La tensión y el malestar crece dentro de Unicaja. El banco andaluz está preparando un nuevo expediente de regulación de empleo (ERE) después de que en el primer trimestre del año su beneficio haya caído un 43% respecto al mismo periodo del año anterior. A pesar de ello, Unicaja ha ganado 34 millones de euros. Apenas unos meses después de que la entidad, tras la fusión con Liberbank, ajustara la plantilla y despidiera a 1.300 trabajadores, ahora estaría cerrando los flecos para un nuevo ajuste de plantilla.
Y en este escenario, el ambiente se calienta. En la última junta de accionistas de Unicaja, celebrada hace unas semanas, los sindicatos se mostraron muy beligerantes con los últimos recortes y la situación en la que se encuentra la entidad. Denunciaron un aumento de cargas de trabajo y presión.
Ahora, los trabajadores hablan ya, abiertamente, de maltrato por parte de la entidad. UGT (@UGTUnicajaBanco) denuncia que “los trabajadores del banco, a pesar del maltrato de los equipos de organización, damos el callo y la cara ante los clientes”, sin contar con apenas herramientas, y sin una política de empresa coherente y estable. El banco, dicen, no hace sino dar “bandazos”.
El sindicato señala directamente al consejero delegado de la entidad, Manuel Menéndez, a quien acusa de mirar únicamente a su bolsillo y no por el banco, ni por los clientes, ni mucho menos por los trabajadores: “Si la profesionalidad del CEO y de su séquito fuera tan solo de un 50% de los trabajadores y trabajasen a favor del Banco en vez de estar solo preocupados de sus bolsillos y de su futuro, los resultados de Unicaja estarían muy por encima de lo que están ahora. Su trabajo no justifica sus sueldos, mientras que falta plantilla en las oficinas y hay un cambio errante en la política, con exigencias de productos exóticos en venta cruzada para aprobación de operaciones, como por ejemplo la tarjeta del Real Madrid para poder aprobar un préstamo”, afirman.
También apuntan que existe una “absoluta desorganización provocada por los equipos de negocio y organización”, además de un total abandono y desprecio hacia los clientes, provocado por una política de negocio cortoplacista que no tiene en cuenta el futuro del banco.
En los últimos tiempos, los sindicatos han venido denunciando que existe un “aumento desmesurado de las bajas laborales que está sufriendo la plantilla desde la instauración de las nuevas medidas de negocio”.
A finales de marzo, Unicaja contaba con una plantilla de 7.781 empleados, un 11,6% menos que hace un año. Y respecto al número de oficinas, también a cierre de marzo, ascienden a 967. En solo un año, se han reducido un 21,8%.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.