Aplazar el pago de las compras no es nada nuevo. Pagar en varias cuotas, no comenzar el pago hasta pasado un tiempo y, en definitiva, financiar una adquisición, es algo habitual en compras de envergadura, como el coche, los estudios, una reforma de la casa o incluso un tratamiento odontológico. También en el caso de otras compras, quizá no tan grandes, pero sin duda importantes, como un electrodoméstico o la televisión nueva del salón.
Lo que si es nuevo es aplicar este aplazamiento de pagos para compras menores: unas botas nuevas, un jersey de lana, un pantalón vaquero o unas cremas faciales. Una nueva forma de comprar con luces y sombras.
Su llegada a España es reciente, pero cada vez son más los comercios online que ofrecen como método de pago la compra aplazada. El siguiente paso es que esta forma de pagar llegue también a las tiendas físicas. Estas son sus principales características:
La revolución digital y la irrupción de las compañías fintech han posibilitado este cambio. Estas compañías tecnológicas y de servicios financieros ofrecen el pago aplazado de compras de pequeña cuantía. Según explica el portal del cliente bancario del Banco de España, esta opción suponer para los clientes una nueva vía de financiación, bien bancaria o bien al margen de la banca tradicional, que nos puede ayudar a organizar nuestras finanzas, pudiendo adquirir productos que necesitamos sin necesidad de dejar la cuenta en descubierto y asumir los costes que esto genera.
Ahora bien, el Banco de España también alerta de los peligros de eta nueva opción. “Comprar y pagar luego es muy tentador, pero puede fomentar la compra impulsiva, y por ello hay que poner sensatez para no terminar endeudándose en exceso”, explica la entidad, presidida por Pablo Hernandez de Cos. “Tarde o temprano tendrás que pagar esas pequeñas deudas y se pueden acumular”, añade.
El Banco de España (@BancoDeEspana) recuerda que, si el importe a financiar es inferior a 200 euros, no se aplica a la operación la Ley 11/2016 de Contratos de Crédito al Consumo. Es decir, en estos casos puede tratarse de intermediación de ofertas de financiación de intermediarios regulados pero no sujetos a la supervisión del Banco de España.
Por eso, conviene tomar la precaución de averiguar con quién estamos operando y qué tipo de licencia tiene, puesto que no todas las compañías fintech son bancos. Sin lugar a dudas, la opción más garantista y con la que estaremos más protegidos es trabajar con un banco, para lo que tendrá que contar con una licencia bancaria, conocida como licencia de entidad de crédito.
Cuando contratamos una tarjeta de crédito, la entidad financiera nos está concediendo un crédito que lo podemos utilizar cuando queramos. Sin embargo, la Organización de Consumidores OCU, avisa de que aplazar el pago de las compras durante un tiempo determinado puede salir muy caro.
Los intereses de aplazamiento suelen ser muy elevados, por encima del 20% TAE en muchos casos, incluso por encima del 25%. Antes de emplear esta vía, la OCU recomienda buscar alguna alternativa de financiación más asequible, por ejemplo, el aplazamiento del pago en el propio comercio (en algunos es gratuito durante unos meses), un préstamo familiar o un préstamo personal en el banco.
