Victoria Herrero
Deporte para mayores
Los esquiadores tienen un menor riesgo de sufrir depresión y demencia
Además, el esquí ejercita tus músculos, mejora tu concentración y equilibrio y te libera del estrés
Todos aquellos a los que les guste la nieve y sobre todo deslizarse ladera abajo esquiando están de suerte. Y es que, según un estudio, los esquiadores tienen un menor riesgo de tener un daño vascular en el cerebro. En otras palabras, este deporte ayuda a que estas personas que lo practican tenga alejados aquellos síntomas que podían avisar de una posible depresión o demencia.
A esta conclusión ha llegado un grupo de investigadores de las universidades suecas de Lund (@lunduniversity) y Uppsala (@UU_University) tras analizar a más de 200.000 esquiadores. Sin embargo, pese a estas buenas noticias, este grupo de investigación no ha podido sacar datos concluyentes acerca de la relación beneficiosa de este deporte y el mayor o menor riesgo de padecer alzhéimer en un futuro. Pero al menos, una buena noticia han dado.
"Los resultados indican que la actividad física no afecta los procesos moleculares que causan la enfermedad de Alzheimer, como la acumulación de la proteína amiloide. Sin embargo, la actividad física reduce el riesgo de daño vascular al cerebro, así como al resto del cuerpo", defienden los responsables de este informe.
Una actividad física con muchos beneficios
La época invernal no significa que uno no pueda llevar cabo todo tipo de deportes al aire libre. Con una buena equipación para protegerse del frío y la humedad, todos podremos aprovecharnos de ese aire tan puro que se respira hasta en los días de temperaturas más bajas. Y uno de ellos es el esquí.
Aparte de esas buenas noticias para nuestro cerebro, el esquí es un perfecto ejercicio para los mayores no solo a nivel físico. Y es que estos son algunos de los aspectos positivos que trae aparejado esta actividad sobre la nieve.
- Como es lógico, el esquí es un estupendo aliado a la hora de poner en marcha y ejercitar los músculos de todo nuestro cuerpo, pero sobre todo en lo que atañe a las piernas y al torso. Es decir, gracias a ese esfuerzo para deslizarse, sin caerse, por esa montaña, nuestros abdominales y glúteos también trabajan a pleno rendimiento. Y eso no es todo, la espalda, los hombros y los brazos también ayudan en ese empuje ladera abajo. Lo cierto es que no queda casi ninguna parte del cuerpo que no se active con esta actividad física.
- Y ese desgaste físico hará que duermas mejor por las noches.
- A otro nivel, no puramente físico, este deporte nos ayuda a la hora de concentrarnos en seguir esa ruta y no caernos, así como en facilitar nuestra coordinación motora, nuestro equilibrio y nuestra flexibilidad (sobre todo a la hora de levantarnos cuando nos hemos caído durante el descenso).
- En un plano mental, esa adrenalina que se genera según vamos descendiendo metros hace que en nuestro cuerpo se segreguen hormonas como la dopamina o la serotonina que nos proporcionan una sensación de bienestar y aleja los fantasma de la ansiedad y el estrés de nuestra cabeza.
- La misma sensación placentera que te da ese sol y ese aire puro que te da arriba de esas montañas. Pero, recuerda; aunque estés en pleno invierno en la nieve (incluso si el día está un tanto nublado) siempre debes llevar la piel protegida con la crema de sol correspondiente.
Tu primer día de esquí
Con todo esto bueno que te trae este deporte, no es raro que más de uno aproveche un fin de semana para lanzarse a la nieve. Para todos, especialmente para los mayores, es importante que se tengan en cuenta estas consideraciones previas:
- No es necesario gastarse cientos de euros en una equipación a la última moda. Pero tampoco esquiar con una ropa deportiva vieja. Elige aquella ropa que te sea cómoda y mejor si es impermeable para que no tengas toda la humedad encima cada vez que te caes. Lo ideal es que te vistas por capas y optes por ropa térmica y seguir una máxima esencial en este sentido: ni una sencilla camiseta pensando que vamos a tener mucho calor ni tampoco chaquetas y abrigos con los que no te puedas ni mover libremente.
- Es bueno que unas semanas antes, si sabes con antelación que vas a ir a esquiar, ejercites un poco tu cuerpo para que al menos se prepare un poco a nivel muscular de cara a lo que le espera. Y es que el esquí es un deporte que exige esfuerzo y tanta caída puede hacer que acabes muy cansado al final del día.
- Y ese esfuerzo debe graduarse y acompañarse de agua para estar bien hidratado y de alimentos que te den energía durante la jornada como chocolate, algunos frutos secos o plátanos.
- Por eso, si no has practicado nunca, ayúdate del consejo de los monitores y empieza por las pistas básicas. Sabiendo las técnicas y movimientos básicos (no vas a ser un profesional olímpico) el secreto solo estar en practicar y practicar para llegar a dominar el arte del esquí.