María Liébana
Consumo
¿Qué hay detrás de los gastos de envío gratuitos?
Los gastos de envío gratuitos funcionan a modo de disparador emocional
La logística se ha convertido en pieza clave para el desarrollo de los negocios de venta online o ecommerce, cuya competitividad se ha convertido en una guerra de precios sin precedentes con un claro objetivo: enviar más rápido y, sobre todo, más barato.
Las empresas de venta online trabajan en planes estratégicos, creando prácticas y conductas de dudosa ética profesional, para llegar a desarrollar con éxito una de las estrategias de marketing online más aclamadas: la de los gastos de envío gratuitos. De hecho, para cerca del 60% de las tiendas online, el juego de los gastos de envío gratuitos ya se ha convertido en una de las herramientas de marketing más efectivas.
Pagar nos duele
Los gastos de envío tienen ciertamente un gran peso a la hora de fidelizar una compra online, pero también de perderla. Siendo la aparición de gastos inesperados (como los gastos de envío) es la principal razón por la que se abandonan pedidos en el momento de finalizar la compra.
Y es que los clientes no suelen aceptar muy bien el gasto extra que suponen los gastos de envío. El pago de ese servicio no lo asumen como su responsabilidad, ya que si se realiza un pedido por Internet entienden que no hay otra opción que la de enviar los productos por correo. Y lo perciben como un problema del que se debe encargar la empresa.
Esta molestia en el consumidor es lo que se denomina pain of paying o dolor de pagar, una teoría de la economía del comportamiento que asegura que hay ciertas barreras psicológicas que pueden impedir que realicemos determinada compra.
¿De verdad decidimos nosotros?
Los expertos señalan que se trata de un factor principalmente psicológico, que funciona a modo de disparador emocional que nos lleva a decantarnos por los gastos de envío gratuitos frente a otras alternativas, como recogerlo en tienda, por ejemplo. Por eso ya es una práctica más que habitual en el mundo del ecommerce. El vendedor asume parte o la totalidad de los gastos de envío para no ahuyentar al cliente. Se reduce así el margen de beneficio, pero aumentan las ventas.
El envío gratuito no existe
Sin emabrgo, muchas empresas ofrecen envíos gratuitos a cambio de pedidos que lleguen a una cantidad mínima. Esta práctica, gracias al efecto psicológico que tiene el dejarnos decidir, hace que aceptemos y realicemos la compra. Y lo hacemos de buen gusto a pesar de que en el fondo intuyamos que la empresa no va a perder dinero y nos lo “colará” por otro lado; y aunque, en un porcentaje muy alto de ocasiones, habremos incrementado el precio total de nuestro pedido inicial. De este modo es como las empresas consiguen ahorrarse los gastos de envío, "camuflándolos", y vender más.
Para que el cliente se beneficie, ¿quién sale perdiendo?
Ahora bien, esta práctica será rentable para las grandes compañías, pero puede llegar a asfixiar a los pequeños comercios, así como a las grandes víctimas de este sistema: las empresas de reparto.
Además, según ha publicado recientemente el País, a la moda del envío gratuito hay que sumarle la de la devolución gratuita. Y es que alrededor del 25% de los productos o servicios comprados en Internet se devuelven, porcentaje que se eleva hasta el 30% si se trata de ropa.
Los términos y condiciones
Aun así, es importante tener en cuenta como consumidores que los ecommerce nos tienen que informar de forma clara si existen gastos de envío y cuáles son estos. La ley señala que antes de que el consumidor quede vinculado por cualquier contrato a distancia (así es como denomina la normativa a las compras online), el empresario debe facilitar de forma clara y comprensible información sobre el precio total de los bienes o servicios, incluidos impuestos y los gastos de transporte o entrega (art. 97.1.e del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias).
No olvides, por lo tanto, no sólo aceptar sino leer detenidamente los términos y condiciones incluidos en las webs de venta online, ya que ahí es donde se especifica toda la información respecto al proceso de compra y el coste que te va a suponer.