Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorCon el paso de los años, es normal que una vez que terminamos el día nuestra espalda en general, y las vértebras lumbares en particular, acaben resentidas de toda la actividad. Por ejemplo, estar muchas horas sentados nos hará darnos cuenta a final del día que no hemos estirado ni pensado siquiera en esta zona de nuestro cuerpo. Frente a estas molestias diarias hay una fórmula sencilla, económica y que podemos practicar casi en cualquier sitio y en cualquier momento: el yoga.
Gracias a esta práctica podemos cuidar la zona lumbar ya que existen multitud de sus posturas o sanas que nos ayudarán a mejorar el estado de nuestras lumbares. Muchas personas optan, por ejemplo, por hacerlas en la mañana al levantarse o por las noches, antes de acostarse; también se pueden realizar en ambos momentos del día.
A continuación, te decimos algunas de las más comunes y fáciles de hacer con las cuales conservar la salud de la espalda baja.
Para realizar esta postura apoyamos las palmas de las manos, rodillas y empeines sobre el suelo (preferiblemente con una colchoneta o esterilla). La espalda debe quedar recta y paralela al suelo, con la vista al frente.
Mientras inspiramos por la nariz, bajamos la cabeza por entre los brazos para mirarnos el ombligo. La espalda forma una curva hacia arriba. (Esta postura recuerda a los gatos cuando se alteran). Al exhalar, levantamos la cabeza y tratamos de mirar el techo, mientras la espalda se curva hacia abajo.
Esta postura seguramente la hayamos hecho, sin darnos cuenta, cuando estábamos en el colegio de pequeño. Con los brazos a los costados del cuerpo, flexionamos las rodillas para apoyar las plantas de los pies en el suelo, lo más cerca posible de los glúteos.
Después, elevamos la pelvis bien alto, apuntando hacia el cielo y formando una línea recta entre el pecho y las rodillas. La diferencia con nuestra infancia es que aquí no despegamos los omóplatos ni la cabeza del suelo. Se puede colocar una pelota —como por ejemplo un balón medicinal— en la cintura para sostener la postura por más tiempo.
Es una de las más conocidas y representadas en cine y televisión. Para hacerla comenzamos en la colchoneta y boca abajo, con las piernas bien estiradas; una vez allí, pegamos los codos al cuerpo y apoyamos las palmas de las manos lo más cerca posible en el suelo.
Desde esa posición, elevamos el pecho y miramos hacia arriba. La idea es que la espalda haga una leve curva y se estire por completo; el bajo vientre debe despegarse del suelo.