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Siempre ha habido clases, en los huevos también. No todos son iguales, los hay blancos y marrones y los de este color suelen ser más caros que los blancos. Blancos y marrones, no obstante, tienen las mis mas propiedades, son una buena fuente de proteínas y a pesar de su densidad grasa no aumentan, en contra de lo que comúnmente se piensa, los niveles de colesterol.
El color de los huevos no tiene nada que ver con sus capacidades nutricionales sino con la genética de las gallinas ponedoras que los producen. Así lo explica Sharman Hickman, director de divulgación y educación de la comunidad Hickman's Family Farms . Según Hickman, la raza de y la genética de la gallina son la clave que determina el color del huevo, si el animal tiene los genes responsables del pigmento del huevo y esto determinará el color de la cáscara de sus huevos.
Hay huevos blancos, marrones e incluso, en razas extrañas y poco conocidas, azules. Las aves de la raza leghorn ponen huevos blancos, la orpington marrones y las gallinas amaraucana ponen huevos con la cáscara azul. Hickman explica que la leghorn es una raza muy ponedora y su tamaño no es muy grande. Sin embargo, las razas que producen huevos marrones suelen ser de mayor tamaño lo que implica que necesitan alimentarse más lo que implica un mayor costo de mantenimiento que finalmente tiene repercusión en el precio de sus huevos.
En consecuencia, la elección de huevos blancos o marrones no es más que una cuestión de elección personal del consumidor, para gustos se hicieron los colores, y también de si está o no dispuesto a gastarse unos cuantos céntimos más o prefiere ahorrárselos.