¿Puede mi banco modificar el límite de gasto de mis tarjetas sin consultármelo?

Ante los cambios en el panorama financiero, diversas entidades implementan límites máximos de efectivo disponibles con tarjetas. Esta medida no solo está pensada para frenar un posible ímpetu derrochadro de lso titulares, sino que además suponen una garantía ante un hipotético uso fraudulento. 

Por una parte, en las tarjetas de débito, salvo que se disponga otra cosa en el contrato, el límite natural es el saldo de la cuenta asociada; y por otra, en las de crédito el límite es el concedido por la entidad.

Sin embargo, en los contratos de las tarjetas de ambas modalidades, se suele especificar un límite de gasto, generalmente diario, que sirve para delimitar la responsabilidad de cada una de las partes en caso de que la tarjeta se utilice de forma no autorizada. En estas circunstancias, este tope actúa como una medida de seguridad. 

Por ello, resulta incongruente con las buenas prácticas que las instituciones bancarias aumenten de manera unilateral el límite de gasto de las tarjetas, según la información extraida del portal web del Banco de España.

De hecho, en estos casos, la entidad emisora debería asumir no solo la cantidad que exceda el límite, sino el importe total de la operación en la que se excedió ese límite y de las operaciones que pudiera haber posteriormente, ya que si la entidad no hubiera modificado ese tope, las operaciones quizás no se habrían producido. 

En cambio, cuando el cliente opta por aumentar el límite de gasto, se valora como una buena práctica bancaria que este cambio se realice con autenticación reforzada, similar a la requerida en las transacciones de pago debido a su relevancia.