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El número de oficinas bancarias en España ha continuado reduciéndose en el primer trimestre, situándose por debajo de las 19.000 sucursales a finales del mes de marzo. En concreto, los datos del Banco de España (@BancoDeEspana), recogidos por Europa Press, reflejan que la red de sucursales bancarias en el país terminó el mes de marzo con 18.556 oficinas, una cifra que no se registraba desde 1976.
Así, el número de sucursales se ha recortado un 2,87% (548 sucursales) entre finales de diciembre de 2021 y finales de marzo de este año. La cifra aumenta considerablemente si se compara con la situación del año pasado, cuando la red se componía por 21.901; en este caso, el número de sucursales se ha reducido un 14,5% (3.149 oficinas). Y con respecto al máximo histórico, el descenso ha sido de 59,8% en comparación con el cierre de septiembre de 2008 (46.118 oficinas).
El cierre de oficinas se ha producido en todas las comunidades autónomas, aunque en mayor grado en Baleares (-19,9%), Murcia (-19,7%), Cataluña (-19,4%), Madrid (-18,5%) y Castilla y León (-18,3%), si se comparan los datos a cierre de marzo con los del mismo periodo de 2021. Mientras que Navarra (-5,9%), Castilla-La Mancha (-7,3%) y Aragón (-7,9%) es donde menos se ha recortado la red de sucursales bancarias.
Mayor eficiencia y digitalización del sector
Señalan diferentes factores como consecuencia de este recorte en sucursales, entre ellos: la búsqueda de la banca por ganar eficiencia, la entrada de nuevos competidores y la digitalización del sector.
En el primer caso, esa intención de la banca por ganar eficiencia a partir de la reducción de costes ha provocado que varias de las grandes entidades españolas apliquen procesos de ajuste, en especial en los últimos dos años. En este sentido, el sector apuntaba al entorno persistente de tipos de interés bajos o negativos, que ha presionado sus márgenes, reduciendo así su rentabilidad. Sin embargo, esta situación comenzaría ahora a invertirse con el aumento de tipos de 50 puntos básicos aprobada por el Banco Central Europeo (BCE) el pasado jueves.
Por otra parte, la entrada de nuevos competidores, sobre todo bigtechs y fintechs, y la preferencia cada vez mayor de los clientes por los canales digitales, ha provocado que el sector experimente en los últimos años un proceso de digitalización, que se ha acelerado desde la pandemia de Covid-19, cuando los confinamientos dificultaron la atención personal en las oficinas.
En consecuencia, estos ajustes generaron algunas tensiones, lo que llevó al jubilado Carlos San Juan a poner en marcha una campaña de recogida de firmas en enero, pidiendo un mejor trato en las sucursales bancarias, lo que culminó en la actualización del protocolo de medidas para mejorar la inclusión financiera del ámbito rural para incluir las necesidades de las personas mayores o con discapacidad.