Edadismo en los estudios sobre el uso de la banca móvil: los mayores de 65 años no existen

En plena rebelión de las personas mayores por la exclusión financiera que sufren por parte de los bancos, una cruzada que inició Carlos San Juan –un jubilado de 78 años– con una recogida de firmas en la plataforma Change.org, un estudio sobre el uso de la banca móvil difundido este jueves vuelve a dejar patente la marginación que sufren las personas mayores cuando se habla de digitalización, pues directamente no existen.

El análisis en cuestión, realizado por Smartme Analytics, saca de la ecuación a los mayores, a los que, textualmente, no considera "población española digital". La franja que merece tal denominación es la que va de los 18 a los 65 años. A partir de esa edad no se recopilan datos del uso que hacen de las aplicaciones de banca móvil.

Así, y a la luz de este estudio, podemos encontrar titulares en la prensa que destacan que "el 82% de los españoles utiliza apps de finanzas" o que "el uso de banca móvil se dispara en 2021". Unos datos claramente sesgados teniendo en cuenta que dejan fuera del análisis a nueve millones de personas mayores de 65 años, que representan cerca del 20% de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Este estudio es sólo un ejemplo más del edadismo que domina la mayoría de estadísticas e informes que se publican en la actualidad, que no están segmentados por edad –metiendo en el mismo saco a una persona de 65 años y a una de 90– o que, como este, directamente excluye a los que tienen más de 65. No sirven, por tanto, para radiografiar la situación de los mayores, ni desglosan sus peculiaridades y mucho menos atienden a su compleja realidad. Y eso, pese a que se trata de una nueva generación muy activa, con inquietudes, ganas de aprender y formarse; y que, en muchos casos, manejan la tecnología y están presentes en las redes sociales.

En el caso concreto de un análisis sobre el uso de la banca móvil el agravio es aún más sangrante. Por un lado, las entidades bancarias les suprimen la atención presencial y les exigen que se manejen con el móvil o el ordenador para realizar cualquier trámite financiero básico. Pero al mismo tiempo, los estudios les excluyen de las estadísticas, dado que no son "población digital".

En vista de esta marginación y con el fin de conocer cuál es realmente la relación de los mayores con la banca, desde 65YMÁS lanzamos la semana pasada una encuesta centrada en este tema que ya ha superado las 11.000 respuestas. Igualmente, el año pasado este diario realizó el primer Observatorio Sénior,​ que pulsó la opinión de miles de mayores sobre temáticas como pensiones, salud, vivienda, talento sénior, transformación y brecha digital, seguridad y ocio.