Antes de que acabe el año, más concretamente este viernes día 29, otro municipio pequeño con mayoría de población mayor se quedará en exclusión financiera al perder el único cajero automático que tenía. Los protagonistas son Ureña, un pueblo de la provincia de Valladolid y Unicaja, la entidad que cerrará el cajero. Como el cangrejo, el compromiso de la banca por reforzar la inclusión financiera en las zonas rurales, da pasos atrás en lugar de avanzar.
“Lamentablemente hoy hemos recibido un correo del grupo bancario propietario del cajero automático que tenemos en Urueña que el próximo viernes se procederá a la retirada definitiva del mismo” comunicaba en un escueto mensaje el Ayuntamiento de Urueña en su perfil de la red social X, antes Twitter. “La batalla del mundo rural contra los bancos está perdida de antemano”, se lamentaba, contundente, el Ayuntamiento de esta pequeña población.
Lamentablemente hoy hemos recibido un correo del grupo bancario propietario del cajero automático que tenemos en Urueña que el próximo viernes se procederá a la RETIRADA DEFINITIVA del mismo.
— Ayto. de Urueña (@ayto_uruena) December 26, 2023
La batalla del MUNDO RURAL contra los bancos está perdida de antemano.#urueña pic.twitter.com/euTrAcZSb0
En muy pocas horas, el post del Ayuntamiento de Ureña se ha hecho viral y está recibiendo numerosos mensajes de solidaridad y apoyo. “Los bancos físicos están desapareciendo, es cuestión de tiempo, ahora, la gente mayor que no se maneja con la tecnología y no tiene por qué hacerlo, debería de ser tomada en cuenta, lamentable resolución”. “Una mala noticia, son servicios básicos que todos los habitantes de las zonas rurales debemos tener! Luchad hasta el final para evitar su retirada”. “Luego se les llena la boca hablando del mundo rural”. “Un pueblo histórico y hermoso sin interés para los bancos...es que no ganan lo suficiente”. “Lo de Unicaja es asombroso, pues no será por los beneficios que obtienen todos los ejercicios”. “Yo propondría a todos los habitantes que cambien su cuenta y productos a otro banco”, dicen algunos de los numerosos mensajes de respuesta.
“La población es muy mayor como para decirlos que cambien ahora su pensión de banco” ha contestado el Ayuntamiento de Ureña a los mensajes que sugieren hacer boicot contra la entidad y que los vecinos del pueblo cambien de banco.
Entre los mensajes de apoyo, destaca el de la siempre vigilante presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros, ASUFIN, Patricia Suárez:
La banca tiene que cumplir sus compromisos.@Aebanca @sectorceca #unacc
— Wonder Woman 🏃🏼♀️ 📺 (@WonderWomanPSR) December 26, 2023
c/c @nadiacalvino @carlos_cuerpo @BancoDeEspana
En @asufin_ no dejaremos de denunciarlo #EspañaVaciada #InclusiónFinanciera https://t.co/sWBMal2rSY
El motivo del cierre del cajero, según la entidad financiera, es la escasez de movimientos. Algo que el Ayuntamiento rebate. Argumenta que son muchos los turistas que lo usan. Y es que Ureña, pese a ser una población pequeña de apenas 188 habitantes, es un pueblo muy turístico. Ureña, está considerado como el pueblo más culto de España y también es conocida como Villa del Libro de Valladolid. En la localidad hay nueve librerías y espacios dedicados al mundo de la lectura y la literatura.
En octubre de 2022, las principales patronales bancarias firmaban la Hoja de ruta para reforzar la inclusión financiera en las zonas rurales, por el que se comprometían a asegurar el acceso a servicios bancarios en todos los municipios españoles. Además de un plan para llevar estos servicios a aquellas poblaciones sin un punto de acceso a servicios financieros o de retirada de efectivo, la hoja de ruta establece que “en el caso de los municipios que cuentan con un único punto de acceso a los servicios financieros, las entidades harán su máximo esfuerzo para mantenerlos”.
Para Unicaja, ese máximo esfuerzo es inexistente. Desde 2021 ha cerrado 500 oficinas en un plan para cerrar el 35% de sus sucursales. Además ha prescindido de casi 2.000 trabajadores. Fuentes sindicales de la entidad hablan de cierres precipitados y desordenados, que están dejando poblaciones sin entidad financiera, ni otras alternativas, como cajeros. Y clientes a los que ni siquiera se avisa de los cierres; a más de 30 o 40 kilómetros del cajero más cercano.
Ahora, tras el cierre de este cajero, el único punto de acceso al efectivo para esta localidad, sus habitantes tendrán que trasladarse hasta alguna de las poblaciones más cercanas con sucursales o cajeros abiertos, como Tiedra, San Pedro de Latarce, Mota del Marqués y Villabrágima, a una distancia media de unos 15 kilómetros.
