La mayoría de los españoles no sabe el tipo de tarifa de luz y gas tiene contratada, la potencia que consume, ni tampoco la posibilidad de optar por una distribuidora y una comercializadora diferente para el mismo suministro. Mucho menos, si les preguntamos sobre si están adscritos al mercado libre o regulado, cuya diferencia solo llegan a conocer dos de cada 10 hogares españoles. Éstas son las conclusiones del Panel de Hogares CNMC sobre electricidad y gas del primer semestre de 2019, que alerta del desconocimiento entre la población del mercado eléctrico.
Esta falta de información que apunta la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (@CNMC_ES) está en el origen de que "miles de familias estén pagando de más en su factura de luz y gas", según apuntan varias asociaciones de consumidores como FACUA, la OCU y la Alianza contra la Pobreza Energética consultadas por 65ymás. Una situación que se podría resolver con más asesoramiento por parte de organismos independientes, y reducir facturas de 130 euros a la mitad. Pero, ¿a qué se debe esta realidad? ¿por qué es tan difícil entender la factura de energética? ¿Sobre quién recae esta responsabilidad? ¿Cómo afecta especialmente a los mayores?
Principales responsables
Una mezcla entre opacidad, falta de interés y sucesivos cambios de regulación, resaltan como las principales causas del desconocimiento, según los agentes sociales. "Para nosotros la principal responsabilidad es de las grandes empresas del oligopolio eléctrico -Endesa, Iberdrola, Naturgy, EDP España y Viesgo-, que no son transparentes, no quieren dar esta información a las familias, y están más preocupadas en maximizar sus beneficios. El hecho de que ofrezcan información en su página web, no es suficiente. Y por otro lado hay una falta de control por parte del Gobierno, que no fomenta la exigencia para que estas empresas informen con la transparencia necesaria y las familias puedan con toda la información a la hora de elegir que suministro quieren, y puedan pedir el bono social en caso de que lo necesiten", afirma María Campuzano, portavoz de la Alianza contra la Pobreza Energética (@APE_Cat).
Desde asociaciones como FACUA (@facua) aseguran que llevan años denunciando que "Gobierno tras Gobierno se ha producido una situación de confusión entre los consumidores sobre estos conceptos. Las compañías energéticas han utilizado además los mismos recursos o equipos de atención al cliente tanto para realizar consultas, como para vender la tarifa semirregulada, acosando a los consumidores continuamente. Incluso han engañado a algunos clientes entre las ventajas del mercado libre, que resulta mucho más cara de la regulada", asegura su portavoz Rubén Sánchez a 65YMás, recordando que los mayores son con frecuencia el principal colectivo objetivo de estas campañas. Desde la patronal de las eléctricas y el Gobierno no han contestado por el momento a las peticiones de información sobre este tema realizadas por este diario.
Ofertas "trampa"
Una de las principales consecuencias de la información "confusa" es la falta de herramientas de contraste que tiene el consumidor cuando quiere contratar un nuevo suministro o cuando recibe ofertas "trampa" por parte de las compañías "que no son tan beneficiosas", tal como denuncia la Organización de Consumidores y Usuarios- OCU (@consumidores). "Las agresivas ofertas comerciales que suelen recibir los consumidores por teléfono" y hasta hace poco en la puerta de sus hogares, han provocado que "muchos usuarios cambiasen su factura sin tener en cuenta las consecuencias, ni la letra pequeña", afirman desde la OCU. Así, una amplia mayoría de los hogares españoles no saben en qué mercado tienen contratados sus suministros de luz (64%) y gas natural (70%), según el estudio de la CNMC.
Como resultado, "miles de familias están pagando de más en su factura de luz y gas y todo eso va a los bolsillos de las grandes eléctricas, que siguen hoy en día haciendo negocio con una necesidad básica. En segundo lugar, hay muchas familias que pueden estar en situación de pobreza energética por tener un contrato, que no se adecua a su situación. En nuestras asambleas de asesoramiento colectivo hemos visto familias que tenían facturas elevadísimas, de 130-150 euroos, que pasando al mercado regulado, bajando la potencia, ajustando la discriminación horaria, y pidiendo el bono social, bajan a 40-50 euros, pasando a ser asumibles", asegura María Campuzano.
