La mujer mayor de 50 años se muestra más insatisfecha con el trato y atención que recibe de su banco que el hombre sénior.
Así se desprende de la encuesta online realizada por 65YMÁS –8 millones de usuarios únicos al mes en todo el mundo y más de 4,5 millones en España– sobre el grado de satisfacción de los clientes séniors con el sector bancario.
En concreto, el 68,5% de los hombres se muestra 'muy insatisfecho' o 'insatisfecho', frente al 69,6% de las mujeres. Cabe recordar que al sondeo han respondido 11.565 personas de las 17 CCAA del país y sus dos ciudades autónomas.
El problema de la brecha digital
Además, cabe destacar que la mujer sufre en mayor medida la brecha digital, según la encuesta. Prueba de ello es que el 74% de los hombres sénior encuestados dicen operar en banca digital, frente al 62% de las mujeres.
Y lo mismo ocurre en cuanto a los conocimientos necesarios para realizar gestiones online. En este caso, más de la mitad delas mujeres que respondieron al sondeo asegura que no los tiene, una cifra superior a la de los varones sénior (43,2%).
Por otra parte, las mujeres afirman haber recibido menos formación por parte de su banco que los hombres. Concretamente, sólo el 9,8% tuvieron acceso a algún tipo de curso (11,7% en varones).
Y el grado de satisfacción respecto a esa formación también varía según el sexo, siendo las mujeres más críticas que los varones –la mitad (50,4%) cree que les sirvió de algo, frente a sólo un tercio (37,3%) de las encuestadas–.
Más dificultades en cajeros
Además, los datos son diferentes entre sexos en cuanto a las dificultades para operar en cajeros: el 41,9% de las mujeres las tiene –frente al 39,2% de los hombres–.
Pero la diferencia se acentúa sobre todo en las edades más avanzadas. Por ejemplo, el 41% de los hombres reconoce que se maneja mal con estos aparatos, frente al 61,7% de las mujeres de más de 80 años.
Qué piden a la banca
Finalmente, las peticiones a la banca también difieren según el sexo.
Así, ambos piden en primer lugar atención personalizada en las oficinas y, en un segundo puesto, una ampliación del horario, sin embargo, difieren en su tercera reclamación a la banca: las mujeres séniors le dan más importancia a la formación, y los hombres, a simplificar los servicios de banca digital.
Y es que la formación es una de las asignaturas pendientes de muchas mujeres sénior, sobre todo, de las más mayores.
De esta manera, como denuncia la Confederación Española de Asociaciones de Mayores (@CEOMA_ong), el problema de la exclusión de los mayores por la digitalización no solo se produce en los bancos sino en todas las esferas de la sociedad, convirtiéndose en un obstáculo para los más mayores y que se acrecenta en el caso de muchas mujeres, que no han recibido formación en tecnología.
Testimonios
Ese es el caso de Pilar Cabrera, de 76 años. Reconocía en una entrevista a Europa Press que "el mundo de los ordenadores" le "suena a chino". "Todo eso que se hace con el móvil yo no sé hacerlo. También es cierto que no me he preocupado porque lo hace mi marido pero no entiendo nada, me parece muy difícil", afirmaba. Pilar sí que se maneja con los pagos por internet porque con la pandemia, dejó de usar efectivo, pero asegura que no sabe hacer muchas más gestiones. "El día que falte mi marido, tendré que aprender", avanzaba.
Asimismo, recuerda que cuando era joven, en la pasada década de los 60 y 70, "lo habitual era dejar el trabajo cuando te casabas". "Y tenías que ir al banco siempre con tu marido para hacer cualquier gestión", indicaba, una circunstancia que ahora lastra su desarrollo en la materia.
En la misma situación se encuentra Carmen, de 71 años, que afirmaba desconocer "todo sobre Internet". "No sé usar nada un ordenador, si hay que hacer algo, lo hace mi hija", reconocía. En cualquier caso, se maneja mejor con el móvil aunque precisaba que conoce lo básico, "aplicaciones como WhatsApp y poco más".
Más experta en el mundo digital es Milagros Giner (65 de años) ya que por su trabajo de traducción está habituada al uso de equipos informáticos. Sin embargo, como denunciaba a Europa Press, este hecho no evita que encuentre constantes trabas pues, a su juicio, "no existe un lenguaje universal para acceder a las webs, están mal configuradas". "No es que una sea tonta, es que el que diseña la página tiene una idea en mente y no todos, sobre todo los que tenemos más edad, lo ven igual", lamentaba.
En el caso de los bancos, Milagros lamentaba "los continuos cambios" que realizan en sus webs. "Te habituas y aprendes, te manejas y, sin previo aviso, cambian algo y eso te hace perder más tiempo y hay que dedicarle tiempo a aprender. Las mejoras no deberían suponer eliminar lo anterior pero al final se pone por encima el trabajo de los creadores en detrimento del usuario", añadía. Por todo ello, pedía al Gobierno que se "ponga las pilas" y facilite la inclusión, especialmente de este colectivo, al tiempo que reclamaba más "formación e información" en la materia.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.