Las aportaciones a nuchos productos de ahorro de cara a la jubilación tienen una fiscalidad favorable, lo que incrementa su atractivo para los partícipes. En los últimos dos años, los límites máximos legales de aportación a los planes de pensiones se han visto reducidos, pasando el límite genera de 8.000 euros anuales a 1.500 euros. A cambio, la fiscalidad de los planes de empleo ha mejorado. Pese a este nuevo escenario, estamos aún ante productos de ahorro con un claro atractivo fiscal.
En España, las aportaciones a planes de pensiones y planes de previsión asegurados (PPA) se pueden reducir en la base imponible general del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), con unos límites absolutos y en función del volumen de sus rendimientos (de trabajo y/o actividades económicas), tal y como recuerda la ‘Guía para tu jubilación 2022’ editada por Fundación Mapfre.
El principal cambio en 2022 en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), en materia de aportaciones a planes de pensiones, es el nuevo recorte al incentivo fiscal de los planes de pensiones individuales, con una nueva reducción del límite de aportaciones que se pueden depositar en el fondo individual. Así, desde el 1 de enero, hay un nuevo tope de 1.500 euros anuales como límite general, es decir, 500 euros menos de los permitidos en 2021. El Gobierno ya disminuyó el año pasado el límite desde los 8.000 euros aplicables hasta 2020.
Estos 1.500 euros pueden tener origen bien en aportaciones a un planes individuales, bien en aportaciones a planes de empleo por el propio empleado o bien en contribuciones empresariales al plan de empleo.
Sin embargo, se incrementa, de 8.000 a 8.500 euros el límite adicional para partícipes en Sistemas de Previsión Social Colectivos (planes de pensiones y planes de previsión social empresarial).
Estas últimas aportaciones, pueden tener origen bien en contribuciones empresariales o bien en aportaciones del trabajador al mismo sistema de empleo, siempre que sean por importe igual o inferior a las contribuciones que realice la propia empresa.
El máximo legal conjunto es de 10.000 euros al año.
La reducción de la base imponible de las aportaciones de los partícipes a planes de pensiones, a mutualidades de previsión social, las primas a los planes de previsión asegurados, las aportaciones del trabajador a los planes de previsión social empresarial y las primas satisfechas a determinados seguros privados, no podrá superar el 30% de la suma de rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidas en el ejercicio.
Por otro lado, el ahorrador tiene la opción de contribuir con hasta 1.000 euros al plan de pensiones de su cónyuge si éste ha obtenido ingresos inferiores a los 8.000 euros durante el ejercicio.
También se pueden hacer aportaciones a favor de un familiar con discapacidad (hasta tercer grado de parentesco) hasta 10.000 euros anuales por familiar aportante, con un límite conjunto de reducciones para todos los aportantes de 24.250 euros anuales
Los planes de pensiones individuales y los planes de empleo son compatibles. Los límites existentes a las aportaciones y reducciones en la base imponible son diferentes para planes de pensiones individuales o de empleo.
Como hemos visto, el límite conjunto de todas las aportaciones es 10.000 euros. La ‘Guía para tu jubilación 2022’ de Fundación Mapfre lo explica muy bien con un ejemplo. “El empleado podrá aportar, en el mejor de los casos, 5.750 euros, como suma de 1.500 euros a planes de pensiones individuales, y 4.250 euros a planes de pensiones de empleo, siempre que la empresa aporte también 4.250 euros, puesto que la aportación del trabajador no puede ser superior a la de la empresa”.
