Banca

Carlos San Juan: “La banca no ha mejorado como quisiéramos porque las medidas son voluntarias”

Beatriz Torija

Martes 2 de enero de 2024

17 minutos

Segundo aniversario de la campaña ‘Soy Mayor, no idiota’, por un trato humano en la banca

Carlos San Juan: “La banca no ha mejorado como quisiéramos, porque las medidas son voluntarias”. Foto: EuropaPress
Beatriz Torija

Martes 2 de enero de 2024

17 minutos

Carlos San Juan no tiene problemas con la digitalización, se maneja bien con las nuevas tecnologías y opera sin problemas con la banca online. Sin embargo, inició una cruzada por todos esos mayores sin competencias digitales que se sentían desamparados y maltratados por sus bancos. Ha sido un Robin Hood para el colectivo sénior. Al tiempo, este doctor, ya jubilado, que reconoce haber sido siempre reivindicativo y luchador frente a las injusticias, defiende actuar siempre con educación y sin violencia. Por lo que también podríamos definirle como el Ghandi que plantó cara al imperio financiero.

Sea como sea, dos años después de su campaña ‘Soy Mayor, no idiota’ Carlos San Juan, con 80 años, se siente fuerte y animado para seguir luchando, porque no se conforma con una victoria a medias. 65YMÁS ha hablado con él para hacer balance de estos años, saber cómo los ha vivido en su ámbito más personal, así como analizar las luces y sombras de los compromisos de la banca con los mayores.

PREGUNTA.- ¿Cómo has vivido estos dos años? ¿Todavía tienes que pellizcarte?

RESPUESTA.- Si, sí, sin exagerar en lo más mínimo. Muchas veces me despierto por la mañana y tengo que rebobinar para saber si lo he soñado, o es una realidad. Lo digo de corazón, no me podía imaginar a estas alturas de la vida, y una persona como yo, totalmente en el anonimato, ya jubilado, y que con esa campaña en Change.org, en menos de un mes iba a recoger 645.000 firmas… y porque Change.org cerró la campaña, cuando consideró que se había alcanzado la victoria, pero todavía hay personas que me preguntan dónde pueden firmar, estaríamos ya en el millón. No quiero que se interprete como una arrogancia, pero estoy seguro de que sí.

Recientemente he estado en un congreso de Smart Cities, de ciudades inteligentes. Yo intervine sobre par hablar de brecha digital. Pues bien, en ese congreso aún me preguntaban dónde hay que firmar.

P.- ¿Cómo te ha cambiado la vida?

R.- Un cambio enorme en muy poco tiempo… del anonimato, como te decía, a estar de ocho de la mañana hasta la una de la madrugada haciendo entrevistas sin parar. Bueno, eso al principio, lógicamente. Luego hay momentos en que el interés se diluye un poco, luego resurge… pero no he parado de hacer cosas. Yo lo he vivido todo con una intensidad impresionante.

Carlos San Juan: “La banca no ha mejorado como quisiéramos, porque las medidas son voluntarias” Foto: Europa Press

 

P.- Antes de lanzar esa petición en Change.org, ¿ya eras combativo, en tu etapa laboral, en tu época de estudiante? 

 

R.- Sí, sí que lo he sido. En mi época de estudiante y en mi época laboral. Sinceramente sí que lo he sido siempre. Siempre con educación, ¿eh? Sin ninguna violencia, porque eso me pone de los nervios… ver una manifestación en la que rompen los cristales de un comercio o de un banco, o queman neumáticos y fastidian a todo el mundo… no. En ese plan, no. Pero en plan de luchar por lo que creo justo, luchar por compañeros y de jugármela, sí.

Yo las injusticias nunca las he tolerado. Me contaban mi madre y mi padre que a mí me tenían que explicar las cosas porque yo no aceptaba el ‘no, porque lo digo yo’. Y les pedía que me explicarán la razón de por qué no… pero eso con nueve o diez años. Yo no lo recuerdo, pero mis padres siempre lo contaban.

Sí, siempre he sido reivindicativo, de forma pacífica siempre, pero sí lo he sido.

P.- ¿Estás animado para seguir luchando y siendo molesto… en esta causa o incluso en otras?

