¿Quién inventó el carrito del supermercado?

Elemento imprescindible, del que solo nos acordamos de él cuando, por el uso, las ruedas se desvían y nos hacen luchar para mantenerlo en línea recta en los pasillos del supermercado. Es el carro de la compra.

De acero, ahora de plástico, es un elemento imprescindible sin el cuál nos sería imposible hacer nuestras grandes compras semanales, quincenales o mensuales sin dejarnos los riñones en el intento. Pero, ¿siempre ha existido este tipo de carro?

Es curioso, pero si hacemos caso a las estadísticas, el carro de la compra es el segundo ‘vehículo’ más usado del mundo después de los turismos.

El origen del actual carro de la compra se lo debemos al estadounidense Sylvan N. Goldman, que tenía a mediados de los años 30 del siglo pasado una cadena de ultramarinos en Oklahoma. Avispado comerciante, se dio cuenta de que los clientes llegaban a la caja a pagar con las bolsas a medio llenar ya que se rompían si cogían más productos.

Así pues, el carrito surgió más que como una solución para la comodidad de los compradores, como una fórmula para que se comprara más en la tienda, en el supermercado.

El primero prototipo de carro era más parecido a una silla plegable con ruedas y una cesta de alambre. Visto el éxito de su idea, Sylvan Goldman comenzó a fabricar estos carritos para otras cadenas de tiendas y supermercados de todo Estados Unidos.

Si a Goldman le debemos la idea original del carrito, las verdaderas mejoras vinieron de la mano de otro estadounidense: Orla E. Watson. En 1946 mejoró el diseño con un carro de compras “telescópico”, que podía encajarse con otros para almacenarse mejor (como ocurre ahora) y para ello tenía una puerta batiente, es decir, uno de los lados se plegaba, como sigue ocurriendo ahora.

Hoy, el tamaño del carro de la compra ha crecido para fomentar la falsa idea en los consumidores que llevan pocos productos, y que “aún cabe más”.