María Liébana
Deporte para mayores
¿Es bueno el deporte para el dolor cervical?
La falsa creencia de que el deporte es malo lleva a crear conductas de miedo al movimiento
Dentro de los tipos de dolor crónico que nos puede tocar padecer, el dolor cervical es sin duda uno de los más molestos. El dolor cervical puede ser el resultado de anomalías en las partes blandas, músculos, ligamentos, discos y nervios, así como en las vértebras y sus articulaciones. Pasar muchas horas sentados, mirando el móvil, las malas posturas y el sedentarismo, son a menudo las causas de que se produzca el deterioro progresivo de la zona cervical.
A la hora de ponerle remedio, es habitual creer que hacer cualquier movimiento cuando hay dolor es malo, lo que conlleva a crear conductas de miedo al movimiento. Sin embargo, a día de hoy se ha demostrado que la práctica de ejercicio tiene un efecto positivo en la reducción del dolor cervical. Siempre que el ejercicio que se realice esté correctamente pautado.
A la hora de establecer una rutina de ejercicios para disminuir el dolor cervical, es importante diferenciar entre dolor cervical crónico, o agudo. Para ello, es esencial fijarse en el tiempo que persiste el dolor: si dura semanas o meses se tratará de una una dolencia crónica.
Desde deportes para mayores nos indican qué tipo de ejercicio podemos hacer para aliviar el dolor cervical, diferenciando, eso sí, entre ejercicios para el dolor cervical agudo y el crónico. Y recomiendan empezar con dosis bajas de ejercicio (especialmente si sufren miedo al movimiento en la zona afectada), para ir aumentando la dosis de ejercicio progresivamente. También recomiendan mantenerlo en el tiempo, ser constante y establecer una rutina.
Tratamiento para el dolor cervical agudo
Con estas pautas, el objetivo es acelerar la recuperación y/o reducir el dolor cervical:
- Ejercicios isométricos. Este tipo de ejercicios producen una respuesta automática de reducción de dolor. Los ejercicios isométricos son ejercicios corporales que implican una tensión muscular pero que no generan movimiento de contracción y extensión de los músculos. Este tipo de ejercicios consisten en activar un músculo o grupo de músculos mientras mantienes una postura concreta durante un tiempo específico.
- Estiramientos. Flexibilizar la zona con estiramientos para que mejore la respuesta al dolor y acelerar la recuperación del tejido.
- Liberar la tensión acumulada en la fascia de la zona afectada, es decir, en la red de tejido que está dañada.
En este vídeo puedes comprobar de forma visual como realizar cada uno de los ejercicios.
Tratamiento para el dolor cervical crónico
Para tratar este tipo de dolor, desaconsejan realizar ejercicios de estiramiento, ya que, al tener una sensibilización excesiva a nivel nervioso, lo único que conseguiríamos estirando es empeorarlo. Lo que sí recomiendan es realizar ejercicios isométricos como los que muestran en el vídeo. Con estos conseguirás aliviar el dolor, liberar tensión y reducir las restricciones de movimiento.
También proponen incorporar ejercicio cardiovascular y realizarlo de forma habitual. Es con un entrenamiento repetido en el tiempo con lo que conseguiremos un mayor beneficio, ya que estaremos actuando sobre el sistema nervioso por diferentes vías. reducirá nuestro dolor de cuello a corto plazo después de la sesión debido a las modificaciones en los umbrales de dolor que se producen con su práctica.
Entrenamientos de fuerza y su potencial
Así mismo, resaltan los beneficios, a menudo desconocidos, que suponen practicar entrenamientos de fuerza. Una práctica como muchísimo potencial para reducir el dolor crónico.
Siempre partiendo de la premisa de evitar movimientos con las zonas afectadas y de practicar aquellos ejercicios que permitan mantener el cuello relajado.