Los seguros de salud cobran hasta tres veces más a los sénior, amén de reducirles coberturas y exigirles copagos. La concesión de hipotecas o los seguros de vida o decesos, tienen límites de edad. Los mayores no son admitidos. La banca ha excluido al colectivo restringiendo la atención presencial hasta que se plantaron para exigir un servicio más humano. Por si todo esto fuera poco, el edadismo podría también alcanzar a la concesión de tarjetas de crédito, algo que resultaría muy preocupante en un mundo cada vez más digitalizado, en el que la banca impone la operativa online y a través de los cajeros automáticos.
En 65YMÁS nos hemos preguntado si hay una edad máxima para tener tarjeta de crédito. O, por afinar más en la pregunta, si un banco puede negar la concesión de una tarjeta de crédito a un cliente, por el hecho de ser mayor. En definitiva, ¿hay edadismo financiero?
La cuestión surge a raíz de la denuncia de un lector de 65YMÁS que, en una carta a la directora, aseguraba haber sufrido discriminación por parte de su banco, que le negó la concesión de una tarjeta de crédito, según él, por tener 74 años. Hemos hablado con él para conocer bien el caso y nos hemos puesto en contacto con la entidad, así como con asociaciones de consumidores y con el Banco de España.
Sin tarjeta de crédito por tener 74 años
José Antonio Martínez es cliente de Deutsche Bank, “por lo menos, desde hace 15 años”, nos cuenta. Muy decepcionado, denuncia discriminación por edad después de que la entidad germana le haya negado la concesión de una tarjeta de crédito. “Solicité a Deutsche Bank una tarjeta de crédito”, relata. “El gestor que tengo en la entidad me lo dijo clara y francamente, que era mayor, y que con mi edad, 74 años, no me iban a dar una tarjeta”.
“Ahora mismo tengo cuenta corriente en la entidad y depósitos a plazo”, nos explica. Es cierto, que no tiene ingresos recurrentes en la entidad, dado que su pensión de la Seguridad Social la tiene domiciliada en otra entidad. Quizá ahí podría estar la explicación, aunque, tal y como nos dice José Antonio, “después de solicitarlo y de reclamar, no he conseguido que eso mismo me lo digan por escrito, que me digan por escrito que soy mayor y por ese motivo no van a concederme una tarjeta de crédito. En realidad, por escrito no me han dado un motivo razonado”.
“Trabajo habitualmente con otra entidad, pero soy cliente también de Deutsche Bank, por los depósitos. Mi tarjeta de crédito habitual la tengo con otra entidad. Durante un viaje tuve un problema con esta tarjeta, porque no se leía y no pude hacer una operación. Ese problema me puso en guardia, porque yo viajo mucho. Y pensé que sería bueno tener dos tarjetas de crédito, y si tienes alguna dificultad con una de ellas, contar con la otra. Por eso pedí la tarjeta en Deutsche Bank, donde tengo depósitos", nos explica.
¿Discriminación financiera por razón de edad?
Desde el Banco de España nos recuerdan que “no hay una edad límite” ni para tener ni para contratar tarjeta de crédito. Y respecto al edadismo financiero, la institución gobernada por José Luis Escrivá responde a la consulta realizada por 65YMÁS de forma contundente: “Las entidades no deberían denegar productos en base a consideraciones generalescomo la edad, ya que deben respetar en su comportamiento la normativa general y el principio básico de igualdad de trato y no discriminación, en este caso por razón de edad, previsto en la Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y la no discriminación”.
Así, en efecto, la edad no aparece como un requisito en la letra pequeña del folleto de contratación de este producto financiero de ninguna entidad financiera. Lo cual no significa que no sea un motivo para denegar un producto financiero.
Hecha la ley, hecha la trampa
Ahora bien, hecha la ley, hecha la trampa. La banca no puede denegar la concesión de una tarjeta de crédito a un cliente por ser mayor, pero sí tiene libertad para establecer sus criterios de contratación. El Banco de España, tras citar la ley de igualdad de trato y no discriminación, puntualiza que “otra cosa es que, en atención a todas las circunstancias particulares de un potencial cliente, la entidad decida denegar un determinado servicio o producto. Ello estaría dentro de las atribuciones de su política comercial”. Jose Antonio, que ha reclamado su caso ante el Banco del España, ha recibido una respuesta similar de la institución.
Desde la Asociación de Usuarios Financieros, Asufin (@asufin_), nos explican los requisitos habituales para la concesión de una tarjeta de crédito. “Como criterios generales son: ser mayor de edad y disponer de una cuenta corriente, para lo que la entidad pide el DNI, si eres español, o en su defecto si eres ciudadano comunitario, tu pasaporte o documento de identidad del país comunitario, o bien la Tarjeta de Identidad de Extranjero. En el caso de la tarjeta de crédito, la entidad estudia el perfil de cliente y acepta o deniega la concesión de la tarjeta en función de los criterios de riesgo que considere, dado que se trata de un producto financiero”.
“La tarjeta de crédito es imprescindible hoy en día para muchas cuestiones, te la piden para todo. Incluso los bancos te exigen que la utilices, en el cajero pero, al mismo tiempo, la edad es un impedimento para concedértela”, se queja José Antonio. “No es que nos echen del mercado, es que nos echan de la vida normal”
Deutsche Bank confirma que tiene en cuenta la edad
En su escueta respuesta a las preguntas planteadas por 65YMÁS, la entidad confirma que la edad es uno de los factores que tiene en cuenta a la hora de conceder o denegar la contratación de una tarjeta de crédito, entre otros. “La concesión de financiación (incluidas las tarjetas de crédito) tienen en cuenta una serie de parámetros, no únicamente la edad del peticionario”, aseguran fuentes de Deustsche Bank a 65YMÁS. “Analizamos cada caso con el objetivo de que el producto ofrecido sea el más adecuado para los clientes y se adapte sus necesidades”.