R.- Sí, rotundamente, sí. Y digo que sí por el grado absoluto de resignación, mal entendida. que tienen la mayoría de las personas mayores. Y también por esas fechas que tanto nos dicen. ‘Es lo que hay’ y ‘este no es mi problema’… son frases hechas de las que huyo. Yo nunca he dicho a nadie que algo no sea mi problema.

Cuando trabajaba, por ejemplo, yo he peleado por cosas que en principio no me competían.  Si yo veía un paciente y veía que, en el riñón, mi área, no había nada, pero descubría un cáncer en el páncreas o en el hígado. Yo no podía bajo ningún concepto empezar con papeleos para devolver al paciente al médico de cabecera, y éste le derivara al especialista que necesitara. Yo pedía al paciente que esperara y cogía el teléfono para llamar directamente al área de especialidad que necesitaba, o me levantaba y me presentaba allí… explicando la urgencia del caso y que nos saltáramos la burocracia. Igual salía dos o tres horas tarde del trabajo, pero yo no permitía entrar en una espiral de burocracia y que el paciente estuviera dando vuelta con papeles y papeles. He huido del ‘esto no es mi problema’. Ojo, al tiempo he sido duro y riguroso cuando ha sido necesario. En otra ocasión, y me dolió mucho, me llamaron racista. Un paciente que se había hecho una vasectomía nos pidió una reconstrucción al poco tiempo, porque había cambiado de pareja y además la quería urgente. Y yo tuve que ser firme. Le expliqué que esa reconstrucción supone una mañana entera de quirófano y cirugía, que teníamos pacientes más urgentes, con patologías serias y que tendría que esperar, porque además él había hecho y firmado, voluntariamente la vasectomía. Le pedí que lo entendiera. Era de raza negra y me dijo que no le operaba porque era racista. La verdad es que me dolió mucho. Son anécdotas que te cuento… son ejemplos de que en unos temas he sido estricto, en lo que he creído, y en otros temas he sido muy reivindicativo.

P.- Teniendo en cuenta que los mayores de 65 años ya son casi 10 millones… ¿Crees que debería haber más 'Carlos San Juanes'?

R.- Yo creo que lo que debería de haber, y te lo digo con el corazón y con toda sinceridad es una representación piramidal de todos los mayores. Y por parte del Gobierno una mayor representatividad. Me parece un insulto que hagan un ministerio para la infancia y juventud, y no para un grupo de población de 10 millones de personas, que en el 2050 seremos el grupo de edad más numeroso. El gobierno dice que estamos ya bien representados con el IMSERSO, pero no, el IMSERSO no es suficiente, por mucho que ahora lo quieran mejorar porque se han dado cuenta de las críticas.

Pero más Carlos San Juanes no… yo no me atribuyo ningún protagonismo. Yo sencillamente llegué en un momento preciso, y logré catalizar una indignación popular en este tema que estaba presente.

P.- Fuiste la gota que colmó el vaso

R.- Eso justamente, así fue, pero no tengo ningún otro mérito. Por eso digo que no se trata de que haya Carlos San Juanes, ni mucho menos. Yo creo que debe haber una asociación fuerte, con un grupo de representantes mayores en el vértice. Sé que asociaciones hay muchas, y algunas importantes, que respeto. Pero creo que esta asociación de la que yo hablo no debería recibir subvenciones y que fuera totalmente independiente, que no haya nadie detrás. Es la única forma de responder con suficiente energía, de ser molestos si es necesario, de organizar una movilización si es necesario, como hacen los pensionistas vascos.

Pero, sobre todo, independientemente de cómo nos organicemos los mayores, lo fundamental es poder dialogar con alguien, tener un interlocutor… un ministro.  Y no tenemos ese interlocutor a nivel estatal, pero es que tampoco en el escalón administrativo anterior, es decir, a nivel de comunidades autónomas. En Valencia no tenemos un interlocutor, tenemos que compartir la consellería con otros temas, como el deporte o la cultura, cuando en Valencia de una población de seis millones de personas, uno, somos mayores.

P.- Pero sí que te has convertido en un símbolo. Después de la primera reunión con la banca, Nadia Calviño dijo que te habías convertido en un símbolo

R.- ¿Ah sí? Dijo eso Nadia Calviño, no me había enterado.

