no consiguen perder peso, a pesar de aumentar la actividad.
Por ello, si lo que queremos es perder peso, debemos hacer ejercicio y dieta. Para ser eficaz, el ejercicio debe ser intenso, a un nivel superior al 75% de la frecuencia cardíaca máxima, según David Broom, autor principal del estudio y profesor de la Academia de Deporte y Actividad Física de la Universidad de Sheffield Hallam.
Se ha demostrado que incluso las ráfagas cortas de ejercicio, de tan solo 30 segundos, suprimen el apetito y la grelina acilada hasta aproximadamente dos horas después del ejercicio, aunque hay variaciones entre individuos. Y cuanto más en forma se está, menos ganas se tiene de recompensarse con la comida después de un entrenamiento, por lo que otra razón para sentirnos hambrientos es que nuestro cerebro no está acostumbrado al entrenamiento.
También puede ser que nuestro cuerpo confunda la sed con el hambre, por lo que, si no estamos adecuadamente hidratados durante el entrenamiento, nos sentiremos hambrientos después.
En cualquier caso, debemos hacer ejercicio independientemente de si queremos perder peso o no, ya que es primorial para mantener nuestro organismo saludable, y ello es lo que debe preocuparnos.
-Hacer entrenamientos con intervalos de alta intensidad, en lugar de entrenamientos de baja intensidad, puede ayudar a suprimir la hormona del hambre.
-Beber suficiente agua antes y durante el entrenamiento es esencial.
-Asegurarnos de realizar un entrenamiento de fuerza al menos tres veces por semana; porque los músculos estimulan el metabolismo y quemaremos más calorías durante todo el día.
-Comer un pequeño refrigerio 30 minutos antes del entrenamiento para no agotar al cuerpo de todas sus reservas de energía.