Verónica Mollejo
Deporte para mayores
HIIT o entrenamiento de alta intensidad: ¿cómo adaptarlo a las personas mayores?
Este tipo de entrenamiento es uno de los más efectivos para quemar grasa y ganar resistencia
En 2018 y según revela el informe ‘Worldwide Survey of Fitness Trend 2018’, emitido por la Escuela de Medicina para el Deporte de Estados Unidos, el HIIT o entrenamiento de intervalos de alta intensidad es una de las modalidades más seguidas en todo el mundo, debido a los múltiples beneficios que aporta al cuerpo humano. Este, cuyas siglas significan High Intensity Interval Training, es un sistema de entrenamiento que recurre a rutinas de carácter aeróbico, muy breves e intensas al mismo tiempo.
Es decir, su objetivo es exprimir al máximo tu capacidad energética, mejorando la masa muscular, la densidad mitocondrial, la quema de grasa, la sensibilidad a la insulina y el VO2MAX, un factor de medida que se utiliza para contabilizar los mililitros de oxígeno empleados en un minuto por cada kilogramo de peso corporal, un recurso muy efectivo para prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, dicha potencia podría no ser recomendable para las personas mayores, sobre todo aquellas que sufren alguna patología o cuya capacidad física no está a la altura de los requisitos. Eso sí, esto no significa que no sea igual de recomendable para la tercera edad. Por lo tanto, la única solución es adaptar el HIIT al propio individuo.
Con seguridad y ayuda de un profesional
En general, los entrenamientos de intervalos de alta intensidad duran, aproximadamente, unos 20 o 30 minutos y están compuestos por una fase de calentamiento, el tiempo de trabajo, que se divide a su vez en ritmos altos y de recuperación; y la fase final de descalentamiento, diseñada para volver a la calma de manera adecuada.
En el caso de las personas mayores, debe acompañarles siempre un entrenador personal o profesional del medio que guíe todos sus movimientos y sepa adaptar la intensidad de los mismos a su condición física. Siempre y cuando también haya superado un reconocimiento médico deportivo que ponga de manifiesto las posibles limitaciones del deportista.
Además, para no saturar al cuerpo, resulta fundamental recurrir al principio de progresión, que cuida el punto de partida y determina cómo incrementar la intensidad del entrenamiento sin correr riesgo alguno. Todo ello con el objetivo de que dichos ejercicios presenten después una mejora funcional en el individuo. Es decir, el HIIT debe conseguir que las personas mayores se enfrenten a su día a día en mejores condiciones, sino no existe ninguna diferencia con los entrenamientos convencionales.
No obstante, también se ha demostrado que, con la seguridad pertinente, el HIIT puede incrementar notablemente la potencia muscular en actividades funcionales, la fuerza o el contenido mineral óseo.