Los compromisos con la inclusión financiera de las personas mayores y con el medio rural en Cajamar quedan en papel mojado. Como un goteo constante, y a pesar de obtener beneficios históricos, la entidad continúa con un lento pero inexorable proceso de cierre de oficinas, cajeros y recorte de personal.
Solo en el segundo trimestre de este año, es decir, entre abril y junio, Grupo Cajamar ha cerrado nueve sucursales bancarias y recortado 16 puestos de trabajo. En alguno de estos casos, esos cierres dejan a poblaciones enteras sin oficina bancaria. Las personas mayores son, precisamente, las más perjudicadas por estos cierres, porque en muchas ocasiones no tienen la posibilidad de desplazarse y se convierten en dependientes de familiares o vecinos. En el primer trimestre del año Cajamar cerró otras dos sucursales y recortó ocho empleos y, desde el 30 de junio, ya ha cerrado al menos un par de sucursales bancarias más.
Goteo de cierres de sucursales rurales
“Nuestro Grupo está comprometido con la inclusión financiera, proporcionando nuestros 5.168 empleados servicio financiero a más de 3,8 millones de clientes a través de nuestras 991 oficinas y ventanillas rurales” dice la entidad en su web. Un compromiso que mantienen, pese a que los recursos para evitar la exclusión financiera se reduzcan. Hace apenas unos días, antes de presentar sus resultados trimestrales, en ese mismo texto, Cajamar aseguraba que este compromiso se apoyaba en 1.000 oficinas y 5.184 empleados.
Sucursales cerradas y amortización de puestos de trabajo que se producen en un contexto de beneficios disparados. En el primer de este año Grupo Cajamar ha ganado un 191,7% más que en el mismo periodo de 2023. En concreto, ha registrado un beneficio de 174,1 millones de euros.
En lo que va de año, todos los márgenes de la cuenta de resultados de la entidad han crecido a doble dígito, impulsados por el actual entorno de tipos, pero sobre todo por la evolución de los ingresos de su negocio bancario, esto es, por la evolución de los recursos que gestionan de sus clientes minoristas y de la inversión crediticia.
A la luz de estas cifras, Cajamar ha anticipado un resultado “histórico” para el conjunto de este 2024.
El goteo de cierres, continúa
Los resultados trimestrales que Grupo Cajamar acaba de presentar dan cuenta de los cierres acometidos hasta el 30 de junio de este año pero, las clausuras, continúan. A finales de este mes de julio que acaba de concluir, Cajamar desmantelaba la sucursal que tenía en Losa del Obispo, Valencia, una pequeña población de la comarca valenciana de interior de La Serrania, en la España vaciada, con una población mayor importante, que ahora se quedan en exclusión financiera, sin alternativa bancaria. Por el momento, Losa del Obispo contará con un cajero automático de la entidad, pero solo durante seis meses.
“Se les llena la boca a todo el mundo hablando de despoblación y de retos de futuro, cuando se olvidan cuestiones básicas como pueda ser una conexión digna de internet, buenas infraestructuras, transporte público y, por supuesto, algo tan básico como tener servicio bancario'' aseguraban desde el consistorio al diario local ‘El periódico de aquí’. “Cajamar ha perdido su esencia de Caja Rural” afirman.
De la misma forma, Miranda, en Cartagena, Murcia, también se ha quedado desde el pasado día 1 de agosto sin la última sucursal bancaria con la que contaban sus vecinos. Cajamar la ha cerrado, aunque, en este caso, sí ha dejado, por el momento, un cajero automático.
Recordemos que hace apenas unos meses, 65YMÁS ya denunciaba cómo los vecinos de la localidad valenciana de Otos tendrían que desplazarse hasta otras localidades para poder disponer de dinero en efectivo, por el desmantelamiento por parte de la entidad, del único cajero automático del que disponían en el pueblo.
La hoja de ruta, papel mojado para Cajamar
El compromiso de la banca por reforzar la inclusión financiera en las zonas rurales, de nuevo, da un paso atrás en lugar de avanzar. En octubre de 2022, las principales patronales bancarias firmaban la 'Hoja de ruta para reforzar la inclusión financiera en las zonas rurales', por el que se comprometían a asegurar el acceso a servicios bancarios en todos los municipios españoles. Además de un plan para llevar estos servicios a aquellas poblaciones sin un punto de acceso a servicios financieros o de retirada de efectivo, la hoja de ruta establece que “en el caso de los municipios que cuentan con un único punto de acceso a los servicios financieros, las entidades harán su máximo esfuerzo para mantenerlos”.
El argumento de la despoblación y del apoyo al medio rural es el que esgrimen en todos los pueblos en los que la entidad cierra sucursales y/o cajeros. Pero de poco han servido los compromisos para evitar la exclusión financiera. La entidad zanja el asunto con el dato de que 6 de las 991 oficinas de las que dispone, son unidades bancarias móviles itinerantes que dan servicio a poblaciones con menos de 1.500 habitantes.
Los ofibuses no llegan a todas las poblaciones, lo hacen con poca periodicidad y a los clientes no es una fórmula que les guste. Tal y como ha constatado el Banco de España, en su informe de seguimiento de ‘La accesibilidad presencial a los servicios bancarios en España, “la utilización por parte de la clientela de los canales alternativos a las oficinas bancarias (como ofibuses) es aún minoritaria, tanto en el caso de las personas mayores como en el de la población residente en municipios sin oficina estable”.
Estrategia dgital
Según la propia Cajamar “el grupo mantiene su apuesta por la digitalización”. Los cierres de sucursales y atención presencial y personalizada se enmarcan en esta estrategia de digitalización. Sin embargo, casi un 70% de sus clientes, según los datos de la propia entidad, aún no son clientes digitales. Y apenas un 17,5% de sus clientes utilizan Bizum.
Cajamar, como otras entidades financieras, para potenciar esta digitalización, cuenta entre su oferta comercial con productos 100% digitales que no se pueden contratar en las oficinas, presencialmente. Es el caso de su Depósito Online. A su vez su cuenta remunerada exige como condición para recibir la remuneración que ofrece, tener contrato de Oficina Virtual.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.