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Deporte para mayores
Muere 'Súper Paco', el octogenario olivarero que corría pruebas de más de 100 kilómetros
Comenzó a correr con 60 años por consejo médico cuando se le detectó un alto nivel de colesterol
Todo el mundo del running y el trail, que hoy está de luto, reconocía de inmediato la inconfundible silueta encorvada de Francisco Contreras Padilla, 'Súper Paco', el hombre que alcanzó la fama y conquistó el cariño incondicional de los aficionados a las carreras extremas por su participación en pruebas de ultrafondo que comenzó a los 60 años por recomendación médica y ya nunca abandonó. Hasta ayer por la tarde, cuando a los 81 años ‘Súper Paco’ nos dejó por culpa de un cáncer de esófago que se le diagnosticó el pasado verano.
Francisco, natural del malagueño municipio de Cártama, se marcha como un auténtico icono del deporte digno de admiración y respeto. Ha sido el propio alcalde de Cártama, Jorge Gallardo, el encargado de confirmar su muerte. En el pueblo, donde se dedicaba al cultivo del olivo y el limonero, era sin duda la persona más querida. De hecho el equipo de la localidad ha decidido estrenar una nueva equipación con la imagen de ‘Súper Paco’ con su consabida indumentaria en las carreras, la misma que utilizaba para trabajar y pasear habitualmente: su inseparable sombrero de pleita, su camisa con las mangas vueltas, el pantalón de trabajo, sus botas y sus imprescindibles garrotes.
Su vocación por las carreras extremas llegó tarde, en 1999, cuando tras un examen médico rutinario se le detectó colesterol alto y le recomendaron hacer ejercicio. Comenzó a correr y su ilusión y resistencia física le llevaron a participar y lograr terminar carreras de ultrafondo como los 101 kilómetros de la Legión de Ronda, la Volta Cerdanya Ultrafons de 189 kilómetros o la Ultra-Trail de Mont Blanc el maratón de montaña de los Alpes caracterizado por su elevada altitud y sobre una distancia de 166 kilómetros.
‘Súper Paco’ se impuso una estricta dieta a base de verduras frescas, pescado y pollo. Nunca bebía alcohol, todas las semanas se inscribía en una carrera de, al menos, 25 kilómetros y su rutina de entrenamiento incluía marchas nocturnas por la montaña de hasta 40 kilómetros a las que tan solo llevaba agua, un puñado de frutos secos, un móvil y un frontal de luz para urgencias.
Hace tres años sus hijos consiguieron publicar un libro que titularon con el apodo que le dieron sus compañeros (“yo no tengo rivales, sino compañeros”, decía siempre) y los aficionados al trial, Súper Paco. Kilómetros de vida, y en el que narraban su singular biografía en la que no se podía pasar por alto su trabajo en el campo, sus carreras o la medalla de oro de Málaga que recibió. Aunque él, tan humilde y sencillo como entrañable, le quitaba importancia a todo y llegó a declarar en una entrevista: "La gente me da mucho mérito, pero soy igual que los demás. La fuerza de voluntad es lo que cuenta". Todo un ejemplo de vida y un legado que siempre deberíamos tener presente.