P.- Si, lo dijo literalmente. Supongo que será por eso que ahora no paras de dar charlas, conferencias, ir a centros de mayores, encuentros, reuniones…

R.- Sí, la verdad que es llevo dos años sin parar. Me invitan a muchísimos eventos, charlas, conferencias… y eso que a muchos tengo que decir que no, porque ya no me encuentro bien para viajar solo y me supone un esfuerzo sobrehumano. Y no te digo nada si tengo que hacer noche fuera, como tengo una apnea de sueño y duermo conectado a una CPAP, y claro, es un aparato muy engorroso de transportar. Pero sí que me invitan… acudo a todos los sitios donde puedo, pero no son todos ni mucho menos.

Y luego está la prensa, entrevistas, mesas redondas… Creo que los mayores hemos emergido de ese silencio y esa invisibilidad que teníamos. Ahora la gente está interesada y preocupada por el tema de los mayores.

Me encuentro con fuerza de reinvindicar… eso sí, siempre, pero también con mucha conciencia de mis limitaciones. Hay cosas y compromisos que ya no puedo asumir. Me han propuesto ser defensor del mayor, me han propuesto llevar dos programas de televisión, cadenas de ámbito nacional… pero lo he rechazado todo porque no tengo la fuerza y la salud necesaria para cosas así.

Carlos San Juan: “La banca no ha mejorado como quisiéramos, porque las medidas son voluntarias”. EuropaPress

P.- Dos años después del ‘Soy Mayor, no idiota’, por un trato más humano a los mayores en los bancos, ¿cuál es tu balance general de todo lo que ha pasado y de lo conseguido frente a la banca?

R.- En este balance, lo primero que debo decir es que desde el principio noté por parte del Gobierno y de Nadia Calviño una empatía clara, noté que no era palabrería. Cuando entregué las 640.000 firmas, aunque no estaba previsto ningún encuentro con la ministra, ella dio la cara y ante todos los medios de comunicación se comprometió a aprobar el protocolo antes de un mes.  Y se presentó en tres semanas, e insistió muchísimo, personalmente, en que yo estuviera presente.

Y ahí está el primer logro: un protocolo de buenas prácticas bancarias. Pero en aquella primera reunión, cuando la banca lo presentó, yo ya advertí que tenía dos problemas: uno que es voluntario y otro autoevaluable. Por eso, probablemente, no ha avanzado como hubiéramos querido.

P.- Primer análisis, positivo, por ese logro… pero si lo miramos al detalle, ¿van apareciendo las sombras?

R.- Claro. En estos dos años, se ha notado el aumento del horario de atención. Esto es muy positivo porque antes era un desastre, solo te atendían hasta las once de la mañana y con cita previa, y ahora esto ya, en la mayoría de los bancos, no es así, puedes acudir con más libertad y horario.

Pero fuera de eso no estoy en absoluto de acuerdo con el informe de satisfacción que ha hecho la banca, respecto a la atención recibida. También ASUFIN ha hecho un estudio y revela que la satisfacción no es tan alta… quizá los porcentajes están intercambiados. Más bien creo que un 70% está descontento.

Hace apenas unos días me paré para ayudar a una señora de casi 90 años, la conozco mucho del barrio, con una crisis de ansiedad. Iba con su cuidadora y el cajero, ella tocaba y le decía que no tenía dinero. Dentro del banco le dijeron que no había nadie disponible para ayudarla en el cajero. La ayudamos mi mujer y yo. Y era tan sencillo como que había tocado donde no era, en lugar de la cuenta había tocado en tarjetas, que no tenía, y por eso le decía que no tenía dinero disponible. Pero no me quedé conforme. Entré en el banco para hablar con el director, y me dijo que habían eliminado el acompañar al cajero a los clientes porque no tenían personal. Tenían dos bajas laborales, y las bajas no se suplen salvo que sean por maternidad. Esto es un caso real y muy reciente, que he vivido yo personalmente, ¿cuántos otros habrá?

Tampoco estoy de acuerdo con la facilidad de uso de los cajeros. Sí que varias entidades, no todas, han cambiado los cajeros, pero las pantallas siguen sin tener el brillo suficiente, si les da la luz directa no se ve nada.

