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Las temperaturas han comenzado a caer en picado en los últimos días en buena parte del país y ya hay muchos hogares que se preparan para encender la calefacción para evitar pasar frio. En España, la calefacción representa el 47% de consumo de energía de un hogar, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica. Por ello, conviene optimizar su uso y seguir una serie de consejos para minimizar el gasto que supone.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) nos recomiendan aplicar los siguientes trucos:
1. Pon a punto los radiadores
Antes de encender o cambiar la configuración de la caldera de casa, es importante que compruebes el estado de los radiadores y que funcionan correctamente. Si cerraste las llaves de paso de todos los radiadores o de uno en concreto cuando acabó la temporada pasada, acuérdate de abrirla y haz una prueba para chequear que el agua circula sin problemas. Para saber si es necesario el purgado, se debe atender a si se escuchan ruidos raros en el interior del radiador o a si la parte superior está más fría que la inferior.
2. Comprueba la caldera
Independientemente de que a tu caldera le toque pasar o no la inspección este año, es conveniente que realices las siguientes comprobaciones antes de poner en marcha el sistema de calefacción:
- Revisa la presión de la caldera y hazlo cuando esté en frío. Aunque generalmente la presión debe estar entre 1-1,5 bares (zona verde del manómetro), consulta antes el manual de instrucciones del aparato y asegúrate de cuál es la presión recomendada por el fabricante. Si tuviese una presión inferior a 0,5 bares, los más probable es que la caldera no funcione. Por suerte, las calderas suelen contar con un sistema de seguridad que las desactiva en el caso de presiones excesivamente bajas.
- Si tu caldera también sirve para calentar el agua sanitaria, cámbiala a Modo inverno o Calefacción + ACS. Normalmente, viene indicado con los símbolos de un radiador para la calefacción y de un grifo para el agua caliente.
- Ajusta la temperatura de trabajo de la caldera. Si esta es de condensación, se aconseja que la temperatura sea de 55-60 ˚C. En el caso de una mixta (calefacción+ACS), la temperatura de salida del agua de los grifos recomendada dependerá de si se trata de un sistema instantáneo (40-50 ˚C) o de una caldera con acumulador incorporado (55-60 ˚C).
3. Revisa el termostato
El termostato es el dispositivo encargado de regular el encendido y el apagado del sistema de calefacción, por lo que hay que asegurarse de que funciona correctamente. Para ello, sube la temperatura ambiente y comprueba si la caldera se pone en funcionamiento. Después, baja la temperatura del termostato y chequea si el sistema se apaga. Recuerda comprobar las pilas si tu termostato es digital.
4. No te pases con la temperatura
Establece la temperatura de tu casa a 21 ˚C, algo tan sencillo como esto puede hacerte ahorrar hasta un 20 % de energía. Es mejor abrigarse un poco que ir en manga corta como si estuvieras en pleno agosto. Además, y aunque en muchos casos hayas oído que es más caro encender la calefacción que mantenerla encendida, conviene que tengas en cuenta que, a pesar del pico de gasto del encendido, si bajas la temperatura a 16 ˚C durante la noche, estarías ahorrando un 13% con respecto a mantenerla encendida a 20 ˚C.
5. Instala válvulas termostáticas en los radiadores
En ocasiones, tener un solo termostato para toda la casa conlleva que algunas estancias estén más frías que otras o que el calor en unas habitaciones sea excesivo. Si lo que quieres es regular la temperatura de los radiadores a tu gusto, te recomendamos que instales válvulas termostáticas.
Estas válvulas funcionan automáticamente y están compuestas de 2 piezas:
- Un elemento sensor que funciona mediante un fuelle lleno de gas: el gas se caliente a medida que aumenta la temperatura de la habitación, expandiéndose y provocando el desplazamiento de un pasador situado en la carcasa de la válvula. Esto reduciría el caudal de agua que atraviesa el radiador. La distancia entre pasador y fuelle puede modificarse girando el elemento sensor, cambiando así el punto de ajuste de la temperatura de la habitación.
- Una carcasa de la válvula: esta puede incluir un limitador que restringiría el caudal de agua máximo que atraviesa el radiador y garantizaría una refrigeración razonable del agua, incluso cuando el termostato solicite la máxima aportación de calor.
6. Ten abiertos solo los radiadores que vas a utilizar
Cierra tanto los radiadores como las puertas y las ventanas de las habitaciones que no utilizas hasta que necesites usarlas.
7. No cubras los radiadores
Cubrir los radiadores con elementos decorativos o usarlos como tendedero-secadora conlleva que la calefacción tenga que hacer un mayor esfuerzo para ofrecer la temperatura a la que la has configurado y, por tanto, un mayor consumo de energía.
8. Pon reflectores en los radiadores
Colocar un panel reflectante entre el radiador y la pared te ayudará a aprovechar y distribuir mejor el calor, recuperando entre un 10-20 % del calor que se pierde hacia el muro.
9. La decoración también aísla
Utilizar alfombras y cortinas de color oscuro para que absorban la radiación solar te ayudará a mantener e, incluso, subir la temperatura de tu casa. También lo hará usar cortinas dobles como, por ejemplo, una cortina fina que permita entrar la luz y el calor del sol y otra más gruesa que no deje pasar el frío nocturno.
Otras formas de mejorar el aislamiento es cubrir las paredes con cuadros o estanterías (la temperatura de una pared donde hay un cuadro puede llegar a ser 1,5 ˚C más alta que una desnuda), o bien poner un zócalo para proteger del frío que sube del suelo.
10. Revisa el aislamiento de puertas y ventanas
Tapona la entrada de corrientes de aire colocando pequeños sistemas de plástico en puertas y ventanas. De esta manera, impedirás tanto la entrada de frío como la salida de calor y, además, ayudarás a mantener la temperatura interior de la casa. Si hay grietas en los muros alrededor de puertas y ventanas, séllalas con masilla resistente al agua por el exterior de la casa.