La libertad está últimamente en boca de todos. La libertad fue mensaje más repetido por Isabel Díaz Ayuso durante la campaña electoral para la presidencia de la Comunidad de Madrid, que ganó abrumadoramente. Esa misma ‘libertad’ ha sido la responsable de que el Reino Unido no incluya nuestro país entre los destinos seguros para el turismo, en opinión de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. Bajo el paraguas de la libertad, miles de irresponsables se echaron a la calle con el fin del estado de alarma. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida ha puntualizado que “libertad no es hacer botellón”.
Pero, ¿qué es exactamente la libertad? ¿y ser liberal? ¿y el liberalismo?. Algunas de las principales voces del liberalismo en todo el mundo, como Mario Vargas Llosa, María Blanco, Johan Norberg, Deirdre Deirdre McCloskey, Tom G. Palmer, Carlos Alberto Montaner o David Boaz, entre otros, nos lo aclaran en ‘El Manual liberal’, una compilación a cargo de Antonella Marty, editado por Deusto y que explica de forma clara y sencilla qué es y qué defiende el liberalismo político, económico, individual y cultural.
¿Qué es el liberalismo?
Según sus propias voces, el liberalismo es mucho más que mercados libres, seguridad jurídica y propiedad privada, “Todo esto es trascendental y vital, pero no es lo único que abarca el liberalismo”, explica Antonella Marty. Los liberales colocan al individuo en el centro de sus ambiciones y “muestran el camino hacia un mundo más libre, menos fanático y más rico”, tal y como asegura la autora en este manual.
El liberalismo, sostienen los autores de este libro, defiende que los derechos y las libertades sólo están a salvo si el poder tiene límites y si logramos dejar a un lado los colectivismos.
Estamos ante una filosofía política que defiende el derecho a la libertad de cada individuo y que, como explica Marty, se basa en tres principios: “primero, que todos somos iguales ante la ley; segundo, que, como menciona siempre la fantástica economista Deirdre N. McCloskey, mi libertad de mover mis manos termina donde comienza la nariz del otro, es decir, la base del principio de no agresión, y, tercero, que mis libertades o derechos no terminan donde comienzan los sentimientos de los demás. El liberalismo encarna, en definitiva, el sentido común y la lucha contra la desigualdad ante la ley.
¿De izquierdas o de derechas?
En este punto los liberales son irreductibles. Sus enemigos son el control gubernamental, los políticos y los burócratas, y los colectivismos, tanto los de izquierdas como los de derechas. De hecho, esta obra sostiene que existe una derecha disfrazada de ‘liberal’ y urge a quitarle la máscara. “Son varios los colectivismos populistas que se enmarcan dentro de esa derecha mundial”.
La libertad se enfrenta a innumerables contiendas, al populismo y un auge de las políticas antiliberales, asegura este manual. El socialismo, el estatismo, el conservadurismo, el nacionalismo, el fascismo, la izquierda, la derecha y muchas otras ideologías políticas, con sus frecuentes pretensiones colectivistas, intentan aniquilar cualquier vestigio de individualidad. “La libertad es libertad, no es la planificación central que busca el socialismo, no es la moral católica del siglo XVI y no es el estatismo emocional de la derecha”, explica la autora.
El populismo es enemigo de la libertad
“También rebrotan populismos de derecha dentro de Europa, movimientos populistas que rechazan de manera abierta los ideales de la Ilustración, mostrando su tribalismo, sus tendencias autoritarias y su nostalgia por un pasado idílico, siendo una amenaza para el progreso” asegura Antonella Marty. “Basta simplemente con hacer un repaso de las famosas Cien medidas para la España viva propuestas por Vox y ya será suficiente para que el lector reconozca la abundancia de nacionalismo, homofobia y dirigismo que priman en ese partido sobre cualquier otro aspecto, lo que no tiene nada, absolutamente nada, de liberal”.