Este es el mejor ejercicio físico para tu cerebro

A medida que vamos envejeciendo, el cerebro y el sistema nervioso pasan por cambios naturales. En concreto, el volumen del hipocampo (una parte importante del sistema límbico, de una región cortical que regula el estímulo, la emoción, el aprendizaje y la memoria) desciende alrededor de un 1-2% anualmente, asociándose con un incremento del riesgo de deterioro cognitivo. Pero la buena noticia es que el ejercicio puede revertir esta tendencia. Pero ¿cuál es el mejor tipo de ejercicio para el cerebro? Una rutina compuesta por diferentes patrones de actividad física es mejor que, por ejemplo, hacer solo spinning o caminar. 

Desde hace años se tiene la evidencia de que la realización de actividad física continuada y, más concretamente, el ejercicio aeróbico como salir a caminar, correr, nadar o desplazarse en bicicleta, preserva o mejora la capacidad cognitiva.

La irrigación cerebral aumenta con la realización de ejercicio moderado, lo que conlleva a un aumento en la actividad de todas las células nerviosas, y en especial de las neuronas. Con ello se incrementa la producción de las sustancias reguladoras (neurotransmisores) que intervienen en las distintas funciones cerebrales, activando y regularizando las vías nerviosas que, sin el ejercicio, se encontrarían aletargadas.

La mayor parte de los estudios han investigado cómo el ejercicio aeróbico de intensidad moderada, es decir, andar, correr, bailar o ir en bicicleta… tiene efectos en la materia gris del cerebro. Pero ahora se está empezando a examinar otros tipos de ejercicio, no solo el aeróbico sino también el ejercicio de fuerza muscular o ejercicios motores.

Actividad moderada y variada

La frecuencia ideal es hacer 150 minutos de actividad moderada y dos sesiones de ejercicio de fuerza por semana, tal y como señala la Organización Mundial de la Salud. Pero debemos tener en cuenta que cuanto más variado sea el tipo de ejercicio, mejor, pues también estaremos estimulando los procesos cognitivos. 

Un estudio comprobó que al combinar el ejercicio aeróbico con el ejercicio de fuerza, en este caso en pacientes con demencia senil, la mejoría fue mucho mayor que con cualquiera de los ejercicios por separado. 

Aquellos ejercicios que, además, potencien la coordinación corporal y espacial, como coreografías de bailes son, además, especialmente enriquecedoras. Nuestro cerebro necesita estimulación y la más eficaz proviene de mover nuestro cuerpo en el espacio, sea con esfuerzos intensos y coordinados o con tareas automáticas y repetitivas. Además, cuanto más frecuente y regular sea nuestra práctica física, mejor para el cerebro.