Cuestión de riesgo
“La concesión de la tarjeta está sujeta a la aprobación del departamento de riesgos de la entidad”, aclara Deutsche bank en los detalles informativos de sus tarjetas de crédito, en la web de la entidad.
A diferencia de una tarjeta de débito, que carga los gastos directamente a la cuenta, sobre los fondos que tenga, la tarjeta de crédito es un medio de pago que permite poder disponer de efectivo por adelantado, a crédito, y pagarlo después. Así, al igual que cuando pedimos una hipoteca o un préstamo personal, la contratación de una tarjeta de crédito está supeditada a la aprobación por parte del departamento de riesgos.
Cada banco tiene su propia política, no existen unos criterios estandarizados. Y las entidades analizan cada petición. Porque cada perfil de cliente es diferente, pero también porque no todas las tarjetas son iguales: las hay con mayor o menor límite de crédito y con aplazamientos más o menos flexibles.
Para Asufin, “no nos parece justificable” denegar una tarjeta de crédito por la edad, “si no ha mediado otro criterio de riesgo”. La edad es, sin lugar a dudas, un criterio de riesgo que ponderan los bancos tanto como las aseguradoras. El problema es que no hay transparencia con los criterios que estudia el departamento de riesgos de las entidades, ni su ponderación.
“Al final una tarjeta no deja de ser igual que un préstamo personal y pueden existir limitaciones por edad”, explica Antonio Gallardo, director de estudios de la Asociación de Usuarios Financieros.
Malas prácticas
A la Asociación de Usuarios Financieros no le consta que exista una edad máxima que las entidades financieras estén aplicando para conceder este medio de pago. Pero sí algunas malas prácticas. “Existen algunas malas prácticas en el sentido de obligarte a contratar un seguro de amortización, como condición para contratar la tarjeta de crédito”, explica a 65YMÁS Antonio Gallardo, de Asufin. “Se trata de una mala práctica que ocurre por la edad, pero también por otras circunstancias, como tener pocos ingresos”.
Por otro lado, “nos consta que existen limitaciones en cantidades, es decir, si tienes una línea de crédito de 2.000 euros, pues cuando llegas a determinada edad, te la reducen a 800 o 1.000 euros. Es decir, hay una limitación del riesgo”, detalla Gallardo.
“Entiendo que las limitaciones llegan más, en este caso, por intentar contratar ‘ex novo’, a los clientes que vienen de antiguo, pueden ponerles limitaciones, como bajar la línea de crédito, pero no te quitan la tarjeta. Pero quizá un cliente nuevo si se tope con más limitaciones”, concluye el experto.
Explicaciones, por escrito
El problema, según los expertos consultados, es que no hay transparencia. Cuando el banco deniega la contratación de una tarjeta de crédito no explica por qué, ni detalla qué parámetros ha ponderado el departamento de riesgos. Eso es lo que le ha pasado a José Antonio con Deutsche Bank. “El defensor del cliente no ha respondido a mi consulta. He reclamado también al Banco de España, que ha debido notificar a la entidad, porque solo cuando me respondió el Banco de España recibí contestación del banco”. Ahora bien, tal y como nos cuenta, “en su respuesta el banco no me dijo nada, no fueron capaces de darme una explicación y mezclaron conceptos sin referirse a la concesión de la tarjeta de crédito, que es lo que yo había pedido”.
José Antonio no ha reclamado al defensor del cliente en la propia entidad ni ante el Banco de España por su tarjeta, asegura que lo hace por todas aquellas personas mayores que se puedan ver en la misma situación y que no tengan alternativa como medio de pago. “Yo no tengo problemas, ya tengo tarjeta de crédito, pero la negativa de Deutsche Bank me ha hecho pensar en otras personas mayores”.
Y también porque quiere recibir por escrito esa explicación que su gestor le dio de viva voz, para que “la entidad se enfrente al escarnio que supondría reconocer que su política comercial es edadista”.
Mayores, clientes non gratos
“Después del trato que he recibido por parte de Deutsche Bank, ya les envié un burofax para dar orden de venta de mis depósitos, cuyos plazos vencían ahora en diciembre, y no voy a renovar, lo cerraré todo”, nos cuenta José Antonio. “Van a perder un cliente, pero como soy mayor, parece ser que no les importa. Los mayores no les interesamos”, concluye.
“Las entidades no quieren que personas de 70 años o más sigan endeudadas con un préstamo hipotecario”, decía a 65YMÁS, recientemente, Laura Martínez, portavoz de iAhorro. Por el mismo motivo, tampoco quieren clientes mayores con mucha línea de crédito en sus tarjetas o con plazos de pago muy flexibles.
Sin alternativas
Que la banca no quiere clientes mayores es algo en lo que coincide José Antonio, especialmente después de su experiencia. “Yo creo que la política del banco es evitar clientes mayores, de lo contrario, me habrían ofrecido alguna alternativa, una tarjeta de débito en lugar de crédito, exigirme un seguro o cualquier otra fórmula o solución, porque imaginación a la banca no le falta para diseñar una fórmula, cuando hay interés, claro”, asegura.
Desde Asufin, coinciden: “Si tiene una cuenta corriente, es razonable que vaya acompañada de un tarjeta de débito para poder disponer de su efectivo”. Preguntado por posibles alternativas a una tarjeta de crédito que para el banco reduzcan sus riesgos, tampoco Deutsche Bank ha respondido a 65YMÁS.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.