Mariola Báez
Deporte para mayores
¿El entrenamiento de fuerza es aconsejable para las personas mayores?
Mantener la musculatura, evitando lesiones, es posible con una rutina adecuada de ejercicios
Entrenar fuerza implica poner a trabajar los músculos de nuestro cuerpo para incrementar su volumen, potencia y resistencia. Esta definición puede dar lugar a confusiones y hacernos pensar que estas sesiones, que se realizan habitualmente en en el gimnasio, solo están dirigidas a deportistas de élite o a personas jóvenes que quieren desarrollar musculatura y contar con bíceps y tríceps propios de la halterofilia.
Es importante huir de estereotipos y saber que la intensidad de un entrenamiento de fuerza puede adaptarse perfectamente a las características y condición física de cada persona. Los cambios biológicos que implica el propio proceso de envejecimiento hacen que, a medida que pasan los años, la masa muscular tienda a debilitarse.
En este sentido, un entrenamiento de fuerza, bien planificado, puede ser una excelente medida para prevenir la sarcopenia, una enfermedad que implica la pérdida progresiva de musculatura algo que, como explica la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria) puede llevar a la fragilidad y a la disminución de las capacidades físicas.
¿Qué beneficios aporta un entrenamiento de fuerza?
Poner a trabajar a nuestros músculos es la mejor manera de conservar en buen estado las fibras que los componen. Para permanecer "sano", el músculo necesita algo tan simple como moverse, es decir, contraerse y estirarse de forma consecutiva. Esto se consigue la práctica de cualquier ejercicio, pero si además, le añadimos un complemento que suponga que el músculo tendrá que esforzarse un poquito más, los resultados serán más efectivos.
En eso consiste un entrenamiento de fuerza, en el que es habitual incorporar a la sesión elementos como mancuernas, barras o cintas, que creen una mayor resistencia y hagan trabajar más a fondo el músculo, tal como detallan expertos en Fisiología, salud y actividad física (@Fissac_es).
Los beneficios que aporta este tipo de entreno, no solo se limitan a la estimulación de las fibras musculares profundas sino que también repercuten en la buena salud de nuestros huesos, ya que, el propio esfuerzo del músculo, en su movimiento constante, contribuye a la remineralización ósea, previniendo dolencias como la osteoporosis.
El entrenamiento de fuerza puede ser un buen aliado para la salud y el envejecimiento activo de las personas mayores, pero siempre ha de estar supervisado o dirigido por médicos, fisioterapeutas o entrenadores profesionales. El objetivo es conseguir que una sesión de fuerza no se convierta, en ningún caso, en una actividad que implique riesgo de lesiones.
Este tipo de entrenamiento, como norma general, no debe realizarse más de dos veces a la semana y siempre dejando días de descanso entre sesiones, para dar el suficiente tiempo de recuperación al organismo. Además, requiere un plan personalizado que incluya los ejercicios más convenientes para cada persona y las cargas o resistencias que incorporará a cada uno de ellos. La ideal es combinar este entreno con otras actividades aeróbicas.