Las tarjetas de crédito diferido pueden alcanzar un interés de hasta el 20% TAE
Foto: BIGSTOCK
Lunes 21 de febrero de 2022
4 minutos
ASUFIN reclama a Bruselas que regule estas tarjetas en la futura directiva de crédito al consumo
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Las tarjetas de crédito diferido, que tienen un funcionamiento similar al de las polémicas revolving, y que imitan el sistema "compra ahora y paga después", pueden llegar a alcanzar unos intereses cercanos al 20% TAE, con el consiguiente peligro de sobreendeudamiento para su titular. Así lo pone de manifiesto la asociación de usuarios financieros ASUFIN (@asufin_), que ha elaborado una serie de propuestas dirigidas a la Comisión Europea para que regule este tipo de producto en la futura directiva de crédito al consumo.
En concreto, la asociación reclama que la nueva norma obligue expresamente a las entidades a ofrecer una tarjeta de débito convencional, que compita en igualdad de condiciones con este tipo de tarjetas y que el coste de mantenimiento no represente un factor disuasorio. Desde ASUFIN sostienen que la tarjeta de débito, como un instrumento de control del gasto, es una medida para prevenir el sobreendeudamiento al cargar las compras sobre saldos, mientras que las tarjetas de débito diferido permiten comprar por encima del saldo, al dar la posibilidad de fraccionar las operaciones en el momento de la compra y después.
Informar al consumidor es clave
ASUFIN propone asimismo a la Comisión Europea que exija que se informe de manera adecuada al consumidor del riesgo que contrae al disponer de una tarjeta con múltiples posibilidades para activar modalidades de crédito onerosas.
"El auge de estos nuevos productos se debe a que los bancos no ganan con la gestión de cobros y pagos, sino con el decalaje del pago, puesto que al vendedor sí le pagan de inmediato, mientras que al usuario le cargan el importe de la compra en su cuenta pasadas 48 horas, lo que no deja de ser una financiación al vendedor", explica ASUFIN.
Riesgos de las tarjetas de débito diferido
Las tarjetas de débito diferido son unas tarjetas híbridas en tanto que no dan crédito, pero tampoco cargan el gasto de manera automática, sino que lo difieren unos días. Uno de sus riesgos, según advierte la asociación de usuarios financieros, es que el titular se endeude de más, y sin necesidad. "Aunque sea sin coste aparente para el consumidor, le invita a tener deuda pudiendo ser el origen de un problema de sobreendeudamiento", señala ASUFIN.
Además, esta clase de tarjetas invita a operar por encima de su gasto. La tarjeta de débito, como un instrumento de control del gasto, es una medida para evitar el sobreendeudamiento al cargar las compras sobre saldos. Mientras que las tarjetas de débito diferido permiten comprar por encima del saldo, por la posibilidad de fraccionamiento de las operaciones en el momento de la compra y después.