Victoria Herrero
Consumo
Sigue estos consejos de consumo si quieres gastar menos en tu cena de Navidad
Victoria Herrero
Foto: Bigstock
Jueves 19 de diciembre de 2019
ACTUALIZADO : Sábado 21 de diciembre de 2019 a las 12:46 H
5 minutos
En caso de que en tu mesa ese día quieras poner percebes, ostras o angulas... prepara el billetero
Es uno de los meses más especiales del año, y también en el que el consumo se dispara: vacaciones, regalos, compra de lotería, comidas con familia y amigos... Para que luego la conocida como "cuesta de enero" no suponga un trauma al ver cómo la tarjeta tiembla, es importante tener en cuenta una serie de consejos para disfrutar de estos entrañables días festivos con nuestro seres queridos, pero con cabeza y sin gastar más de la cuenta. Sobre todo en lo que se refiere a los gastos de alimentación para preparar esas recetas tan especiales con las que recibirás a toda la familia los días señalados de Navidad.
Sé previsor, la cesta de la compra se encarece
Lo esencial es prepararte de antemano un presupuesto de lo que puedes o quieres gastarte entre esas comidas y esas cenas. Y junto a este propósito planea un menú cerrado donde tengan cabida no solo los entrantes que quieres poner, el primero, el segundo y los postres; indica una partida para bebidas y algún extra por si falla algo en el último momento.
Y es que a última hora y como explican desde la OCU (@consumidores), algunos tipos de marisco o pescados (angulas, percebes o las ostras) pueden subir su precio hasta un 60% más que su coste habitual. Por eso, una de dos: o somos previsores a la hora de hacer acopio de esos productos o alimentos o innovamos la receta con algunos ingredientes que no sean tan caros. Lo importante al final es juntarse toda la familia para estar unidos. Lo de menos es degustar platos de alta cocina en casa.
Por ejemplo, podéis sustituir el clásico pavo por un magret de pato relleno, una pularda que apenas sube de precio en estas fechas o una pierna de cerdo al horno si el precio del solomillo o del cordero está por las nubes en el supermercado esos días. Lo mismo que si no quieres gastarte el dinero que vale ahora la lubina o el besugo y prefieres hacer unas deliciosas y aparentes sardinas al horno con alguna guarnición especial.
Y no te olvides de comprar las frutas y verduras de temporada en lugar de querer hacer elaboraciones sofisticadas con ingredientes que apenas encontrarás en los establecimientos. En el caso de que tengas suerte y des con ellos, igual su precio te deja totalmente asombrado.
Esperarte a la misma semana o el mismo día 24 para hacer la compra para la cena de esa noche se puede hacer, pero ¿a qué precio? Lo mejor en estos casos es hacer la compra con antelación para ir preparando todo y congelando lo que sea posible. No solo evitarás largas colas frente a la pescadería o carnicería, sino que no te llevarás esa sorpresa desagradable al descubrir que se ha agotado el protagonista principal de tu plato estrella o que toda la cena te ha salido muy cara.
Y si es por ahorrar, aprovecha las ofertas y descuentos previos para ganar algo de dinero al llenar el carro de la compra.
De esta manera, desde principios de diciembre puedes ir comprando todo lo que sean bebidas, latas de conservas o dulces. No solo ahorrarás dinero, sino que irás ganando algo de tiempo para que luego no te olvides a última hora de esos pequeños productos. Además, puedes hacerte ya con las piezas principales de carne y pescado y las vas congelando para tenerlas listas y con todo el sabor cuando las saques de la nevera. Incluso para no tener que pasarte el día 24 de diciembre metido en la cocina horas y horas puedes ir dejando ya listas cremas o sopas (los días previos) para ganar un tiempo muy valioso ese día.
Un cambio en el menú que se nota en tu bolsillo
Estos días de Navidad nos pasamos con la comida y prepararos platos sin parar que de normal no nos comeríamos ni locos. Por ejemplo, en las cenas o comidas de estas fechas se suele abusar de los aperitivos para abrir el apetito antes de degustar contundentes platos principales. El problema es que esos bocaditos del principio resultan interminables con lo que no solo conseguiremos llenar a los comensales, sino que estaremos gastando dinero a lo loco y sobrará mucha comida; dinero que puede ser mejor invertido: opta mejor por un menú ligero y todos estaréis contentos disfrutando de esa cena en familia.
Otra idea también para que los padres descansen a la hora de preparar todos los platos (y no asuman todo el gasto en alimentación), es que cada miembro de la familia participe trayendo una elaboración del menú. Así, el dispendio económico no recaerá solo en un par de personas y habrá comida para todos los gustos. Y si sobra algo, no lo tiréis. Se pueden preparar guarniciones o sopas para la comida del día siguiente o de esa semana.