Los vecinos de la localidad valenciana de Otos tendrán que desplazarse hasta otras localidades para poder disponer de dinero en efectivo. Cajamar ha cerrado el único cajero que había en el pueblo. De nada han servido los esfuerzos del Ayuntamiento de esta población, que incluso llegaron a comprar el inmueble donde estaba alojado el cajero y, desde hace un año, no cobraban alquiler alguno a la entidad financiera, con el compromiso de que mantuviera el cajero.
Tampoco ha servido de mucho la hoja de ruta firmada por las principales patronales bancarias para garantizar la inclusión financiera. El cajero no resultaba rentable, y Cajamar lo ha desmantelado.
En esta ocasión, el medio físico ha ido más rápido que el digital, porque el cajero lleva días cerrado, pese a que en la web de Cajamar, aún aparece la existencia del cajero en la localidad de Otos, junto a los servicios que prestaba. Además de la retirada de efectivo, este cajero permitía hacer transferencias, pagar recibos con códigos de barras y realizar operaciones con libreta de ahorros, así como actualizarla, algo de vital importancia para las personas mayores.
Los mayores son, precisamente, los más perjudicados por el cierre de este cajero, porque en muchas ocasiones no tienen la posibilidad de desplazarse y se convierten en dependientes de familiares o vecinos.
“Las personas no contamos para la banca. Somos números, y en números los pueblos pequeños no somos rentables”, ha dicho Inés Alfonso, alcaldesa de Otos, en declaraciones al diario ARA La Vall d'Albaida.
El compromiso de la banca por reforzar la inclusión financiera en las zonas rurales, de nuevo, da un paso atrás en lugar de avanzar. En octubre de 2022, las principales patronales bancarias firmaban la 'Hoja de ruta para reforzar la inclusión financiera en las zonas rurales', por el que se comprometían a asegurar el acceso a servicios bancarios en todos los municipios españoles. Además de un plan para llevar estos servicios a aquellas poblaciones sin un punto de acceso a servicios financieros o de retirada de efectivo, la hoja de ruta establece que “en el caso de los municipios que cuentan con un único punto de acceso a los servicios financieros, las entidades harán su máximo esfuerzo para mantenerlos”.
El argumento de la despoblación y del apoyo al medio rural ha sido uno de los esgrimidos por el consistorio de esta pequeña localidad valenciana. Pero de poco han servido los compromisos para evitar la exclusión financiera “con las que tanto se llenan la boca. Esa obra social de la que tanto hablan, a la hora de la verdad se queda todo en palabras”, ha dicho la alcadesa.