Los mayores, el sector más vulnerable
Además, muchos consumidores creen que aún tienen contratada la tarifa regulada, cuando en realidad están ya en el mercado libre debido a que muchas compañías comercializadoras realizan este cambio sin facilitar la suficiente información. Hasta finales de los años 90, el mercado eléctrico de nuestro país estaba regulado por el Gobierno, que fijaba las tarifas. A partir de 1997, sin embargo, dio comienzo un proceso de liberalización progresiva del mercado de la energía que, tras algo más de una década, terminó implantando en nuestro país el escenario que vivimos hoy, en el que los usuarios pueden elegir libremente la comercializadora con la que contratar su electricidad y posteriormente si hacerlo mediante el sistema del Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) ( mercado regulado) o mediante un precio fijo (mercado libre).
"Los mayores son especialmente vulnerables a este tipo de situaciones ya que son publico objetivo de este tipo de empresas y sus engaños, de comerciales puerta a puerta o via telefónica. Muchas veces, personas mayores que sí tienen derecho al bono social, al pasar al mercado libre, pierden ese derecho y acaban pagando mucho más en la factura y esto puede tener consecuencias de pobreza energética, con efectos sobre la salud, comfort térmico, e impactos a todos los niveles. El colectivo mayores 65 años prefieren no encender la calefacción antes que tener deudas", afirman desde la Alianza contra la Pobreza Energética.
Sanciones a las eléctricas
Todos estos hecho han provocado que la CNMC haya sancionado a las eléctricas en varias ocasiones y que se haya prohibido la venta a puerta fría. Endesa, por ejemplo, ha sido multada por cambiar de contrato a sus clientes sin su consentimiento, incluídas las tarifa de ultimo recurso (TUR), necesarias para acceder al bono social. Naturgy deberá pagar una sanción por recomendar un cambio de tarifa de gas a 48.700 clientes que disfrutaban de una TUR y a los que, a partir de entonces, se les aplicaría una subida en el precio de entre el 8% y el 14%. Iberdrola y Edp Enegía se han visto implicadas en cuatro infracciones leves por incumplir sus obligaciones en relación con la formalización de los contratos de suministro.
Debido a estas prácticas dudosas, en 2018 el Gobierno de Pedro Sánchez prohibió que los comerciales pudieran visitar domicilio. Sin embargo, tal como señalan desde FACUA, "las compañías eléctricas no han informado a los clientes a los que convencieron con esas prácticas de que pueden estar pagando más por su energía e incluso perdiendo el derecho al acceso al bono social". Por otro lado, "esto no se compensó, porque miles de clientes se han cambiado ya a la tarifa de mercado libre", aclaran desde FACUA.
Conceptos clave en la factura de la luz
Conocer tan solo algunos detalles de la factura pueden marcar un gran ahorro. Uno de los términos fijos de la factura de la luz es la potencia contratada, de la que dependerá en gran parte el coste final. El 70% de los hogares declaran tener una potencia contratada de hasta 6 kW, un 5% entre 7 y 10 kW y son muy pocos los que tienen más de 10 kW (2%). Regulando esta potencia, los usuarios pueden desarrollar importantes ahorros y solo supondrá que no puedan utilizar todos los electrodomésticos a la vez.
Otro aspecto importante, y que puede contribuir a reducir la factura de luz, es la discriminación horaria. La mayoría de los hogares declaran tener una tarificación por horas (28%), les siguen los que su tarificación es con discriminación horaria o precio por tramos (16%), otros tipos de tarifa (15%) y los hogares con tarifa plana (6%) y que pagan una tarifa fija al mes. La mayoría de los usuarios españoles concentran el 40-50% de su consumo de luz en el horario valle. A partir del 30%, interesa, según la OCU, contratar la tarifa con discriminación horaria, que debe pedirse a la distribuidora y tiene un precio más bajo en el horario valle y más alto en el horario punta.
En cuanto a saber si se está en mercado regulado o libre, "es tan simple como mirar en la factura si aparece el concepto PVPC en la tarifa de electricidad", señalan desde FACUA. Pero reconocen, que más allá del mayor interés por parte de los consumidores, "haría falta por parte del Gobierno, una campaña para aclarar los conceptos básicos, y por otro lado establecer la obligación de que las eléctricas enviasen una carta a los usuarios comunicándoles qué modalidad tarifaria tienen, y que conozcan la alternativa del mercado regulado, con más claridad que la que lo hacen actualmente", puntualiza Rubén Sánchez.