Llenar la cesta de la compra es, hoy en día, todo un reto para muchas personas. Y es que, según datos de este martes del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios de Consumo (IPC) aumentó un 0,5% en agosto frente al mes anterior, elevando tres décimas su tasa interanual hasta el 2,6%. La subida de los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos personales y de los combustibles líquidos ha sido la principal causa.
Por su parte, el precio de los alimentos, que moderó tres décimas su crecimiento hasta situarse en el 10,5%, sigue siendo elevado, sobre todo si tenemos en cuenta la rebaja temporal del IVA de algunos productos, mientras que a otros se les ha suprimido este impuesto, hasta finales de año. De hecho, los alimentos son un 10,5% más caros que en 2022 pese a esta rebaja, es más, llevan 17 meses consecutivos con alzas superiores al 10% anual.
Así, la inflación general encadena dos meses consecutivos de ascensos. Otro dato preocupante es el de la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), que aunque bajó una décima en agosto, hasta el 6,1%, se sitúa 3,5 puntos por encima del IPC general.
Este tema es motivo de gran preocupación, también para las personas mayores, quienes ven como "su economía se ve claramente afectada y seriamente mermada", comenta Sabina Camacho Calderón, presidenta de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), a 65YMÁS.
"En 2023 las pensiones contributivas se actualizaron en un 8,5% correspondiente al IPC medio interanual, pero dependiendo de cómo se aplique la tabla de retenciones del IRPF, así resulta la cantidad final", explica la presidenta del Comité Asesor de 65YMÁS. A esto hay que añadirle "la subida del IPC de los costes de la vida diaria en los productos básicos y de primera necesidad".
"Las pensiones no suben tanto como los alimentos"
"El incremento de los precios nos pone cada vez más difícil acceder a alimentación sanay a medicamentos, a unas condiciones habitacionales dignas que garanticen la movilidad y una temperatura adecuada, el acceso a los servicios sociosanitarios de atención a la dependencia, etc.", denunciaba el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria con el reinicio de los lunes al sol de los jubilados vascos.
En concreto, productos básicos como el aceite de oliva y el azúcar se han disparado en los últimos meses, pese a la moderación en el crecimiento del precio de los alimentos (se debe a la estabilidad en los precios de la leche, queso y huevos frente a la subida que experimentaron el año anterior, así como al abaratamiento de las frutas y al hecho de que la carne, el pan y los cereales se encarecieron menos en agosto de este año de lo que lo hicieron en igual mes de 2022), encareciéndose un 8,7% en un mes y un 52,5% en agosto respecto al año pasado en el caso del aceite de oliva, lo que supone su mayor subida interanual en 21 años. Si nos vamos un poco más atrás, a marzo de 2021, comprar un litro de aceite de oliva cuesta más del doble, un 114,8% más. Así, el también llamado oro líquido acumula hasta agosto 28 meses consecutivos de ascensos interanuales. Más concretamente, el año pasado, los hogares gastaron de media 20,1 euros más en aceite de oliva que en 2021.
Por su parte, el precio de venta del azúcar es un 42,5% más elevado que en agosto de 2022, siendo uno de los productos que más alzas experimenta cada mes. Le siguen el arroz (+21,6%), los productos de confitería (+18,2%) y las patatas (+18%).
En este sentido, Josep Carné i Teixidó, presidente de la Federació d'Associacions de Gent Gran de Catalunya (Fatec) considera que este tema, en concreto el encarecimiento del aceite de oliva, "es dramático" ya que se trata de "una necesidad imperiosa y el precio sigue subiendo".
"Esto no solo tiene que ver con el aceite de oliva, también repercutirá en los productos que lo lleven como alimento principal. Es una cosa que está preocupando y que no sabemos dónde va a llegar", explica, asegurando que donde más notan esta subida de precios las personas mayores es precisamente en "la cesta de la compra". "Es lo que más preocupa", aunque "esto se va sumando con todos los demás productos".
"Esto repercute en el bolsillo", especialmente para aquellos que "ejercen de abuelos y tienen que darles la comida, la merienda o la cena a sus nietos", señala.
Desde la Confederación Nacional de Jubilados y Pensionistas de España (Conjupes), su presidenta, Adela Cabezas, coincide en que "el tema de la alimentación es donde más se está notando, por algo tan simple como que hay que ir a la compra, no todos los días, pero sí todas las semanas".
Estas constantes subidas afectan en gran medida al nivel económico de las personas mayores, "porque las pensiones no suben tanto como lo hacen los alimentos". "La pensión es la misma, pero los gastos siempre son más", critica.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.