Agus Calvet
Consumo
Máquinas de ozono para desinfectar, ¿son realmente eficaces contra el coronavirus?
La otra cara del ozono como aliado para la desinfección de los establecimientos
El ozono se ha convertido en las últimas décadas en nuestro particular doctor Jekyll y el señor Hyde. No podemos vivir ni con él ni sin él.
Gracias a esta sustancia gaseosa, en las capas altas de la atmósfera, los rayos más perjudiciales del sol no acaban con la vida en la tierra. Pero también, por su culpa, o mejor dicho por la nuestra, cuando se genera cerca de la superficie debido al calor y la contaminación puede causar problemas sanitarios graves, sobre todo entre el colectivo de las personas mayores.
Pero de esa característica tan nociva se ha sabido sacar partido para utilizarla como desinfectante, tanto para aplicación sobre el agua como del aire.
No es extraño que ahora vuelva a ponerse de moda el ozono como un nuevo aliado para luchar contra el COVID-19 en áreas comerciales.
A partir de ahora proliferarán en las puertas de nuestra tienda de ropa favorita, en la peluquería, o en el banco carteles informando que ese espacio se ha higienizado con ozono.
¿Y cómo funcionan estos cañones de ozono?
Estas máquinas convierten el oxígeno en ozono a través de una reacción química originada por la electricidad.
Pero, habrá que estar atentos. La utilización de estos equipos de generación de ozono no pueden realizarse en presencia de los clientes. De hecho, tal y como indica la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), solo están indicados como complemento a la limpieza y desinfección más tradicional, con el local cerrado y siempre con equipos protección. De lo contrario puede generar irritación de piel, daño ocular o, incluso, reaccionar con sustancias inflamables que pueda haber en el local.
Por supuesto, tampoco debería emplearse el ozono como sustancia desinfectante en arcos por donde el cliente tenga que pasar antes de entrar o salir de una tienda.
Pero, bien utilizado, la desinfección de espacios con ozono permite librarse de amenazas no solo como el COVID-19, sino todo tipo de virus y bacterias, garantizando que tanto trabajadores como clientes de tiendas y espacios comerciales puedan disfrutar de un entorno saludable y alejado de contagios y enfermedades, así como también de malos olores.