P.- Aunque el protocolo no dice nada de estas dos cuestiones, en las últimas reuniones se puso sobre la mesa dos asuntos puntillosos: las libertas o cartillas de ahorros y las comisiones en ventanilla

R.- Con respecto a las libretas, lo primero que dijo la banca es que no tenía conocimiento de que se hubieran abandonado o eliminado. Intentaron salir por ese camino… pero claro, los mayores y consumidores que estábamos allí… en fin, es que sabemos que eso está ocurriendo. Luego dijeron que era un malentendido y que no, las libretas se mantendrían. Se comprometieron a mantenerlas y la ministra lo corroboró, pero no lo han cumplido, o han cumplido a medias. Van en contra de las libretas y ponen mil pegas. No puedes obtener una nueva, por ejemplo.

También dijeron que ya no cobraban comisiones en ventanilla, y lo seguían haciendo. Algunos, no todos, pero sí lo seguían haciendo. Al final ha tenido que llegar Nadia Calviño y decir que las va a prohibir por ley. Eso es prueba de que sí seguía habiendo comisiones. Y también de que solo cuando se obliga, los compromisos se cumplen a rajatabla.

En fin, te quiero decir que falta mucho por hacer. Lo que falta es la ley, la ley para crear la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero.

P.- Bueno, la Ley vuelve a estar sobre la mesa. Esa es otra buena noticia, ¿verdad?

R.- Se quedó sin aprobar a falta de unos días, es una lástima. La convocatoria sorpresa de elecciones anticipadas, y la disolución de las Cortes la dejó en el limbo. Ahora parece que quieren retomarlo con urgencia, y que no se inicie un largo proceso desde cero, porque esto lo prolongaría demasiado.

Espero que ningún grupo parlamentario ponga zancadillas ni obstrucciones, es una ley de justicia social, sin ideología política. Espero que se tramite por la vía de urgencia. En ese caso a principios de año podría estar en vigor. Veremos a ver sí es así, ojalá.

P.- El Defensor, tal y como se diseñó, hacía obligatorio el cumplimiento del protocolo que ahora es voluntario. ¿Es ese el quid de la cuestión?

R.- Claro. En el momento en que tienes una serie de normas, pero son voluntarias, estás en tu derecho de cumplirlas o no, según te convenga. Y que además sea autoevaluable… con todos los respetos, ¿Quién se suspendería a sí mismo si corrige su propio examen? Pues la banca igual, se ponen una buena nota, como es lógico, no se van a suspender.

Cuando esta ley esté en funcionamiento yo me sentiré muy satisfecho, porque eso será hacer un mundo mejor para nosotros, pero también para todos los que vengan detrás, eso es evidente. Aunque los jóvenes se desmarcan mucho de esto, algún día llegarán a mi edad.

Carlos San Juan: “La banca no ha mejorado como quisiéramos, porque las medidas son voluntarias”"

P.- ¿Es cierto que te han llamado comunista por pedir cambios y plantear exigencias a empresas privadas?

R.- Si, cuando empecé con la campaña me llamaban comunista en redes sociales y me decían que la banca puede hacer lo que quiera porque son empresas privadas. Parte de mi pelea es porque tienen una faceta de servicio público desde el momento en que a mí me obligan a cobrar mi pensión en un banco.

P. ¿En qué consiste el ‘plan B’ del que has hablado en varias ocasiones… incluso en el Parlamento Europeo?

R.- Los bancos son un servicio público porque yo me veo obligado a recurrir a un banco privado para cobrar mi pensión pública. Ahora mismo no hay alternativa al uso de la banca privada, para cobrar tu pensión has de ser cliente de un banco, obligatoriamente. No hay otra opción, no hay un plan B como pedí en Europa. Y lo seguiré pidiendo si no se resuelve bien el trato personal, un plan B para que los mayores cobren sus pensiones por otra vía.

Un plan B que permitiría pagar multas, cobrar tu pensión, pagar tus impuestos por una vía alternativa que no sea el uso de una empresa privada como es la banca.

