Una criptomoneda o criptodivisa es un activo de intercambio digital que utiliza criptografía para registrar y realizar sus transacciones financieras. Suelen tener un control descentralizado, en lugar de identificarse como de un emisor centralizado (caso de una moneda de un banco central), y funcionan como una base de datos donde las anotaciones se hacen mediante blockchain (cadena de bloques). Ello implica que un registro solo puede ser modificado o validado si lo hacen todos los integrantes de la cadena.
De las más de 2.000 criptodivisas existentes, tres (bitcoin, ripple y ethereum) comprenden más del 74% del valor total del criptomercado, lo que indica su escasa diversificación. El año pasado, bitcoin cerró el ejercicio con una cuota de mercado del 52%. Del total de transacciones, el 32% fueron realizadas con bitcoin.
¿Cómo invertir y dónde se compran?
Como otros activos o divisas, se suelen comprar en bolsas (exchanges) y se almacenan en monederos (wallets) electrónicos. Una misma moneda puede ser negociada en distintas bolsas y almacenada en diferentes monederos.
Foto: Santiago Carbó
Tal y como explica Santiago Carbó, director de Estudios Financieros y responsable del Observatorio de Digitalización Financiera de Funcas, "estos activos pueden concebirse en un país, registrarse en otro y negociarse en todo el mundo. Por tanto, es difícil delimitarlos geográficamente. A escala internacional, tan solo en el cuarto trimestre de 2018 la capitalización del criptomercado se redujo de 223.000 millones de dólares a inicios de octubre a 125.000 millones de dólares a cierre de año (-44%)".
En el conjunto del año 2018, el valor total de las criptomonedas se desplomó un 80%, según el Informe sobre Criptomercados y Blockchain elaborado por el Observatorio de Digitalización Financiera (ODF) de Funcas y Finnovating. Según este estudio, España es el vigésimo cuarto país con mayor número de nodos de la red de bitcoin (0,67%) y, el décimo octavo por número de cuentas en bolsas de criptomonedas (0,80%). Estados Unidos cuenta con la mayor cifra de usuarios de criptodivisas y número de nodos de bitcoin.
"Hacen falta unos conocimientos mínimos para invertir en criptomonedas", advierte Santiago Carbó, porque "se han convertido en un activo especulativo y en un depósito de valor más que en un medio de pago. De hecho, se puede decir que han fracasado como medio de pago y son muy especulativas, con grandes volatilidades y con una información difícil de controlar para un inversor particular.
¿La burbuja se desinfla?
Las grandes fluctuaciones han dado paso a una caída muy prolongada del valor de estos activos, siendo el más castigado el bitcoin. Pero los expertos resaltan que deben tenerse en cuenta otros factores, entre ellos, que el negocio de las criptomonedas, pese a desinflarse, cuenta cada vez con más divisas distintas. Y también que la cadena de bloques, que es la tecnología subyacente, sí que está progresando en otros muchos ámbitos financieros y no financieros como sistema rápido y seguro de registro. La aplicación a las monedas digitales es solo una de las múltiples posibilidades del blockchain.
Revolución en pagos y envíos de dinero
La industria bancaria europea lidera algunas de las principales plataformas de blockchain constituidas en áreas como la financiación comercial. Asimismo, la Comisión Europea está impulsando estas iniciativas, sobre todo desde la puesta en marcha en marzo pasado del Plan de Acción del FinTech, en el que las aplicaciones financieras de cadena de bloques tienen un peso muy importante.