Cazadores de herencias: así se puede ganar el 10% de una fortuna

El tema de las herencias lleva a más de una familia por la calle de la amargura: trámites, impuestos, disputas entre herederos… Sin embargo, hay veces en que se produce la muerte de una persona que no ha dejado a ningún familiar conocido su patrimonio. ¿Qué sucede en estos casos? Pues que el Estado debe hacerse cargo de los bienes de la persona fallecida, tal y como establece el artículo 956 del Código Civil: “A falta de personas que tengan derecho a heredar conforme a lo dispuesto en las precedentes secciones, heredará el Estado”.

Pero el Estado no siempre se entera de estos casos, y es ahí donde aparece la figura de los cazadores de herencias. ¿Quiénes son? Normalmente son despachos de abogados o particulares expertos del sector que se dedican a buscar a los descendientes de personas fallecidas cuyo patrimonio queda en un limbo legal al no haber hecho testamento. Si al final no encuentran a nadie, se lo pueden comunicar a la Administración y pueden llegar a conseguir hasta el 10% de la herencia que se queda el Estado.

¿Qué hace el Estado con la herencia?

El mismo artículo 956 del Código Civil señala que, cuando el Estado hereda, deberá asignar una tercera parte de la herencia a instituciones municipales del domicilio del difunto, tanto públicas como privadas, preferentemente de carácter benéfico. Otra tercera parte se destinará a entidades de ámbito provincial y el resto irá a parar al Tesoro Público. Todo esto ocurre una vez que Hacienda ha constatado que la persona en cuestión ha fallecido sin tener herederos legítimos ni testamento. Si esa persona vivía de alquiler, los dueños o arrendatarios de la vivienda tienen la obligación de comunicarlo a la Administración.

Entonces, ¿quién puede cobrar ese 10% de la herencia? Tan solo aquellas personas que no tienen ninguna obligación de comunicar el fallecimiento de esa persona. La ley excluye de esa gratificación a las personas que tengan conocimiento de la muerte de una persona sin herederos legítimos “por razón de su cargo o empleo público”, a los responsables de residencias de la tercera edad en la que haya vivido el anciano y al “administrador o representante legal del mismo”.

Por último, para conseguir ese 10%, el cazador de herencias tendrá que presentar un escrito en la delegación de Hacienda de la provincia donde residía el fallecido en donde deberá detallar todos los datos recabados del individuo. Por esa razón, en la mayoría de los casos suele tratarse de despachos de abogados.