El Banco Central Europeo ha optado por no salirse de su hoja de ruta y, pese a las presiones del mercado para que pisara un poco el freno en su política de subida de los tipos de interés en mitad de fuertes turbulencias financieras, la institución se ha mantenido firme y ha subido los tipos de interés otros cincuenta puntos básicos.
Así, el precio del dinero se coloca en el 3,5%, su nivel máximo desde octubre de 2008. El compromiso de la institución presidida por Christine Lagarde por el control de la inflación, aún desbocada, era demasiado sólido. Un guiño a los mercados con una subida de tipos menor "se podría interpretar como debilidad o falta de credibilidad", aseguran analistas financieros a este diario.
Con esta sexta subida, el BCE mantiene el ritmo de la normalización de su política monetaria, a pesar de las turbulencias en el sector financiero, tras la intervención en Estados Unidos de dos entidades bancarias el pasado fin de semana y el desplome bursátil de la banca europea ante las dudas sobre Credit Suisse.
Preparado para actuar
Aunque el BCE haya optado por no salirse del guion por las turbulencias financieras, en el comunicado que explica su decisión, la institución asegura que “está haciendo un atento seguimiento de las actuales tensiones en los mercados y está preparado para responder como sea necesario para mantener la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la eurozona”.
Según el BCE, la institución cuenta con todos los instrumentos de política monetaria necesarios para suministrar apoyo de liquidez al sistema financiero de la zona del euro si fuera necesario y preservar la transmisión fluida de la política monetaria.
Según ha desvelado la propia Christine Lagarde en la comparencia posterior al movimiento de tipos, hasta cuatro miembros del Consejo de Gobierno del BCE votaron a favor de moderar la subida preventivamente por las tensiones financieras.
"En el futuro, las decisiones sobre los tipos de interés estarán determinados por su valoración de las perspectivas de inflación a la luz de los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria" ha dicho Lagarde. El consenso del mercado interpreta que este podría ser el último incremento agresivo de los tipos de interes.
Controlar la inflación: prioritario
La tasa de inflación interanual de la eurozona se situó en febrero en el 8,5%, lo que implica una bajada de una décima frente al dato de enero, mientras que la tasa subyacente, que excluye el efecto de energía y alimentos, escaló hasta un récord del 5,6%. Sin embargo, la inflación está 4,25 veces por encima del objetivo que maneja el BCE. Recordemos que su mandato fundamental es controlar la inflación en el entorno del 2%. Con este escenario, la autoridad monetaria no se ha permitido una pausa en esta reunión de marzo en su camino de encarecimiento del precio del dinero.
En concreto, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido elevar los tipos de interés medio punto porcentual, tal y como había anticipado que haría, de forma que el tipo de interés para sus operaciones de refinanciación se situará en el 3,50%, mientras que la tasa de depósito alcanzará el 3% y la de facilidad de préstamo el 3,75%.
De esta manera y tras las subidas de otros 50 puntos básicos en febrero y diciembre de 2022, así como de los dos incrementos de 75 puntos básicos acometidos en las reuniones de octubre y septiembre del año pasado, después de una subida inicial de medio punto porcentual en julio de 2022, el BCE ha elevado el precio del dinero en 350 puntos básicos durante el actual ciclo de subidas.
De su lado, según los últimos datos de Eurostat, el ritmo de expansión de la zona euro se interrumpió en el cuarto trimestre de 2022, cuando el producto interior bruto (PIB) de la región se estancó en comparación con los tres meses anteriores, cuando el crecimiento fue del 0,4%, mientras que en comparación con el cuarto trimestre de 2021, el crecimiento de la zona euro fue del 1,8%.
Caída del Euribor
En las últimas jornadas, la imparable subida del indicador al que están referenciadas la mayor de las hipotecas a tipo variable, ha dado un giro inesperado y ha bajado bruscamente. Una caída que devolvió al Euribor al nivel que registraba hace un mes (3,509%) y que en las horas previas a escuchar a Christine Lagarde ha seguido bajando hasta rozar los mínimos de enero (3,359%).
Una montaña rusa motivada por el terremoto financiero que ha provocado la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) en Estados Unidos, pero sobre todo la crisis de Credit Suisse, ya en Europa. Los mercados comenzaron a dudar de lo que podría hacer el Banco Central Europeo (BCE) y las expectativas de que la subida de tipos de interés se suavizara comenzaron a intensificarse.
Para saber si estos movimientos se traducen en un respiro a los hogares cuya hipoteca está ligada a este indicador, habría que ver su continuidad y si las bajadas se consolidan. Todo dependerá del nivel medio con el que el Euribor cierre el mes de marzo, para lo que aún queda casi medio mes.