La brecha digital está teniendo un montón de connotaciones filosóficas, sociales y morales, porque afecta a la libertad personal, porque general exclusión social, porque provoca injerencias. Yo lo que pretendo es que se mantenga la atención personal en los servicios públicos, que esté garantizada. Cuando yo voy a un restaurante y para ver la carta me piden que acceda al código QR, me puedo marchar, tengo esa libertad, y sé que hay otros restaurantes donde eso no ocurre y al fin y al cabo, puedo vivir sin comer fuera en una restaurante, por eso yo ahí no entro. En la banca sí, porque es un servicio público al que no puedo renunciar.

P.- Hace menos de una semana, conocíamos que Unicaja cierra un cajero en un pequeño pueblo de Valladolid, dejándolo sin ningún servicio financiero. ¿De qué sirven los códigos de buenas prácticas, si la política de cierres continua aun cuando no hay alternativas?

R.- Y el cierre de sucursales es un tema vergonzoso y sangrante. No es que no hayamos avanzado en estos dos años, es que hemos retrocedido totalmente. En dos años ha seguido el cierre de sucursales.

Claramente, no es compatible la atención presencial y humana sin oficinas. Es compatible si te desplazas hasta otra oficina, a veces lejana. Por eso, a todas las oficinas abiertas, a todas, se les debe exigir la atención presencial, sin excusas ni restricciones. Porque hay oficinas con uno o dos trabajadores que se quedan fuera de la ampliación de horarios y la atención preferente a los mayores.

Europa. La banca dice que aún tenemos más oficinas por habitante de las que hay en Europa, pero no cuentan como son las oficinas aquí, y como son en el resto de Europa. En Europa ves oficinas con 15 trabajadores, con sofás, agua. Y aquí hay sucursales en las que hay que esperar en la calle, por las colas que se hacen.

Los ingleses están desarrollando una ley que fija a qué distancia máxima pueden estar las sucursales bancarias, unas de otras. Y si no se cumple, impondrá sanciones. Esto está en marcha, igual que tienen el ministerio de soledad no deseada. Podíamos tomar nota y mejorar.

P.- Como están en contacto con muchos mayores, en centros, y das charlas… la formación en digitalización, en el uso de las aplicaciones… ¿tienes noticias de si está resultando útil?

R.- A mí me han invitado a alguna formación. Lo daban voluntarios también mayores, jubilados de banca. En las que yo he estado hemos quedado muy contentos. No solo yo, todos, muy contentos. Ahora bien, un porcentaje muy elevado de personas, también bastante asustadas, especialmente los más mayores y vulnerables. Porque en esas formaciones se habla del fraude, te ponen en alerta de los peligros de la digitalización, y eso asusta a las personas con poca soltura o conocimientos, que prefieren “quedarse como están”.

Yo esos cursos los veo necesarios, pero se están haciendo menos de los que se debería. Están los que hace la banca; también la administración se ha comprometido con la formación, y a nivel estatal no se ha cumplido. Las administraciones locales sí están haciendo cosas, a través de los centros de mayores. Me consta, al menos en Valencia, que las plazas que más se piden son las de formación digital, ni baile ni yoga, los mayores prefieren los cursos de informática.

P.- Pese a esa formación, tú defiendes que se debe mantener, hoy pero también en el futuro, una burbuja analógica. ¿Por qué crees que es tan importante?

R.- Pues porque la tecnología siempre va a ir por delante de nosotros. Llego Internet, luego el Metaverso, que parece que no ha prosperado mucho, y ahora la inteligencia artificial, que hay mucha inquietud con ella. La tecnología avanza tanto y a tal velocidad, que siempre nos va a superar.

Y luego hay que pensar que, para muchas personas, no es que no quieran, es que no pueden. Muchas personas podrán aprender cosas, un avance, una aplicación nueva, un nuevo uso digital, y en dos días olvidarlo todo, por un problema cognitivo, por problemas de memoria. Y nadie puede decir que eso a él o ella no le va a ocurrir, porque no lo sabemos. Por eso yo insisto tanto en que siempre va a haber personas don dificultades por trastornos cognitivos, discapacidades o por limitaciones económicas, hay muchas personas con una pensión irrisoria que no puede pagar una tarifa de Internet y mucho menos un dispositivo. Pues a todas estas personas hay que protegerlas. ¡Ojo!, cuando hablo de esta protección ya no me refiero a las empresas privadas, aquí sí que hablo de políticas públicas, esto sí que es política.

Sobre el autor:

Beatriz Torija

Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.

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