Gana más independencia con estos ejercicios de flexibilidad: ¡Empieza hoy mismo!

Flexibilidad: capacidad de una articulación para moverse con libertad en toda su amplitud. Eso, libertad, es precisamente que ganamos cuando la tenemos bien entrenada.

Y es que disfrutar de una flexibilidad óptima mejora la capacidad de desarrollar tareas cotidianas. Desde calzarse o ponerse los calcetines sin ayuda, coger la bolsa de la compra del suelo, o alcanzar algo en el último estante de la despensa dejan de ser costosas.

La flexibilidad permite una mayor movilidad de las articulaciones en todo su recorrido y también las dota de una mayor resistencia a las lesiones musculares.

Por eso, los ejercicios de flexibilidad, o estiramiento, deben convertirse en una parte importante de su programa de actividad física. A continuación, explicamos una serie de ejercicios básicos que podemos realizar para estirar las partes más críticas de nuestro cuerpo, de una forma sencilla y sin requerir mucho esfuerzo. ¡No hay excusas!

Antes de estirar ten en cuenta que…

• Cada ejercicio se debe repetir de 3 a 5 veces durante cada sesión.
• Se deben realizar con paciencia, estirándonos lentamente hasta alcanzar la posición deseada, y manteniendo la posición de 10 a 30 segundos.
• Hay que respirar de forma normal mientras mantenemos una posición de estiramiento.
• Con cada repetición, debemos relajarnos y respirar antes de volver a comenzar.
• En cada repetición tenemos que intentar estirar un poco más.
• Es posible que nos sintamos un poco incómodos con las posturas, pero mientras no sintamos un dolor agudo, aguanta un poco. Es normal sentir que los músculos nos tiran.

El cuello

Nos colocamos de pie o nos sentamos en una silla firme. Pies planos sobre el suelo, separados y alineados con los hombros. Lentamente giramos la cabeza hacia la derecha hasta que sintamos un leve estiramiento. Después, la giramos hacia la izquierda.

Los hombros

De espaldas contra una pared, con los pies separados y alineados con los hombros, y los brazos a la altura de los hombros. Doblamos los codos para que las puntas de los dedos de la mano apunten hacia el techo y toquen la pared. Lo hacemos hasta que notemos su estiramiento o leve incomodidad (si el dolor o es fuerte, paramos de inmediato. No hay que forzar).

Tras esto, bajamos los brazos lentamente hacia adelante, manteniendo los codos doblados, hasta apuntar hacia el suelo y tocar la pared de nuevo,

Parte superior del cuerpo

Ahora nos ponemos cara a una pared, a una distancia algo superior que el largo de nuestros brazos, con los pies separados y alineados con los hombros. Inclinamos el cuerpo hacia adelante con las palmas de las manos planas sobre la pared, a la altura de los hombros y alineadas con los hombros.

Manteniendo la espalda recta, vamos dando pequeños pasos, muy lentamente, mientras deslizamos las manos por la pared hasta que los brazos lleguen por encima de la cabeza. Caminamos para atrás lentamente para volver a la posición original.

Pecho

De pie o sentados en una silla firme y sin brazos. Pies completamente apoyados en el suelo, separados y alineados con los hombros. Los brazos en cruz y elevados a la altura de los hombros, con las palmas de las manos hacia adelante. Lentamente movemos los brazos hacia atrás, tratando de juntar los omoplatos de los hombros.

Caderas

Nos tumbamos de espaldas con las piernas juntas, las rodillas dobladas y los pies planos sobre el suelo. Manteniendo ambos hombros planos sobre el suelo, bajamos una de las rodillas hacia un lado, intentado tocar el suelo. Hasta donde podamos.  que pueda cómodamente. Hemos de intentar no separar los pies.

Piernas

De espaldas con la rodilla izquierda doblada y el pie izquierdo plano sobre el suelo. Se levanta la pierna derecha, manteniendo la rodilla un poco doblada y nos agarramos la pierna derecha con ambas manos. Los hombros planos sobre el suelo. Tiramos suavemente de la pierna hacia nuestro cuerpo hasta que sienta un estiramiento en su parte posterior.