Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autor¿Te planteas comenzar a practicar yoga? Puedes empezar por algunas posturas sencillas sentado que son perfectas para iniciarte en esta práctica milenaria. Las posturas sentadas nos ayudan a ganar elasticidad en las articulaciones de las piernas, nos ayudan a evitar el cansancio y el adormecimiento de nuestras extremidades y son más agradables para nuestro cuerpo cuando comenzamos a practicar yoga. Si, además, las combinas prestando atención a la respiración y en un ambiente de relajación, suponen el ejercicio perfecto. Repasamos algunas de las posturas sentado más fáciles para comenzar.
Comenzamos con la más básica y sencilla; es la postura básica de meditación: sukhasana. Te sientas en la colchoneta, con la espalda recta y las piernas cruzadas a la altura de los tobillos, bajando las rodillas lo más posible hacia el suelo. Coloca las manos sobre las rodillas, cierra los ojos y concéntrate en la respiración.
Otra postura sentada que te proponemos es la torsión y se parte de la postura anterior. Vamos a girar el torso ayudándonos de las manos, llevando la derecha a la rodilla izquierda y colocando la mano izquierda detrás de la espalda. Haz presión para que el tronco gire un poco más. Después, cambiaremos de lado y giraremos hacia el otro lado.
Con la práctica, la primera postura que hemos visto evolucionará a esta forma de sentarse que se llama medio loto, donde te sientas con las piernas flexionadas, pero donde el pie derecho se pone encima de la rodilla izquierda, apoyando el empeine en la parte interna del muslo. Aguanta unos segundos y después cambia de pierna.
Esta postura evoluciona hacia la de loto, subiendo los dos pies a la rodilla contraria. No es una postura sencilla, pero cuando ganas flexibilidad es una de las comunes.
Otra de las posturas que nos pueden hacer ganar flexibilidad en las caderas es la de la mariposa. De nuevo, sentados con la espalda recta, flexionamos las piernas hasta que las plantas de los pies se juntan. Podemos ir un poco más allá en la postura colocando las manos en los empeines y abriendo los pies como si fuera un libro.
Esta postura de yoga también es de las más usadas. Estira las piernas y mantén la espalda recta; eleva los brazos hasta dejarlos estirados al lado de tus orejas y, mientras exhalas, dóblate lentamente bajando el tronco hasta que tus manos lleguen a tus pies o a tus piernas.