Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorLa escena al final de una clase de Yoga con el maestro al frente de la clase, juntando las manos en posición de oración, e inclinándose en una profunda reverencia para pronunciar la palabra “namaste", es muy típica. Los estudiantes de yoga se inclinan a cambio, susurrando la palabra a su maestro. Es tan común que la clase no parece Yoga sin este ritual.
Es un término tan universalmente utilizado que podría perder su verdadero significado. Pero ¿significa lo que creemos que significa?
Namasté es una palabra en sánscrito (lengua clásica de la India). “Namas” quiere decir “reverencia, inclinarse”, y “te” significa “ti”. Por lo tanto, significa “te saludo” o “te reverencio”, literalmente “yo me inclino ante ti". Esta es una de las cosas que la profesora de yoga, Xuan Lan, explica en su libro Mi Diario de Yoga.
Deepak Chopra repite una definición similar en su podcast The Daily Breath with Deepak Chopra significa “el espíritu en mí honra al espíritu en ti” y “lo divino en mí honra lo divino en ti”. La interpretación de “divino en ti” proviene de la creencia hindú de que Dios reside en todos, por lo que cualquier persona a la que saludes merece respeto.
Cuando pronunciamos la palabra namaste, generalmente la acompañamos de un gesto, un “mudra”. La persona junta las palmas de sus manos en forma de rezo y las lleva al centro del pecho, justo al chakra del corazón. De forma que el gesto es un reconocimiento del alma en uno por el alma en otro. Esta posición, y según el budismo, nos permite reposar y hacer fluir nuestra energía para estar en armonía con el mundo. Así, empiezas, desde el momento que saludas, a tratar a los demás como a ti te gusta que te traten. Cada vez que digas la palabra namasté, recuerda que, según esta cultura ancestral, estás practicando un proceso de evolución espiritual para el verdadero encuentro con la otra persona.
En la cultura del sur de Asia, se usa con mayor frecuencia como un saludo de profundo respeto, reservado para las personas más mayores, maestros u otras personas a honorar. De esta manera, hay un poco de jerarquía adjunta: es más probable que una persona joven lo use para saludar a una persona mayor; o un estudiante se dirigiría a un maestro de esta manera.